sábado, 15 de febrero de 2014
Y el Oso se fue a la generosa lounge china
La Berlinale se volcó en Asia
Gemma Casadevall
Berlín, 15 feb (EFE).- La Berlinale 2014 se volcó en Asia y repartió sus máximos premios entre "Bai Ri Yan Huo" ("Black Coal, Thin Ice"), un thriller profuso en sangre del chino Diao Yinan, una pulcra historia de amor japonesa y un esperanzador filme sobre una casa de masajes poblada por invidentes, asimismo china.
El gran ganador fue Diao, con una película de intriga y matones que discurre entre brutales asesinatos en serie y personajes aparentemente normales, y que además de ganar el Oso de Oro dio la Plata al mejor actor a Liao Fan, el policía que sobrevive a las más diversas circunstancias.
La Plata a la mejor actriz fue para la japonesa Haru Kuroki, por su papel de sumisa y romántica muchacha de servicio en "Chiisai Ouchi", una película dirigida por Yoji Yamada, un habitual de la Berlinale y exponente del perfeccionismo estilista japonés.
Completó el palmarés asiático la Plata a la mejor contribución artística para "Tui Na" (Blind Massage), de Ye Lou, una cinta sobre un grupo de ciegos e interpretada parcialmente por invidentes, que indaga en la ceguera y en la que se alterna lo experimental, lo poético y alguna escena de gran crudeza.
Del jurado presidido por el productor y guionista estadounidense James Schamus, un guru del cine independiente, se esperaban sorpresas y, en ese sentido, no decepcionó.
Sin embargo, tras el abultado reparto favorable a Asia se percibía un aire de "recomendación" del director de la Berlinale, Dieter Kosslick, quien había convertido la presencia del cine asiático en punto fuerte de esta 64 edición del festival.
El Oro al thriller de Diao sorprendió, lo mismo que el Oso de Plata y el Premio Especial del Jurado a "The Grand Budapest Hotel" de Wes Anderson, la entretenida parodia poblada de seres estrafalarios que abrió el festival y no se encontraba entre los favoritos.
Al gran preferido por la crítica y el público, "Boyhood", del estadounidense Richard Linklater, un retrato del "american way of life" rodado a lo largo de 12 años, le fue otorgado el Oso de Plata a la mejor dirección.
América Latina, otra cinematografía bien representada en ese festival -competían los argentinos Benjamin Naishtat y Celina Murga, el brasileño Karim Aïnouz y la peruana Claudia Llosa- se llevó su galardón a través de una película que no iba a concurso, "Güeros".
Esta cinta, del mexicano Alonso Ruizpalacios, se exhibía en Panorama y obtuvo el premio a la mejor ópera prima entre los cineastas debutantes del festival.
Filmada en blanco y negro, cámara al hombro, con formato de "road movie" y sobre el trasfondo de las protestas universitarias de 1999 por el derecho a la educación, la cinta de Ruizpalacios se ganó el aprecio del público, la crítica y también el jurado de ese galardón.
El cine anfitrión, con cuatro películas a competición y un total de diez coproducciones entre los 20 aspirantes a los Osos -entre ellas, la de Anderson-, se tuvo que conformar con un Oso de Plata al mejor guión para "Kreuzweg", dirigida por Dietrich Brüggemann.
Este filme, centrado en el via crucis de una muchacha sometida al fundamentalismo católico de la Hermandad de Pío XII, se había situado asimismo entre los favoritos.
Completó el palmarés el premio Alfred Bauer, instituido en memoria del fundador del festival, que obtuvo "Aimer, boire et chanter", del veterano Alain Resnais y asimismo galardonado con el premio de la Asociación de la Crítica Internacional, FIPRESCI.
A las sorprendentes decisiones del jurado de Schamus seguirá, mañana, una jornada adicional denominada "Día del Espectador", sin pases de prensa ni estrellas, con la que la Berlinale recuerda cada año lo que es su señal de identidad: el público de a pie.
Se trata de una costumbre de este festival, considerado el más popular del mundo entre los de su categoría, y con el que se marcan las diferencias respecto a su directo rival europeo, el elitista festival de Cannes.
