lunes, 9 de febrero de 2009

Un coloso inexplorado

Enorme cine uruguayo


Adrián Biniez, su "Gigante" del último minuto toma posiciones en las apuestas 
 
Gemma Casadevall
Berlín, 9 feb (EFE).- El director argentino Adrián Biniez desembarcó con "Gigante", literalmente en el último minuto, entre los filmes seleccionados para la competición en la Berlinale, pero se ha colocado en los primeros puestos en las preferencias de la crítica del Festival de Cine.
"El 20 de diciembre no teníamos ni la película terminada, ahí nos dijeron que nos diéramos prisa, pasamos el fin de año trabajando y la terminamos claramente en el último minuto, ya en Europa", explicó a EFE Biniez, un debutante con opciones a éxito en la Berlinale.
"Gigante", su film sobre el coloso vigilante de un hipermercado enamorado de una empleada, se encuentra en el segundo puesto de las preferencias de la crítica internacional de "Screen", la revista diaria del festival, sólo superado por la iraní "Darbareye Elly" -"About Elly"-, de Asghar Farhadi.
La película se proyectó el domingo, en la cuarta de las nueve jornadas que se prolongará la competición, por lo que es prematuro hacer pronósticos.
Al director, desde el plató para entrevistas de la cuarta planta del Berlinale Palast, lo recorrido hasta ahora le parece ya sueño.
"Que yo, como debutante, llegara a la Berlinale en una sección a exhibición, qué sé yo, Panorama o Forum, era ya mucho. Estar en competición es un mundo, ahora resulta que incluso me aplaudió el público y gusté a la crítica. De no creerlo", explica.
Algo repuesto de la afonía que casi le deja sin habla para el estreno -"parece que el alcohol de la fiesta me benefició", bromea-, Biniez se siente representante de una cinematografía aún inexplorada en la Berlinale, la uruguaya.
"Nací en Buenos Aires, pero vivo en Montevideo desde hace cinco años y es aquí donde hice cine. Es una cinematografía mínima, comparada con la Argentina. Si ahí salen 60 películas al año, en Uruguay se hacen tres", explica.
"Gigante" es una de las dos producciones latinoamericanas a concurso en esta Berlinale, junto a la española-peruana "La Teta asustada", que se estrenará el miércoles.
En la edición anterior, el Oso de Oro fue para la brasileña "Tropa de elite", de Jose Padilha, mientras que el mexicano Fernando Eimbcke, "Lake Tahoe", ganó el premio de la crítica internacional FIPRESCI. Uruguay y Perú han tomado ahora el relevo del cine brasileño, argentino y mexicano, que durante años dominaron la presencia latinoamericana en Berlín.
De producción mixta uruguayo-argentina-alemana, "Gigante" se centra en el personaje que interpreta Horacio Camandulle, un vigilante de hipermercado, además de gorila de discoteca, enamorado de una limpiadora del establecimiento.
Desde su puesto la sigue con las múltiples cámaras de vídeo instaladas para controlar a clientes y empleados. En su caso, la tarea se limita a sus compañeros, ya que trabaja en el turno de noche.
"Escribí el guión en un par de meses, pensando en Leonor -Svarcas, la protagonista femenina- y luego busqué a un protagonista masculino semejante a un amigo. Alguien como Jara, como se llama el personaje del film también, sólo que mejor actor, claro".
"El primero fue Horacio y supe que era él. Hice pruebas con otros, pero era él", explica, respecto al actor, un debutante en el cine, puesto que hasta ahora sólo trabajó en teatro.
"Mi amigo real es algo más avasallador, el personaje me salió buenito. Alguien a quien uno se llevaría a casa". Su "Gigante" es un coloso torpe, pero noble, controlado mientras no le pongan a mil.
De seguir a la chica por vídeo, dentro del supermercado, pasa a hacerlo por la calle y descubre que son almas gemelas, puesto que comparten afición por el heavy metal y el cine de bofetadas.
"Su timidez le estorba para dar los cuatro pasos necesarios para acercase a hablarle. Y, si no le habla, no hay caso. Ahí está todo: hay o no hay caso. Veremos", concluye, ajustándose a la buena consigna de no delatar el final. EFE
gc/ih/agf

