Mi gran Skarsgard de todos los años
El humor extraseco escandinavo engulle a Resnais en la Berlinale
Gemma Casadevall
Stellan Skarsgard regresó al festival con uno de sus directores de cabecera, Hans Petter Moland, en un filme que parece que querer crear un nuevo género -el western polar- y que recuerda sin disimulos el estilo de los hermanos Ethan y Joel Coen o Quentin Tarrantino.
El realizador chino Lou Ye presentó un filme a ratos poético, a ratos terriblemente duro, que coloca al espectador en un salón de masajes, cuyo jefe y masajistas son ciegos o semiciegos y en cuyo elenco se alternan asimismo actores videntes con invidentes.
"Aimer, boire et chanter", finalmente, es la inmersión en el teatro de un maestro que ya no tiene que demostrar nada en el cine -Resnais-, al frente de una constelación de rostros habituales del cine francés -como Sabine Azéma y André Dussoller-, casi tan veteranos como el director.
"No hay nada divertido en la muerte. Pero aquí, en el cine, funciona. Y si funciona en películas de EE.UU. por qué no va hacerlo en el Polo Norte", afirmó Bruno Ganz, compañero de reparto de Skarsgard, quien como el resto del equipo de Moland solo tenía una palabra para definir su recuerdos del rodaje: "Frío, mucho frío".
"Kraftidioten" -"In orden of Disappearance", en inglés- discurre entre hermosos paisajes helados y toneladas de nieve, alrededor del encargado de las poderosas máquinas quitanieve -Skarsgard-, que de ciudadano ejemplar pasa a vengativo padre del hijo asesinado.
Su enemigo principal es el gánster local -Pal Sverre Hagen-, un vegano que vive en una mansión de gélido diseño escandinavo. Los asesinatos en serie del ciudadano ejemplar desencadenarán una guerra contra la banda rival, la del "serbio" que interpreta a Ganz.
En medio se cruzarán desde lacras escondidas en la sociedad perfecta noruega -la xenofobia- a un recital de genialidades sobre cómo percibe un serbio el modelo de bienestar escandinavo o el hábito de recoger los excrementos de perro de todo buen ciudadano.
Moland regresó a la Berlinale, dos años después de competir con "A Somewhat Gentle Man", asimismo interpretado por Skarsgard, quien ayer había sido ya aclamado en Berlín como protagonista del "Nymphomaniac. Volumen I" de Lars von Trier, fuera de concurso.
El filme escandinavo refrescó una Berlinale necesitada de humor, tras abrir el pase matutino "Tui Na" -"Blind Massage-, un filme que arranca con un joven rasgándose la yugular y casi desangrándose, tras conocer que su ceguera no será pasajera, sino irreversible.
Lou Ye trabajó con algunos actores que no interpretan el papel de invidentes, sino que lo son, lo que, le "ayudó a trasladar al cine sentimientos como la desesperación de un ciego enamorado por saber qué es la belleza y por qué ésta forma parte del amor".
Su película indaga en la ceguera en sus múltiples grados -irreversible o no, de nacimiento o accidental-, desde una técnica que roza lo experimental y en un tono que quiere ser "esperanzador", explicó Lou, sea cual sea la situación del personaje.
Resnais debería haber sido el plato fuerte de la jornada a competición, pero su película dejó en el festival la sensación de estar asistiendo a algún tipo de evento especialmente orientado para la tercera edad. La historia en torno a tres matrimonios ya maduros, de pronto reagrupados ante la muerte aparentemente inminente de un séptimo personaje -el hombre que las galanteó a todas- adoptó aires de comedia "de toda la vida", con un formato de teatro filmado que acaba pesando sobre la película.
Moland trajo las risas -y la Berlinale lo agradeció con una ovación-, mientras el cine asiático entraba a competición, con la primera de las cuatro películas en lucha por los Osos.