En esta ocasión, el "Día del Espectador" viene arropado en un récord histórico de entradas vendidas al público: un total de 330.000 -en las secciones oficial o a exhibición, retrospectivas, etc.- lo que revalida su título de festival más volcado al ciudadano que al estrellato, además de sanear sus arcas. EFE
gc/ik
(foto)
El ágil "Güeros", el representante de América Latina en el palmarés
Gemma Casadevall
Berlín, 15 feb (EFE).- La Berlinale incluyó hoy en el palmarés de su 64 edición al ágil "road movie" mexicano que es "Güeros", un filme dirigido por Alonso Ruizpalacios que no iba a concurso pero que se ganó el aprecio del festival y obtuvo el premio a la mejor ópera prima.
Los máximos galardones del festival los acaparó Asia: el Oso de Oro fue para el thriller "Bai Ri Yan Huo" ("Black Coal, Thin Ice") del chino Diao Yinan, que además obtuvo la Plata al mejor actor, Liao Fan; la Plata a la mejor actriz fue para la japonesa Haru Kuroki, por "Chiisai Ouchi", y mientras "Tui Na" (Blind Massage), del chino Ye Lou, ganó otra Plata a la mejor contribución artística.
América Latina tenía a cuatro cineastas a competición -los argentinos Benjamin Naishtat, con "Historia del miedo", y Celina Murga, con "La tercera orilla", así como la peruana Claudia Llosa con la superproducción rodada en inglés "Aloft" y el brasileño Karim Aïnouz con "Praia do Futuro".
Se trataba de la más abultada presencia de directores latinoamericanos a concurso en años, por apuesta personal del director del festival, Dieter Kosslick.
Finalmente, el jurado presidido por el productor y guionista estadounidense James Schamus se decantó por el cine asiático, pero México quedó incluido en el palmarés a través del debutante Ruizpalacios, cuyo filme se exhibía fuera de concurso y en la sección Panorama.
Filmada en blanco y negro, cámara al hombro, con formato de "road movie" y sobre el trasfondo de las protestas universitarias de 1999, "Güeros" se ganó el aprecio del público, la crítica y también el jurado de ese galardón.
La película, definida por su director como un "canto a la amistad", incide en los movimientos juveniles por el derecho a la educación y fue acogido con entusiasmo por el público que asistió a su estreno.
Arranca la historia en el momento en que tres muchachos -dos amigos y el hermano menor de uno- dejan el letargo de una vivienda destartalada y sin electricidad para ponerse en ruta en un auto -igual de destartalado que la casa- en busca de un cantante agónico, ídolo de la generación anterior.
A partir de ahí, la cámara al hombro de Ruizpalacios recorre las tumultuosas asambleas universitarias hasta derivar en un viejo local donde dormita Epigmenio Cruz, el viejo cantante.
Nacido en México D.F. en 1978, el director se inspiró en la historia real de Bob Dylan, que en una ocasión hizo un largo viaje para visitar a un ídolo del folk cuya voz le había emocionado hasta el llanto.
Se trata de una película hecha entre amigos e interpretada por un trío de jóvenes actores -Tenoch Huerta, Sebastián Aguirre y Leonardo Ortizgris-, más la inevitable "chica" -Ilse Salas- y con deliberado aire de homenaje a la "nouvelle vague".
Asimismo procedente de América Latina quedó incluido en el palmarés, y por partida doble, el filme brasileño "Hoje Eu Quero Voltar Sozinho", de Daniel Ribeiro, en que confluyen las temáticas de la ceguera y la homosexualidad, tratadas sin dramatismos.
Al igual de "Güeros", el filme de Ribeiro acudía fuera de concurso, en la sección Panorama, pero se va del festival berlinés con dos premios: el de la Asociación de la Crítica Internacional FIPRESCI, así como el Teddy, dedicado al cine de contenido homosexual.
Ribeiro cautivó a la crítica internacional y al colectivo gay con su historia sobre Leonardo, un joven ciego de quince años que descubre su inclinación por un compañero de su escuela.