Centenario, mágico y portugués


Oliveira estrena con 100 años su mágico cuento de la rubia del abanico chino 
 
Gemma Casadevall

Berlín, 9 feb (EFE).- El más longevo director de cine en activo, el portugués Manoel De Oliveira, pasó hoy por la Berlinale para el estreno internacional de "Singularidades de uma rapariga loira" ("Singularidades de una muchacha rubia), una película que completó cumplidos ya sus cien años.
El filme, de producción hispano-portuguesa y exhibido en Berlinale Special, recrea las desventuras amorosas de un honesto, pero pobre, oficinista por una enigmática joven rubia, a la que ve por primera vez en un balcón vecino dándose aire con un hermoso abanico chino.
La melancolía propia lisboeta, y también la ironía, dominan el ritmo de este cuento fílmico, adaptado de la obra del escritor Eça de Queirós, que transporta al espectador a un ambiente decimonónico.
"La realidad es, para mí y para el escritor, algo que se combina con la magia, una combinación invisible para algunos ojos, pero no para los nuestros", explicó De Oliveira.
"Aplico mi técnica cinematográfica, mi modo de narrar, pero he respetado completamente los diálogos de Queirós", añadió, con su tono sereno característico, paciente y con un punto de entusiasmo se diría que juvenil.
La magia del director, unida a la del escritor portugués, se ensamblan así en la película, protagonizada por Ricardo Trepa y Catarina Wallenstein.
Se trata de una película pequeña, 64 minutos, y a la vez un homenaje a la longevidad de su director, leyenda viva de la cinematografía europea.
De Oliveira cumplió cien años el pasado diciembre y dejó constancia en Berlín de su vitalidad "reposada", en sus propias palabras, lo que significa cumplir con su máxima de trabajar todos los días, a excepción de los sábados.
"Eso no depende de mí, sino de cuándo me muera", respondió, a la pregunta de cuánto tiempo espera seguir trabajando, para ratificar luego que no plantea dejar de ser un director en activo y que quiere seguir "acumulando experiencia".
Acompañado de sus actores y del productor español Ricardo Miñarro, De Oliveira recibió una Cámara de Oro de la Berlinale, que se unió así al homenaje que le rindió en 2008 el Festival de Cannes, con una Palma de Oro al conjunto de su carrera.
De Oliveira es un hito en la historia del cine mundial y una gloria nacional. En ocasión de su centenario fue felicitado por la plana mayor de la política portuguesa, desde el jefe de Estado, Aníbal Cavaco Silva, al primer ministro, José Sócrates, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
El director portugués empezó como correspondía a la época, en el cine mudo, y debutó en 1931 con el corto "Douro, faina fluvial" ("Duero, harina fluvial").
Su filmografía aumentó a partir de la década de los 80 a ritmo de una película al año y ha dirigido a actores de la talla de la francesa Catherine Deneuve, el estadounidense John Malkovich o el italiano Marcello Mastroianni.
De su abultada obra destacan títulos como "O Passado e o Presente» (1972), «Francisca» (1981) y «O Convento» (1995).
La de hoy fue su quinta visita a una Berlinale con película, la última en 1995 con «O dia do desespero» y «A caixa». EFE
gc-doc/agf

domingo, 8 de febrero de 2009

Montevideo crece en la Berlinale


Latinoamérica entra a lo grande en competición con "Gigante" 
 