El director del festival, Dieter Kosslick, ha dado a la cinematografía china -junto a la latinoamericana y la alemana- un puesto de preferencia en ese festival. Todo representante asiático acude con rango de "presunto premiable". EFE
gc/cr
domingo, 9 de febrero de 2014
Argentina debuta, Alemania sacude
El miedo argentino y el fanatismo alemán en un inquietante domingo
Gemma Casadevall
Berlín, 9 feb (EFE).- Argentina entró en competición en la Berlinale con "Historia del miedo", un film centrado en el pánico a lo externo dirigido por Benjamin Naishtat, compartiendo jornada con un vía crucis alemán sobre el fanatismo católico en nuestros días.
El debutante Naishtat y el alemán Dietrich Brüggemann, como representante del cine anfitrión a concurso, dieron como resultado un domingo inquietante, poblado de los fantasmas internos, propios o adquiridos, generados en sociedades avanzadas.
"La historia del miedo" plasma el terror "al otro", desde la perspectiva de un barrio privado de las inmediaciones de Buenos Aires, donde cualquier persona, comportamiento o mero gesto ajeno al círculo habitual se percibe como una agresión.
"Kreuzweg" (Vía crucis) es la historia de una muchacha de 14 años cuya madre sigue estrictamente el dogma de la Hermandad de Pío XII, mientras el padre calla, mezclado con la adoración adolescente de la chica hacia el cura de la escuela, que le inculca el precepto del sacrificio extremo como norma de vida.
"Partimos de un fanatismo religioso que algunos creerán propio de núcleos islámicos, pero que convive en sociedades consideradas perfectas, como la nuestra, donde la religión actúa en complicidad con una violencia sutil emanada de la familia", indicó Brüggemann.
Ni el filme argentino ni el alemán prometían un domingo de colorines, pero, tras la sobredosis de estrellato exhibida el sábado por George Clooney y su "The Monuments Men" en la Berlinale, le vino bien el regreso a la reflexión.
"Historia del miedo" incide en lo que su director, nacido en Buenos Aires en 1986, califica como un "problema muy argentino", aunque extendido a buena parte del resto de América Latina: blindarse tras las vallas en barrios cerrados, en un intento vano por protegerse de los pavores que en realidad se llevan dentro.
"Los argentinos sufrimos especialmente de un mal llamado miedo al otro. Se refleja en la profusión de barrios cerrados, con los que la clase adinerada trata de protegerse del exterior", indicó a Efe Naishtat, ante su estreno en la alfombra roja de la Berlinale.
El suyo es un filme de corte experimental y planos cortos, poblado de personajes "aprisionados en una especie de miedo que ni ellos mismos saben a qué se orienta" y generador del pánico ante "cualquier presencia de quienes no pertenecen a su círculo".
Naishtat trata de "decodificar la realidad argentina", a través de una película que toma la apariencia de un 'thriller', aunque, como advierte su director, no es una película de ese género.
Un helicóptero sobrevolando el barrio y sus aledaños es el arranque del filme, que luego recala en un grupo de habitantes que de saborear un asado y beber vino tinto pasan al pánico colectivo porque se cortó la electricidad -"lo que ocurre constantemente en Buenos Aires, solo que ellos lo perciben como algo ajeno a su condición social", apuntó Naishtat.
Su película incide en la temática de novelas como "La viudas de los jueves", de su compatriota Claudia Piñeiro, también llevada al cine, o de la película "La zona", del uruguayo Rodrigo Plá.
"Historia del miedo" llegó a la Berlinale arropada por la subvención al guión del World Cinema Fund, el fondo de la Berlinale a los jóvenes cineastas, y fue la primera de las dos cintas argentinas a competición en esta edición del festival, muy volcado a las cinematografías de América Latina.
El próximo miércoles se proyectará "La tercera orilla", de la también argentina Celina Murga, quien regresa a la Berlinale después de haber exhibido en 2012, el documental "Escuela normal".
A concurso acudirán, asimismo, "Praia do Futuro", del brasileño Karim Aïnouz, mientras que la peruana Claudia Llosa, Oso de Oro en 2009 con "La teta asustada", compite con "Aloft", rodada en inglés y entre hielos polares.