El filme brasileño quedó, asimismo, en segundo lugar en la votación del público asistente en la sección Panorama. EFE
gc/rs
(foto)
Gemma Casadevall
Berlín, 15 feb (EFE).- La Berlinale 2014 se volcó en Asia y repartió sus máximos premios entre "Bai Ri Yan Huo" ("Black Coal, Thin Ice"), un thriller profuso en sangre del chino Diao Yinan, una pulcra historia de amor japonesa y un esperanzador filme sobre una casa de masajes poblada por invidentes, asimismo china.
El gran ganador fue Diao, con una película de intriga y matones que discurre entre brutales asesinatos en serie y personajes aparentemente normales, y que además de ganar el Oso de Oro dio la Plata al mejor actor a Liao Fan, el policía que sobrevive a las más diversas circunstancias.
La Plata a la mejor actriz fue para la japonesa Haru Kuroki, por su papel de sumisa y romántica muchacha de servicio en "Chiisai Ouchi", una película dirigida por Yoji Yamada, un habitual de la Berlinale y exponente del perfeccionismo estilista japonés.
Completó el palmarés asiático la Plata a la mejor contribución artística para "Tui Na" (Blind Massage), de Ye Lou, una cinta sobre un grupo de ciegos e interpretada parcialmente por invidentes, que indaga en la ceguera y en la que se alterna lo experimental, lo poético y alguna escena de gran crudeza.
Del jurado presidido por el productor y guionista estadounidense James Schamus, un guru del cine independiente, se esperaban sorpresas y, en ese sentido, no decepcionó.
Sin embargo, tras el abultado reparto favorable a Asia se percibía un aire de "recomendación" del director de la Berlinale, Dieter Kosslick, quien había convertido la presencia del cine asiático en punto fuerte de esta 64 edición del festival.
El Oro al thriller de Diao sorprendió, lo mismo que el Oso de Plata y el Premio Especial del Jurado a "The Grand Budapest Hotel" de Wes Anderson, la entretenida parodia poblada de seres estrafalarios que abrió el festival y no se encontraba entre los favoritos.
Al gran preferido por la crítica y el público, "Boyhood", del estadounidense Richard Linklater, un retrato del "american way of life" rodado a lo largo de 12 años, le fue otorgado el Oso de Plata a la mejor dirección.
América Latina, otra cinematografía bien representada en ese festival -competían los argentinos Benjamin Naishtat y Celina Murga, el brasileño Karim Aïnouz y la peruana Claudia Llosa- se llevó su galardón a través de una película que no iba a concurso, "Güeros".
Esta cinta, del mexicano Alonso Ruizpalacios, se exhibía en Panorama y obtuvo el premio a la mejor ópera prima entre los cineastas debutantes del festival.
Filmada en blanco y negro, cámara al hombro, con formato de "road movie" y sobre el trasfondo de las protestas universitarias de 1999 por el derecho a la educación, la cinta de Ruizpalacios se ganó el aprecio del público, la crítica y también el jurado de ese galardón.
El cine anfitrión, con cuatro películas a competición y un total de diez coproducciones entre los 20 aspirantes a los Osos -entre ellas, la de Anderson-, se tuvo que conformar con un Oso de Plata al mejor guión para "Kreuzweg", dirigida por Dietrich Brüggemann.
Este filme, centrado en el via crucis de una muchacha sometida al fundamentalismo católico de la Hermandad de Pío XII, se había situado asimismo entre los favoritos.
Completó el palmarés el premio Alfred Bauer, instituido en memoria del fundador del festival, que obtuvo "Aimer, boire et chanter", del veterano Alain Resnais y asimismo galardonado con el premio de la Asociación de la Crítica Internacional, FIPRESCI.
A las sorprendentes decisiones del jurado de Schamus seguirá, mañana, una jornada adicional denominada "Día del Espectador", sin pases de prensa ni estrellas, con la que la Berlinale recuerda cada año lo que es su señal de identidad: el público de a pie.
Se trata de una costumbre de este festival, considerado el más popular del mundo entre los de su categoría, y con el que se marcan las diferencias respecto a su directo rival europeo, el elitista festival de Cannes.