Gemma Casadevall

Berlín, 8 feb (EFE).- Latinoamérica entró a lo grande hoy a competición en la Berlinale con la uruguayo-argentina "Gigante", del debutante Adrián Biniez, con diferencia la película más sólida de una jornada que completaron la sensiblera "Mammoth", de Lukas Moodysson, y la experimental "Rage", de Sally Potter.
Biniez convenció a la Berlinale con su historia del grandullón enamorado, vigilante de un hipermercado y gorila de discoteca, rodada en Montevideo y exponente de film pequeño que se crece secuencia a secuencia.
"Es una película pensada para un amigo, el Jara real, pero que pasó a manos de Horacio (Camadule), mejor actor que mi amigo", explicó el realizador, bonaerense de nacimiento y uruguayo de adopción, azorado por una inoportuna afonía -"este frío...", justificó, en su estreno en Berlín-.
Camadule, hasta ahora actor de teatro, se ganó a la Berlinale con su gigante de ojos tiernos, empleado del turno de noche en un supermercado, que como todos sus colegas espía a los trabajadores a través de las cámaras de vídeo del establecimiento.
En lugar de delatar a la empleada que roba un paquete de polenta, hace tranquilo su crucigrama. Y en lugar de aplicar el teleobjetivo a escrutar de cerca el trasero de otra muchacha, sigue los pasos de una esbelta y torpona fregona del hipermercado.
"Un supermercado es como una cárcel, algo claustrofóbico, especialmente para un empleado del turno de noche. Nada escapa a la cámara, es un mundo entre rejas", explicó Biniez.
Entre ese microcosmos y su segundo empleo basura en la discoteca discurre el tiempo de un tipo que puede aplastar a cualquiera de un tortazo, pero que despliega agresividad cero. En principio.
Del espionaje interno a su empleada favorita pasa a seguirla por las calles y a enterarse de que comparte con ella mucho más de lo que las apariencias apuntan. La afición al heavy metal y las artes marciales, al cine de puñetazos, más que al folletín. Sería la chica de su vida, si se atreviera a acercarse y hablarle.
"Gigante" representa a un estilo de hacer de cine que tal vez no sorprenda tanto en Latinoamérica, buen surtida de esa generación de cineastas, pero que a la Berlinale le vino bien algo de ritmo de "Metallica" para la jornada del domingo.
Biniez demostró saber además cuál es el momento justo para dar por terminado el film -en su caso, de 84 minutos-, algo que se agradece en un festival donde otros se enredan sin dar con el final.
"Gigante" hizo grande la jornada y "Mammoth" enervó a más de uno con una historia sensiblera y de mensaje dudoso.
El mexicano Gael García Bernal interpreta para Moodysson a un amantísimo padre de familia en Nueva York, exitoso en su trabajo, adorable con su hijita, de viaje por Tailandia.
Hay que creer que Moodysson está cargado de buenas intenciones y que pretende reflejar, a través de esa constelación familiar y su niñera filipina, los desequilibrios de un mundo que obligan a las buenas madres a sacrificar la atención de sus hijos por el trabajo.
El resultado, sin embargo, es un film reaccionario, más adecuado para una sesión de cine familiar o algún festival en el Vaticano que para una Berlinale. Probablemente pretende denunciar la miseria de medio planeta, puerta a puerta con el lujo absurdo de un hotel, pero entre su ñoñez y un mensaje que parecía remitir a alguna liga en pro de la Familia Unida se llevó sonoros abucheos.
"Compartir vida laboral y familia es complejo. A veces hay que sentar prioridades, lo que no significa enjuiciar a nadie", dijo García Bernal. "Cada uno interpreta el film como quiera. Me gusta el debate, aunque mi objetivo no es polemizar", defendió Moodysson.
La tercera película de la jornada, "Rage", de Potter, colocó al espectador ante un film experimental, en formato cásting, donde en cortes de unos 90 segundos tiene ante sí todo un desfile de magníficos actores hablándole a la cámara.
Judi Dench, un Jude Law travesti y Steve Buscemi son algunos de esos actores, interpretando a personajes relacionados con el mundo bobo de la moda y sobre el trasfondo de la muerte de una modelo. Todo un privilegio, si no fuera por lo reiterativo del experimento y la nula empatía que acaban despertando cada uno de los personajes. EFE
gc/sc
(foto)