Son cuatro representantes de América Latina, el mismo número de los cineastas alemanes incluidos en la sección a competición, entre el total de 20 aspirantes a los Osos. EFE
gc/ram
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Naishtat: "reflejo el miedo a lo externo en la sociedad argentina"
Gemma Casadevall
Berlín, 9 feb (EFE).- Argentina se incorporó hoy a la competición de la Berlinale con "Historia del miedo", un película del debutante Benjamin Naishtat, que plasma los temores "a lo externo" que el joven realizador califica de arquetípicos de la sociedad argentina.
"Es un problema muy argentino: el miedo al otro. Se refleja en la profusión de barrios cerrados con los que la clase adinerada trata de protegerse del exterior", indicó a Efe Naishtat, nacido en Buenos Aires en 1986 y primer aspirante a los Osos del festival de su país.
"Historia del miedo", de corte experimental y planos cortos, fue rodado en varios puntos del extrarradio bonaerense, principalmente en la zona de Moreno, "porque, como no nos daban permiso para hacerlo en ninguno de esos barrios, tuvimos que ir alternando", explicó.
"Los personajes están aprisionados en una especie de miedo que ni ellos mismos saben a qué se debe. Desconfían de cualquier gesto de quienes no pertenecen a su círculo, generan pánico", apuntó.
Se trata de un filme con el que el cineasta trata de "decodificar la realidad argentina a través de elementos propios de un 'thriller', aunque no sea propiamente una película de género", añadió.
"Historia del miedo" arranca con un helicóptero sobrevolando por la zona y lanzando advertencias, "tras las cuales, cada uno siente o cree percibir algún tipo de amenaza", advierte, hasta recalar en un círculo de habitantes de ese barrio privado.
"De la falsa seguridad que les dan las vallas pasan al pánico por un simple corte de electricidad, algo que ocurre constantemente en Buenos Aires, pero que ellos perciben como algo ajeno, algo que no se corresponde a su clase social", continuó Naishtat.
Su película sigue la línea inspiradora de novelas como "La viudas de los jueves", de su compatriota Claudia Piñeiro, también llevada al cine, o de la película "La zona", del uruguayo Rodrigo Plá, ambas centradas en el microcosmos de los barrios cerrados.
"Lo que ahí dentro se respira y las relaciones de sus habitantes con el exterior son exponentes de la injusticia social creciente en la que vivimos y los estallidos sociales que se generan. No sólo en Argentina, sino en buena parte de América Latina", concluye.
El filme recibió una subvención al guión del Wordl Cinema Fund, fondos de la Berlinale a los jóvenes cineastas, tras lo cual pasó por el Festival de San Sebastián, en la sección "En construcción", a lo que siguió su selección para Berlín.
"Primero, creímos que iría a Panorama o Forum, luego nos dijeron que iba a competición, lo que es un orgullo y una presión enorme", indicó el realizador, a quien acompañó en su viaje a la capital alemana Jonathan da Rosa, uno de sus actores.
"Jonathan tiene 21 años, vive en una de las villas que rodean a los barrios ricos y nunca hizo cine. Todo es mucho no solo para él, también para mí", admitía Naishtat.
Da Rosa interpreta a uno de los que viven "afuera", pero "cosido al barrio privado", una realidad que viven "los millones de argentinos que entran a trabajar ahí a diario y causan espanto a los de dentro, porque temen que, en cuanto se den la vuelta, los atracarán".
A "Historia del miedo" seguirá el próximo miércoles "La tercera orilla", de Celina Murga, quien regresa a la Berlinale después de haber exhibido aquí, en 2012, el documental "Escuela normal".
"La tercera orilla" es el tercer largometraje de Murga y en él aborda otra rebelión o conato de ésta, la de un muchacho confrontado a la disciplina paterna, uno de los ejes temáticos de esta Berlinale.
Es la primera vez en décadas que el cine argentino presenta dos filmes a competición, en una edición de la Berlinale con una muy fuerte presencia de las cinematografías latinoamericanas en todas las secciones del festival.