En esta ocasión, el "Día del Espectador" viene arropado en un récord histórico de entradas vendidas al público: un total de 330.000 -en las secciones oficial o a exhibición, retrospectivas, etc.- lo que revalida su título de festival más volcado al ciudadano que al estrellato, además de sanear sus arcas. EFE
gc/ik
(foto)
El ágil "Güeros", el representante de América Latina en el palmarés
Gemma Casadevall
Berlín, 15 feb (EFE).- La Berlinale incluyó hoy en el palmarés de su 64 edición al ágil "road movie" mexicano que es "Güeros", un filme dirigido por Alonso Ruizpalacios que no iba a concurso pero que se ganó el aprecio del festival y obtuvo el premio a la mejor ópera prima.
Los máximos galardones del festival los acaparó Asia: el Oso de Oro fue para el thriller "Bai Ri Yan Huo" ("Black Coal, Thin Ice") del chino Diao Yinan, que además obtuvo la Plata al mejor actor, Liao Fan; la Plata a la mejor actriz fue para la japonesa Haru Kuroki, por "Chiisai Ouchi", y mientras "Tui Na" (Blind Massage), del chino Ye Lou, ganó otra Plata a la mejor contribución artística.
América Latina tenía a cuatro cineastas a competición -los argentinos Benjamin Naishtat, con "Historia del miedo", y Celina Murga, con "La tercera orilla", así como la peruana Claudia Llosa con la superproducción rodada en inglés "Aloft" y el brasileño Karim Aïnouz con "Praia do Futuro".
Se trataba de la más abultada presencia de directores latinoamericanos a concurso en años, por apuesta personal del director del festival, Dieter Kosslick.
Finalmente, el jurado presidido por el productor y guionista estadounidense James Schamus se decantó por el cine asiático, pero México quedó incluido en el palmarés a través del debutante Ruizpalacios, cuyo filme se exhibía fuera de concurso y en la sección Panorama.
Filmada en blanco y negro, cámara al hombro, con formato de "road movie" y sobre el trasfondo de las protestas universitarias de 1999, "Güeros" se ganó el aprecio del público, la crítica y también el jurado de ese galardón.
La película, definida por su director como un "canto a la amistad", incide en los movimientos juveniles por el derecho a la educación y fue acogido con entusiasmo por el público que asistió a su estreno.
Arranca la historia en el momento en que tres muchachos -dos amigos y el hermano menor de uno- dejan el letargo de una vivienda destartalada y sin electricidad para ponerse en ruta en un auto -igual de destartalado que la casa- en busca de un cantante agónico, ídolo de la generación anterior.
A partir de ahí, la cámara al hombro de Ruizpalacios recorre las tumultuosas asambleas universitarias hasta derivar en un viejo local donde dormita Epigmenio Cruz, el viejo cantante.
Nacido en México D.F. en 1978, el director se inspiró en la historia real de Bob Dylan, que en una ocasión hizo un largo viaje para visitar a un ídolo del folk cuya voz le había emocionado hasta el llanto.
Se trata de una película hecha entre amigos e interpretada por un trío de jóvenes actores -Tenoch Huerta, Sebastián Aguirre y Leonardo Ortizgris-, más la inevitable "chica" -Ilse Salas- y con deliberado aire de homenaje a la "nouvelle vague".
Asimismo procedente de América Latina quedó incluido en el palmarés, y por partida doble, el filme brasileño "Hoje Eu Quero Voltar Sozinho", de Daniel Ribeiro, en que confluyen las temáticas de la ceguera y la homosexualidad, tratadas sin dramatismos.
Al igual de "Güeros", el filme de Ribeiro acudía fuera de concurso, en la sección Panorama, pero se va del festival berlinés con dos premios: el de la Asociación de la Crítica Internacional FIPRESCI, así como el Teddy, dedicado al cine de contenido homosexual.
Ribeiro cautivó a la crítica internacional y al colectivo gay con su historia sobre Leonardo, un joven ciego de quince años que descubre su inclinación por un compañero de su escuela.