sábado, 7 de febrero de 2009

Las arrugas de Lee Jones


Tavernier entronizó a Tommy Lee Jones y el cine alemán arrancó con excelente 
 
Gemma Casadevall

Berlín, 7 feb (EFE).- El director francés Bertrand Tavernier entronizó a Tommy Lee Jones como último policía íntegro con su "In the electric Mist", el teórico film dominante de la Berlinale, de no haber sido porque Alemania se estrenó a competición con el excelente "Storm", de Hans-Christian Schmid.
Las dificultades por llevar a un criminal de guerra serbio ante el Tribunal Internacional de La Haya, primero; de convencer a una de sus víctimas de que se juegue la vida y la de suyos, después; y, finalmente, de llegar una sentencia. Este es el tema elegido por Schmid, que resuelve en "Storm" cámara en mano y sin aditamentos.
Y, también a competición, la iraní "Darbareye Elly" -"About Elly"-, de Asghar Farhadi, una de esas películas imprescindibles en la Berlinale, tanto por su procedencia como para recordar que las puertas de Teherán existen los seres normales y que no son tan lejanos como parecen.
Sobre el papel, el rey de la jornada iba a ser el buen policía, curtido y camino al retiro que, de nuevo, es Tommy Lee Jones, esta vez por los pantanales de Louisiana, entre las huellas del huracán "Katrina" y el fantasma de un viejo héroe del ejército Confederado.
Mucha poética, mucha veneración a Lee Jones, un poco de animación gracias al villano, John Goodman, y las consiguientes ensaladas de trompazos entre detectives corruptos, vendidos a las mafias del cine, en pos de un asesino en serie de jóvenes bonitas.
A Lee Jones, el buen policía, el caso le remite al de un muchacho negro, muerto de un balazo entre los humedales encadenado como un esclavo. De los fantasmas del ayer a los malos actuales, Lee Jones avanza hacia la jubilación con sus magníficas arrugas de toda la vida, ahora bajo el prisma de Tavernier, que traslada su talento francés a la América profunda.
A todo esto, el anfitrión alemán arrancó con Schmid. Dos años después de ganar el premio de la Crítica Internacional FIPRESCI con "Requiem", su historia de exorcismos entre seres corrientes, el realizador volvió a sobrecoger con la sencillez con que aborda la labor del Tribunal de La Haya, a través de una fiscal y un caso que no es de los que desatan titulares.
"Meterme en ese film implicó adentrarme en un tema desconocido para mi, el derecho internacional, sus límites, sus complejidades concentradas en un único testigo y la vida real que se esconde tras el término legal de crímenes de guerra", explicó Schmid.
Kerry Fox -intérprete de "Intimacy", Oso de Oro en 2001-, como la fiscal, y Anamaria Marinca, la testigo, son las protagonistas femeninas de un film que arranca del fiasco a que lleva un primer testimonio en falso, al que seguirán complejos mecanismos en busca de la verdad.
El film recorre su lucha personal, encorsetada entre el realismo político -o cinismo- de la UE y la inoperancia de la propia ONU para llevar a sus últimas consecuencias un Tribunal que más parece una pantalla política que un instrumento contra la inmunidad.
La determinación de la juez rompe el muro de silencio de la testigo, dispuesta a contar de las violaciones masivas a mujeres como ella por el ejército serbio, aunque ello ponga en peligro su vida actual de joven madre de familia en Alemania.
Pero por encima de voluntades humanas está el tira y afloja con los gobiernos sucesores de la ex Yugoslavia, que venden cara cada entrega de un criminal de guerra, y las cortapisas de la multilateralidad. Schmid podría decantarse por el final "a la americana", en que la justicia se impone. Opta, por el bien de todos -incluido el espectador- por un equilibrio entre lo real y la esperanza.
La iraní "Darbareye Elly" también apuesta por la sencillez, en una historia que sumerge al espectador en una constelación de varias mujeres cubiertas con el velo, todas hermosas, todas de amplia sonrisa, más sus parejas, oficiales o no, en lo que debería ser una hermosa salida a la playa para relajarse del estresante Teherán.
Todo gira alrededor de Elly, a la que su casamentera amiga quiere juntar con otro de los presentes. De pronto alguien se ahoga y empieza una trama de mentiras y medias verdades, reflejo de lo anacronismos de una sociedad islámica.
Farhadi avanza, apuntalado en una constelación que va adoptando perfiles propios, hasta llegar al universal dolor de alguien que perdió a su mujer entre las olas del mar y que lo único que quiere es una respuesta a la pregunta de si ella le amó. EFE
gc/sc