"Este festival es muy lindo para nosotros, los argentinos. Se percibe mucha sensibilidad hacia nuestras cinematografías", apuntó Naishtat, sorprendido por el buen tiempo e incluso algo de sol de este domingo berlinés: "Identificaba alfombra roja y Berlinale con nieve. Parece que este año es más benigno todo", comentó.
A concurso acudirán, asimismo, "Praia do Futuro", del brasileño Karim Aïnouz, mientras que la peruana Claudia Llosa, Oso de Oro en 2009 con "La teta asustada", compite con "Aloft". EFE
gc/ram
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sábado, 8 de febrero de 2014
El paseíllo de George y su clan
Clooney se apropió de la Berlinale con un aventurero "Monuments" antinazi
Gemma Casadevall
"Me interesa la historia, me interesa el arte. Y tuve el privilegio de estar aquí, en Alemania. ¿Qué más se puede pedir?", respondía Clooney, acompañado de un arsenal de actores de su equipo, Matt Damon, Bill Murray, John Goodman y Jean Dujardin, entre otros.
En una conferencia de prensa abarrotada y con Murray haciendo piruetas a su lado -lo mismo que días atrás, con el equipo de "The Grand Budapest Hotel"-, Clooney insistió una y otra vez en la palabra "historia", por mucho que su producción la aborda casi como anécdota.
"Monuments Men" reduce a aventura el oscuro capítulo de la historia alemana del expolio de cinco millones de obras de arte propiedad de museos, la iglesia, coleccionistas privados y familias judías.
Fue un robo organizado por el aparato nazi, fuera para nutrir los fondos museísticos, las arcas del Tercer Reich o las paredes de los comedores militares. Décadas después sigue sin haberse logrado restituir al completo ese tesoro a sus legítimos propietarios, como mostró el hallazgo, unos meses atrás, de 1.400 piezas en casa del anciano muniqués Cornelius Gürlich, cuya existencia se desconocía.
En el film, Clooney y su clan llegan a Normandía días después del histórico desembarco aliado como parte del equipo real que integraron 350 hombres y mujeres, con el objetivo de rescatar lo que los bombardeos no destruyeron ni se llevaron los nazis.
El papel que se adjudica Clooney es el del historiador-jefe. A partir de ahí, reparte por el filme todos los tópicos posibles, desde el viejo avión escondido en el granero al villancico que sus nietos cantan al veterano Murray a distancia.
La banda sonora recuerda deliberadamente a "The Bridge on the River Kwai", los nazis parecen los malos de "Indiana Jones", y Clooney se reserva el privilegio de algún mensaje patriótico: cero sorpresas, como no lo fue el impacto mediático en torno al astro.
"Viene Clooney y acuden todos", había vaticinado el director de la Berlinale, Dieter Kosslick, acerca de un invitado que en ediciones anteriores del festival ya fue aclamado, con o sin película a concurso, y al que se recibe como amigo de la casa.
La Berlinale necesitaba una gran estrella sobre la alfombra roja y la tuvo, mientras algunos desistían de asomarse a ver la película a competición de la jornada, la alemana "Die geliebten Schwestern" ("Beloved Sisters").
El cine anfitrión llevaba las de perder con ese filme "de época" y 170 minutos de duración, proyectado para la prensa a las 08.30 GMT de un sábado dominado por la presencia de Clooney en la ciudad.
Dominik Graf, su director, retrata una romántica historia del poeta Friedrich Schiller, emparedado entre el amor de dos hermanas, Caroline y Charlotte, una casada y la otra por casar, tan almas gemelas entre sí como hacia él, que pactan convertirse en terceto.
Es un filme hermoso, que dejó al público no alemán con la tentación de dejar la película y coger a un tren para visitar Weimar, la ciudad que conocieron Goethe y Schiller, o los bosques del "land" de Turingia, escenarios de la película.
Las actrices tal vez no dan la talla (Hannah Hertzsprung y Henriette Confirius), y a Schiller (Florian Stetter) le falta la garra que debió tener el poeta para desatar la tolerancia triangular de las dos hermanas.