El filme brasileño quedó, asimismo, en segundo lugar en la votación del público asistente en la sección Panorama. EFE
gc/rs
(foto)
viernes, 14 de febrero de 2014
Cerrando quinielas
Drama de refugiados chechenos cerró una Berlinale plagada de infancias convulsas
Gemma Casadevall
eza de familia mientras su madre sigue en la postadolescencia- "Macondo", dirigido por la germano-iraní Sudabeh Mortezai, llevó a la última jornada a concurso la historia de un muchacho de edad similar -doce años- que es puntal de un núcleo familiar.
Entre una y otra película, una decena de filmes abordaron la situación de niños o adolescentes descarriados, abandonados o simplemente víctimas de un modo u otro de los problemas generados por sus progenitores o el mundo en que habitan.
La estadounidense "Boyhood", de Richard Linklater, o la argentina "La tercera orilla", de Celina Murga, plasmaron en la Berlinale el cosmos de la infancia y la adolescencia; la alemana "Kreuzweg" expuso el mundo de una muchacha sometida al fanatismo católico; y "Aloft", de la peruana Claudia Llosa, retrató la búsqueda de la madre perdida.
"Macondo" cerró la ronda, compartiendo la jornada a competición con la japonesa "Chiisai Ouchi" -"The little House"-, una romántica y pulcra película de Yoji Yamada.
Fuera de concurso se exhibió "La belle et la Bete", un cuento mágico de Christophe Gans interpretada por Vincent Cassel.
Esta producción francesa alegró el día con su mundo de rubias princesas, bestiales galanes enamorados y simpáticas criaturas nacidas de la animación computerizada, tras un festival que trajo pocas estrellas a su alfombra roja.
La más mediático del festival vino fuera de concurso: el clan de George Clooney bailando la conga en la presentación de "The Monuments Men," y Lars von Trier, mudo pero mostrando una camiseta de "persona non grata", para la de "Nymphomaniac. Volume I".
El director de la Berlinale, Dieter Kosslick, había anunciado que el eje temático de este año sería la infancia castigada, junto con la migración, y en la excelente "Macondo" confluyen ambos aspectos.
No fue un fin de fiesta de los que acaparan flashes, pero la Berlinale renunció hace ya unos años a tratar de competir con Cannes en cuanto a estrellato.
En lugar de eso, el festival se ha concentrado en mostrar apuestas no siempre digeribles en los circuitos comerciales, a la espera de que el jurado liderado por el productor estadounidense James Schamus reparta los premios.
En medios berlineses se apunta a un "Oso alemán", tras un festival donde ha habido una muy amplia representación del cine anfitrión -cuatro filmes dirigidos por cineastas del país y diez coproducciones con financiación germana-.
"Boyhood" encandiló a la Berlinale con su "american way of life" que Linklater rodó a lo largo de doce años y se sitúa en cabeza de la quiniela oficiosa que publica el diario berlinés "Der Tagesspiegel".
De quedarse el Oso en Alemania, la más firme candidata es "Kreuzweg", el vía crucis de una muchacha bajo los dogmas de la Hermandad de Pío XII, según el ránking de la revista "Screen" de la Berlinale (que no incluye las últimas dos jornadas).
La gran apuesta del "mandamás" de la casa, Kosslick, era el cine latinoamericano y el asiático. En esas dos órbitas, los mejor acogidos fueron, respectivamente, "La tercera orilla" -filme apadrinado por Martin Scorsese y con subvención previa del World Cinema Fund de la Berlinale-, y el western chino "Wu Ren Qu".
Todo ello, sin olvidar una película que impactó por su capacidad de sumergir al espectador en el conflicto norirlandés, "'71", del francés Yann Demange, a la que pocos rebatirían el derecho a un Oso.
Schamus y el resto de los miembros del jurado pueden seguir la regla no escrita de no dejarse guiar por ninguna quiniela y optar por dar la sorpresa.