viernes, 6 de febrero de 2009

Domina Kate


Kate Winslet reinó en Berlín como celadora de Auschwitz 
 
Gemma Casadevall

Berlín, 6 feb (EFE).- La actriz Kate Winslet reinó hoy sobre la Berlinale con "The Reader", la historia de amor y vergüenza de una ex celadora de Auschwitz exhibida hoy en el festival y cuyo desfile de aspirantes a los Osos trajo además la divertida sorpresa de un Sergi López convertido en papá de un bebé volador.
El personaje de Hanna Schmitz, la mujer capaz de avergonzarse de su analfabetismo pero no de haber seleccionado qué presas debían morir en el campo nazi, sobrecogió a un Berlín ansioso de recibir a Winslet, tan inmensa en la pantalla como en persona.
"Mi responsabilidad ante ese papel era dar con el equilibrio necesario para interpretar a una mujer capaz de amar y de expresar ternura, y también de haber estado entre ese personal de selección", explicó Winslet, receptora de la primera ovación de esta Berlinale.
"No es una película sobre el Holocausto, sino sobre sus consecuencias y el impacto de éstas en la generación siguiente", matizó el director Stephan Daldry sobre su filme, basado en el best-seller de Bernard Schlink y con cinco nominaciones a los Óscar, entre ellos la correspondiente a Winslet.
La Berlinale cayó en la red de los devotos de "The Reader", exhibida fuera de competición, que arranca de la historia de amor desigual entre la ex celadora y un adolescente en la posguerra alemana, deambula por los procesos de Auschwitz y desemboca en la Alemania casi actual.
A Winslet la acompaña un rictus de celadora nazi de esa historia de amor que transcurre entre la bañera, la cama y las sesiones de lectura de su jovencito. Domina siempre, aunque aparentemente se derrumbe, pero sin caer en la tentación de devorar ni al joven David Kross ni a Ralph Fiennes, los actores que interpretan a ese amor, en la adolescencia y la madurez.
Dueña y soberana de cada una de sus palabras, como de cada una de las escenas de la película, Winslet impuso su presencia ante la prensa, mientras Kross explicaba que había tomado "clases adicionales" para estar a la altura "de la responsabilidad con la historia".
El proceso de Auschwitz, celebrado en Fráncfort de 1963 a 1965, fue el primer gran juicio de un tribunal alemán contra implicados en los crímenes de ese campo de concentración nazi.
Si en Nuremberg, en 1948, los altos responsables del Tercer Reich respondieron ante un Tribunal aliado, ahí les tocó el turno a ciudadanos "corrientes" -desde médicos a guardianes de Auschwitz- y ante la justicia de la Alemania renacida de las cenizas.
Hanna Schmitz fue uno de esos ciudadanos corrientes que ni en los 50, ni en los 60 ante el tribunal que la juzga, ni luego, en la cárcel, siente culpa y defiende que hizo lo que le mandaron. Sí se avergüenza, y hasta las últimas consecuencias, de no haber aprendido a leer ni escribir.
"The Reader" dejó a la Berlinale rendida a Winslet, aunque a los alemanes les cueste verse reflejados en una película de corte tan estadounidense. Los momentos de intimidad son perfectos -Winslet parece capacitada para representar a un personaje de cualquier latitud del planeta- pero la ambientación tiene sus puntos flacos.
Tal vez no desde la perspectiva de la crítica internacional, pero sí desde la del público local.
Como no podía ser de otra forma, "The Reader" y Winslet acapararon el protagonismo de la jornada, en la que desfilaron las dos primeras concursantes: "Ricky", del francés François Ozon, y "Lille Soldat", de la danesa Annette K. Olesen.
Ozon deleitó al personal con el hermoso bebé con alitas de pollo que le coloca a un algo torpe, pero noble, emigrante español -Sergi López, por supuesto-.
De la fábula a la mera diversión, la película del nene volador da para múltiples interpretaciones -seguramente, ninguna buena- y para salir del cine con la sonrisa pícara de López a cuestas.
"Lille Soldat" explora dos temas complejos: los transtornos traumáticos de una soldado danesa, de regreso a casa, y el día a día de una prostituta nigeriana en ese mismo contexto escandinavo.
A ambas las une el trabajo ocasional de la ex soldado, como chófer de la prostituta -y novia de su padre- y a partir de ahí se trata de reflejar, sin salir de la órbita escandinava, los efectos globales de dos tragedias geográficamente alejadas: la guerra de Irak y la miseria africana. EFE
gc/nvm/agf