Graf, uno de los representantes del cine anfitrión habituales de la Berlinale, con una asiduidad casi anual, logró por lo menos no provocar una desbandada a mitad de un filme cuya duración se vaticinaba ya como disuasoria. EFE
gc/ram
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viernes, 7 de febrero de 2014
El cine comprometido entra en la Berlinale con el gigante Whitaker
Gemma Casadevall
Berlín, 7 feb (EFE).- El cine comprometido irrumpió hoy en la Berlinale con Forest Whitaker en la piel de un preso en libertad condicional converso al islam en el árido Nuevo México, compartiendo jornada con dos duros filmes sobre el conflicto norirlandés y la Alemania de la precariedad social.
Fueron tres formatos de denuncia -la del argelino-francés Rachid Bouchareb, el alemán Edward Berger y el francés Yan Demange-, de seres acosados que tratan de hacer las cosas bien o enderezar su vida en un entorno que les condenó de antemano.
"La voie de l'ennemi", título original en francés para un filme que discurre en inglés y español y que es una revisión de "Two Men in Town" (1973), coloca a un contenido Whitaker contra las cuerdas, recién salido de prisión tras 18 años entre rejas por el asesinato de un policía y tráfico de drogas.
"No trato únicamente de trasladar la problemática de la islamofobia a Nuevo México. Ése es solo un aspecto del perfil aparentemente contradictorio del negro americano que quiere reconstruir su vida", apuntó Bouchareb, tras el pase del filme.
"Un negro, con pasado criminal, convertido al islam, en quien se se ve a un presunto terrorista, a quien se arrincona y humilla: ese es el personaje creado por Rashid. Una expresión de muchos acosos a la vez", explicó el actor respecto a un papel que le sitúa a millas del servicial empleado de la Casa Blanca que representó en "The Butler" (El mayordomo).
El filme del director argelino-francés, quien ya compitió en la Berlinale en 2001 con "Little Senegal" y con "London River", en 2009, incide efectivamente en otras formas de acoso, como la de los inmigrantes ilegales en EE.UU., extorsionados por las redes de tráfico humano y criminalizados por la policía.
Ni el "sheriff" (Harvey Keitel) ni su antiguo patrón (Luis Guzmán) dejarán a Whitaker reconstruir su vida, por encima del apoyo de la funcionaria (Brenda Blethyn) a cuya custodia queda o la hermosa mexicana (Dolores Heredia) de la que se enamora.
"Es un personaje decidido a redimirse, tras haber calmado su alma por la vía del islam. Sólo que con ello añadió un prejuicio más a los muchos que ya le acompañaban", indicó Bouchareb, quien incluyó ese aspecto religioso en su revisión de "Two Men in Town".
El gigante Whitaker impactó en la Berlinale, en una jornada en que se presentó el primer filme alemán a concurso, "Jack", una película apuntalada en un niño (Yvo Pietzcker) que protege a su hermano menor y cuida además de una madre postadolescente sin oficio conocido y muchos novios pasajeros.
Jack es otro personaje acosado que trata de hacer lo correcto, incluso de adaptarse al centro de acogida asignado por los servicios de asistencia social que lo separan de su madre, y que topa con todo tipo de hostilidades, declaradas o no.
El filme de Berger discurre como una guía de Berlín y también de la Alemania precaria de hoy, entre adultos desbordados e incompetentes y chicos obligados a ser adultos.
"Jack" encaja perfectamente en uno de los ejes temáticos preferentes de la presente Berlinale, el de los menores en situación de conflicto, se desmarca del género, para muchos insufrible, de la "película con niño" y tiene la virtud de presentar una situación límite sin caer nunca en la lágrima fácil.
La tercera película a competición, "'71", trasladó la Berlinale a un conflicto, el norirlandés, en 1971. Un escenario que tal vez queda algo fuera de la agenda cinematográfica y política actual, pero que el francés Demange retoma con valentía.
Su ser hostigado es un soldado británico, Jack O'Connell, que en la confusión de los disturbios desatados al paso de su patrulla cae en territorio de nadie o de todos: la línea divisoria de un barrio a merced de comandos paramilitares, protestantes y católicos.