La Berlinale tiene un buen historial de decisiones no siempre ajustadas a la opinión general e incluso algún "Oso" que luego nunca encontró quien lo estrenara en salas comerciales -el más célebre, la "Carmen" sudafricana, Oro en 2005-. EFE
gc/nl/cr
(foto)
Gemma Casadevall
Berlín, 14 feb (EFE).- El filme "Macondo", en torno a un muchacho checheno asilado con su familia en Austria, cerró hoy el desfile de aspirantes al Oso de una Berlinale dominada por infancias convulsas, a merced de conflictos globales o privados de los adultos.
Una semana después de "Jack" -un niño alemán que ejerce de cabEntre una y otra película, una decena de filmes abordaron la situación de niños o adolescentes descarriados, abandonados o simplemente víctimas de un modo u otro de los problemas generados por sus progenitores o el mundo en que habitan.
La estadounidense "Boyhood", de Richard Linklater, o la argentina "La tercera orilla", de Celina Murga, plasmaron en la Berlinale el cosmos de la infancia y la adolescencia; la alemana "Kreuzweg" expuso el mundo de una muchacha sometida al fanatismo católico; y "Aloft", de la peruana Claudia Llosa, retrató la búsqueda de la madre perdida.
"Macondo" cerró la ronda, compartiendo la jornada a competición con la japonesa "Chiisai Ouchi" -"The little House"-, una romántica y pulcra película de Yoji Yamada.
Fuera de concurso se exhibió "La belle et la Bete", un cuento mágico de Christophe Gans interpretada por Vincent Cassel.
Esta producción francesa alegró el día con su mundo de rubias princesas, bestiales galanes enamorados y simpáticas criaturas nacidas de la animación computerizada, tras un festival que trajo pocas estrellas a su alfombra roja.
La más mediático del festival vino fuera de concurso: el clan de George Clooney bailando la conga en la presentación de "The Monuments Men," y Lars von Trier, mudo pero mostrando una camiseta de "persona non grata", para la de "Nymphomaniac. Volume I".
El director de la Berlinale, Dieter Kosslick, había anunciado que el eje temático de este año sería la infancia castigada, junto con la migración, y en la excelente "Macondo" confluyen ambos aspectos.
No fue un fin de fiesta de los que acaparan flashes, pero la Berlinale renunció hace ya unos años a tratar de competir con Cannes en cuanto a estrellato.
En lugar de eso, el festival se ha concentrado en mostrar apuestas no siempre digeribles en los circuitos comerciales, a la espera de que el jurado liderado por el productor estadounidense James Schamus reparta los premios.
En medios berlineses se apunta a un "Oso alemán", tras un festival donde ha habido una muy amplia representación del cine anfitrión -cuatro filmes dirigidos por cineastas del país y diez coproducciones con financiación germana-.
"Boyhood" encandiló a la Berlinale con su "american way of life" que Linklater rodó a lo largo de doce años y se sitúa en cabeza de la quiniela oficiosa que publica el diario berlinés "Der Tagesspiegel".
De quedarse el Oso en Alemania, la más firme candidata es "Kreuzweg", el vía crucis de una muchacha bajo los dogmas de la Hermandad de Pío XII, según el ránking de la revista "Screen" de la Berlinale (que no incluye las últimas dos jornadas).
La gran apuesta del "mandamás" de la casa, Kosslick, era el cine latinoamericano y el asiático. En esas dos órbitas, los mejor acogidos fueron, respectivamente, "La tercera orilla" -filme apadrinado por Martin Scorsese y con subvención previa del World Cinema Fund de la Berlinale-, y el western chino "Wu Ren Qu".
Todo ello, sin olvidar una película que impactó por su capacidad de sumergir al espectador en el conflicto norirlandés, "'71", del francés Yann Demange, a la que pocos rebatirían el derecho a un Oso.
Schamus y el resto de los miembros del jurado pueden seguir la regla no escrita de no dejarse guiar por ninguna quiniela y optar por dar la sorpresa.
La Berlinale tiene un buen historial de decisiones no siempre ajustadas a la opinión general e incluso algún "Oso" que luego nunca encontró quien lo estrenara en salas comerciales -el más célebre, la "Carmen" sudafricana, Oro en 2005-. EFE
gc/nl/cr
(foto)
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