jueves, 5 de febrero de 2009

Ese capitalismo tan, tan, tan salvaje


La banca salvaje y que financia todos los males abrió la Berlinale 
 
Gemma Casadevall

Berlín, 5 feb (EFE).- La banca no sólo es corrupta, sino que además financia el terrorismo, los atentados, el tráfico de armas y todos los males de este mundo: así la presenta "The International", el "thriller" que abrió hoy la Berlinale y que trajo como primera gran presencia sobre su alfombra roja al actor británico Clive Owen.
"Es un filme hecho mucho antes de que nadie imaginara la crisis financiera que se nos vino encima y en el que la banca es ya la personificación del diablo, hasta un punto paranoico", explicó su director, el alemán Tom Tykwer.
"Mi tema no es la crisis, sino un sistema demoníaco sobre el que monto todo un modelo social", añadió el realizador, acompañado en Berlín por Owen, el agente Salinger en su film, así como por Armin Mueller-Stahl, un ex oficial de la Stasi metido a asesor de esa banca maligna.
"No me veo como un especialista en supervivencia a tiroteos dramáticos", dijo Owen, a pesar de que eso exactamente es lo que hace en sus 118 minutos del film. "Elijo mis papeles por el director que hay detrás, esta vez le tocó a Tykwer", añadió, tras tomarse con grandes risas las repetidas comparaciones acerca de la similitud física entre ambos.
Fuera de concurso, "The International" brindó a Tykwer por segunda vez -tras "Heaven", en 2002- el honor de abrir el festival, ahora con una superproducción que lleva al espectador por medio planeta, mientras Salinger y su compañera de armas -Naomi Watts- persiguen a los banqueros.
Desde la Hauptbahnhof -estación central- de un Berlín lluvioso, como mandan los cánones, a sedes banqueras de Luxemburgo, la película es un recorrido entre fríos edificios de acero y cristal, mientras a Owen se le van muriendo en los brazos, a borbotones, sucesivos colegas y hasta algún matón.
De Berlín a Lyon, luego a Nueva York, después a Milán, más tarde en un hermoso acantilado italiano, o en persecución vigorosa por los tejados de Estambul, Tykwer demuestra que lo suyo es filmar, aunque el guión resulte algo sobrepasado y hasta dé la impresión de que los únicos individuos dignos son la mafia auténtica, la de toda la vida.
La imagen de una banca superpoderosa, corrupta y vendedora de armas, sean para Israel, sean para Siria o para financiar golpes de Estado en África u organizaciones terroristas, no cuadra ya con el presente de las bancarrotas y hundimientos financieros.
En ocasiones parece que le falta algo del ritmo propio de un "thriller", pero lo recupera en una trepidante escena en la que la blanca escalinata de Frank Lloyd Wright del Guggenheim de Nueva York queda como un colador, a balazos.
Y finalmente cobra humanidad gracias a Mueller-Stahl, convertido en cómplice desengañado de esa gran banca que no respeta nada.
Owen, guapo y mucho más aseado en Berlín que en el filme, donde por mucho que cambie de escenario no pasa por la ducha, cedió el honor de los mejores aplausos a su colega alemán, quien tenía ganadas de antemano las simpatías de los presentes.
"La diferencia entre la vida y la ficción es que ésta última necesita tener sentido", dice en un momento el personaje de Mueller-Stahl. Tykwer trata de seguir esta consigna, en un thriller que se queda a las puertas de la denuncia, probablemente por sobredosis de material.
A Tykwer se le recibió con algún abucheo y pocos aplausos en el pase de prensa de la Berlinale, que desde luego no abrió entre los apretujones que se vivieron el año anterior con "Shine a Light" y los Rolling Stones como estrellas absolutas.
Mañana se abrirá la sección a competición y el desfile de las 18 aspirantes a los Osos, con la danesa "Lille Soldat", de Annette K. Olesen, y "Ricky", del francés François Ozon, con Sergi López.
Fuera de concurso llegarán asimismo dos de las presencias más esperadas en esta Berlinale, Kate Winslet y Ralph Fiennes, protagonistas de "The Reader", de Stephan Daldry. EFE
gc/agf
(con audio y foto)

miércoles, 4 de febrero de 2009

Ansia por meterse el cine


"The International", un thriller sobre la banca corrupta, abrirá la Berlinale 
 
Gemma Casadevall

Berlín, 4 ene (EFE).- La alfombra roja de la 59 Berlinale aguarda ya al filme "The International", de Tom Tykwer, el thriller sobre la banca corrupta que inaugurará mañana un festival de cine que pretende recorrer grandes temas y brindar su desfile de estrellas.
El film del director alemán, con Clive Owen y Naomi Watts, abrirá la Berlinale, que en días sucesivos contará con la presencia de Kate Winslet, Demi Moore, Michelle Pfeiffer y René Zellwegger y que espera dar que hablar no sólo por las 18 aspirantes a los Osos, sino también por lo mucho que exhibe fuera de concurso.
A Winslet se la espera el viernes, con la proyección de la multipremiada "The Reader" ("El lector"), incluida en la sección oficial aunque fuera de competición, lo mismo que "The International". Sí irán a concurso los últimos filmes de consagrados como Bertrand Tavernier, Andrzej Wajda y François Ozon, alternados con debutantes, como el argentino Adrián Biniez.
"¿Crisis? ¿Qué crisis? La Berlinale no conoce la crisis", no cesa de repetir estos días el director del festival, Dieter Kosslick.
En su gran menú ha incluido Kosslick filmes para echar risas, como "Pink Panther 2" con Steve Martin -fuera de concurso- pero también el documental "Letters to the President", del checo Petr Lom, la película por la que el exilio iraní pide su cabeza, ya que teóricamente "humaniza" al presidente Mahmoud Ahmadineyad.
La crisis no ha hecho mella en el ansia de ir al cine, a juzgar por las largas colas de berlineses ante las taquillas de la Berlinale, equipados con termos de café, bolsas de galletas y hasta algún saco de dormir. Tampoco en el cómputo de 6.000 filmes que se presentaron a los comités de selección, récord absoluto de aspirantes a ser vistos en cualquier sección del festival.
Ello no quita para que 18 filmes a concurso suenen a poco, por mucho que Kosslick lo compense con grandes presencias fuera de concurso, como "Milk", de Gus Van Sant, con Sean Penn, en Panorama.
Con o sin crisis, Tavernier luchará por su Oso con "In the Electric Mist", con Tommy Lee Jones; Wajda lo hará con "Tatarak"; Stephen Frears con "Cheri", apuntalado en Pfeiffer, y Mitchell Lichtenstein con "Happy Tears", con Demi Moore de protagonista.
De Latinoamérica -que en 2008 ganó el Oso de Oro con "Tropa de Elite", del brasileño Jose Padilha, de quien este año se exhibe "Garapa"- habrá dos concursantes: "Gigante", del argentino Biniez, y la hispano-peruana "La teta asustada", de Claudia Llosa.
Ozon compite con "Ricky", protagonizada por Sergi López, y el cine escandinavo estará representado por el sueco Lukas Moodysson, con el actor mexicano Gael García Bernal, y la danesa "Lille Soldat", de Annette K. Olesen.
Por parte británica concurrirá "Rage", de Sally Potter, con Judi Dench y Jude Law, mientras que Estados Unidos, además de las mencionadas películas con Moore y Pfeiffer, estará representada a concurso con "The Messenger", de Oren Moverman, con Woody Harrelson, y "My One and Only", de Richard Loncraine, con Zellwegger.
El anfitrión alemán aspira a dar la sorpresa con dos representantes de su cine más joven: "Storm", de Hans Christian Schmid -un thriller con el trasfondo del Tribunal Internacional de la Haya y los crímenes de guerra en la ex Yugoslavia- y "Alle Anderen", de Maren Ade.
Una única representante del cine oriental, "Forever Enthralled", de Chen Kaige, la iraní "Darbareye Elly", de Asghar Farhadi, la argelina "London River", de Rachid Bouchareb, y la rumana-húngara "Katalin Varga", de Peter Strickland, cierran la lista.
Kosslich ha elegido para el jurado a dos buenas amigas, la actriz británica Tilda Swinton, que lo presidirá, y la directora española Isabel Coixet, ambas defensoras del cine independiente y ambas presentes como concursantes en anteriores ediciones.
Redondean la sección oficial, fuera de competición, "Notorious", de George Tillmann, "The private Lives of Pippa Lee", de Rebecca Miller, "I skoni tou chrnou", del griego Theo Angelopoulos, y "Eden a l'Ouest", de su compatriota Costa-Gavras.
Kosslick se traerá también, como invitados especiales, a Claude Chabrol, a quien se entregará una Cámara de Oro, y el portugués Manoel de Oliveira, quien a sus 101 años acaba de terminar "Singularidades de uma rapariga loura".
Finalmente, de acuerdo a la pasión por lo culinario de Kosslick, se exhibirán "Dieta Mediterránea", del español Joaquín Oristrell, y el documental "Food. Inc", de Robert Kenner, en la sección de cine culinario a la que el director de la Berlinale no piensa renunciar. EFE
gc/jcb/ibr

martes, 27 de enero de 2009

Agenda Berlinale

Berlín ahuyentará la crisis con Moore, Pfeiffer, Winslet y grandes maestros 
 
Gemma Casadevall

Berlín, 27 ene (EFE).- La 59 edición de la Berlinale, que abrirá el 5 de febrero "The International" de Tom Tykwer, buscará ahuyentar la crisis con estrellas como Demi Moore, Michelle Pfeiffer, Kate Winslet y René Zellwegger y grandes maestros como Bertrand Tavernier y Andrzej Wajda, hermanados como antídotos contra el desánimo.
"No hay conversación estos días que no empiece con la palabra crisis, como si nosotros la hubiéramos provocado cuando fue cosa de cuatro bandidos", dijo hoy el director del Festival de Cine de Berlín, Dieter Kosslick, al presentar su programa al completo.
En tiempos de crisis, nada como el cine, añadió, para prometer a continuación "buenos filmes y hasta risas", esto último a cargo de "Pink Panther 2" con Steve Martin, aunque sea fuera de competición.
Un total de 18 filmes competirán por los Osos, desde "In the Electric Mist", de Tavernier, con Tommy Lee Jones, a "Tatarak", de Wajda, "Cheri" de Stephen Frears, con Pfeiffer, y "Happy Tears" de Mitchell Lichtenstein, con Demi Moore de protagonista.
Latinoamérica -que en 2008 ganó el Oso de Oro con "Tropa de Elite", del brasileño Jose Padilha, y el premio de la crítica FIPRESCI con "Lake Tahoe", del mexicano Fernando Eimbcke- tendrá dos concursantes: "Gigante", del debutante argentino Adrián Biniez, y la hispano-peruana "La teta asustada", de Claudia Llosa.
El cine escandinavo, cinematografía mimada de Kosslick, traerá "Lille Soldat", de la danesa Annette K. Olesen, y "Mammoth", del sueco Lukas Moodysson, con el actor mexicano Gael García Bernal.
De Francia llegará "Ricky", de François Ozon", con Sergi López, mientras que el Reino Unido concurrirá con "Rage", de Sally Potter, con Judi Dench y Jude Law.
Estados Unidos, de acuerdo a la tradición, aportará el mayor contingente de estrellas, ya que junto a las mencionadas Moore y Pfeiffer acudirán a Berlín "The Messenger", del estadounidense Oren Moverman, con Woody Harrelson, y "My One and Only", de Richard Loncraine, con Renée Zellwegger.
El anfitrión alemán tendrá dos representantes: "Storm", de Hans Christian Schmid -un thriller con el trasfondo del Tribunal Internacional de la Haya y los crímenes de guerra en la ex Yugoslavia, película que Kosslick destaca a la menor ocasión- y "Alle Anderen", de Maren Ade.
Una única representante del cine oriental, "Forever Enthralled", de Chen Kaige, la iraní "Darbareye Elly", de Asghar Farhadi, y la argelina "London River", de Rachid Bouchareb, cierran la lista de concursantes, de las más cortas que se recuerdan, por mucho que Kosslick niegue la existencia de una crisis.
Entre esas aspirantes repartirá los Osos el jurado presidido por la actriz británica Tilda Swinton y del que formará parte asimismo la directora española Isabel Coixet, dos viejas amigas del festival.
Fuera de competición, pero asimismo en la sección oficial, destacan las producciones de EEUU "The Reader", que traerá a Berlín a Kate Winslet y Ralph Fiennes, así como la mencionada nueva versión de la "Pantera Rosa", "Notorious", de George Tillmann, y "The private Lives of Pippa Lee", de Rebecca Miller, con Keanu Reeves.
Igualmente fuera de concurso se proyectará la película que abre el Festival, del alemán Tykwer, y dos filmes de otros tantos grandes nombres del cine: "I skoni tou chrnou", del griego Theo Angelopoulos, y "Eden a l'Ouest", de su compatriota Costa-Gavras.
El menú de Kosslick no acaba en la sección oficial -en total se exhibirán 386 filmes.
La Berlinale incluirá la presencia de dos prodigios de longevidad, Claude Chabrol, a quien se entregará una Cámara de Oro, y el portugués Manoel de Oliveira, de quien se exhibe "Singularidades de uma rapariga loura", en la sección especial.
Puestos a hablar de menús, Kosslick se deshizo en explicaciones sobre el cine culinario, uno de los ciclos introducidos en el festival bajo su dirección, que exhibirá "Dieta Mediterránea", del español Joaquín Oristrell, y el documental "Food. Inc", de Robert Kenner.
El film de Kenner es exponente de la próxima crisis que Kosslick vaticina para el mundo, la de la industria alimenticia, "víctima de sus despropósitos". Puestos a resaltar la importancia del tema, el director de la Berlinale incluyó en su jurado a la cocinera estadounidense y "activista de la cocina" Alice Waters. EFE
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