La cámara de Demange se mete en las entrañas de esos disturbios, desde la perspectiva múltiple del pánico del soldado, de las mujeres norirlandesas que pasean a sus hijos en el cochecito entre vehículos ardiendo, de los norirlandeses que buscan que la situación estalle y de los que tratan de rebajar la tensión.
El director francés ejerce un dominio absoluto de la situación en el aspecto cinematográfico, mientras la situación se desborda para el soldado hostigado, incluso desde su bando, el británico. EFE
gc/nl/ram
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México conquistó la Berlinale con "Güeros", un canto a la amistad
Gemma Casadevall
Berlín, 7 feb (EFE).- El cine mexicano entró con buen pie en la Berlinale con "Güeros", un filme dirigido por Alfonso Ruizpalacios y definido por el cineasta como un "canto a la amistad", en formato de "road movie" y sobre el trasfondo de las protestas juveniles por el derecho a la educación.
El festival acogió con entusiasmo la historia, en blanco y negro, de los tres muchachos que dejan una vivienda destartalada y sin electricidad para ponerse en ruta en un auto, igual de destartalado, en busca de un cantante agónico, ídolo de la generación anterior.
"Los héroes, cuando los tenemos delante, resultan muy distintos a como nos los imaginamos", comentó Ruizpalacios, al término de la proyección, bajo el impacto de la acogida dispensada a su película, exhibida en la sección Panorama.
"Güeros" es su primer largometraje "y éste es mi primer contacto con Alemania", explicó, acerca de un filme que recorre las tumultuosas asambleas universitarias -con un muy buen dominio de la cámara, entre centenares de alumnos- de 1999 hasta derivar en un viejo local donde dormita Epigmenio Cruz, el viejo cantante.
"Me inspiré en la historia real de Bob Dylan, que en una ocasión hizo un largo viaje para visitar a un ídolo del folk que se moría y cuya voz le había emocionado hasta el llanto", prosiguió el realizador, nacido en México D.F. en 1978.
Es una película hecha "entre amigos", dijo, e interpretada por un trío de jóvenes actores -Tenoch Huerta, Sebastián Aguirre y Leonardo Ortizgris-, más la inevitable "chica" -Ilse Salas- y con deliberado aire de homenaje a la "nouvelle vague".
"Güeros" redondeó una jornada que ya había tenido un primer toque mexicano con la actriz Dolores Heredia, protagonista junto a Forest Whitaker de "La voie de l'enemie", dirigida por el argelino-francés Rachid Bouchereb.
La película, una de las 20 aspirantes a los Osos, se centra en el personaje de un preso -Whitaker- que sale en libertad condicional tras media vida en la cárcel, entre otra cosas por el asesinato de un policía.
Whitaker, un gigante negro converso al Islam, se fijará en la guapa empleada del banco -Heredia- y se ganará el apoyo de la funcionaria encargada de tutelar su libertad vigilada -Brenda Blethyn- en su propósito de rehacer su vida.
Sus intentos por reconducir su existencia topan con el revanchismo del sherif local -Harvey Keitel- y el acoso de un traficante -Luis Guzmán-, empeñado en que vuelva a trabajar con él.
"Es un film con una narrativa distinta, con una cadencia muy peculiar, muchos silencios, pocos diálogos", explicó Heredia acerca del filme, una revisión de "Two Men in Town" de los años 70, trasladada a Nuevo México.
Sobre el filme planea la temática de la inmigración ilegal hacia EE.UU., cuestión compartida por otra película que incide en la realidad mexicana, "Los Ángeles" del director estadounidense Damian John Harper, que se estrenará mañana en la sección Forum..
Rodada en Santa Ana del Valle en Español y Zapoteca, "Los Angeles" se centra en los jóvenes que sueñan con viajar al país vecino, la de quienes vuelven, después de muchos años, para darse cuenta de que se han convertido en unos extraños en su propia casa.
México estará asimismo presente en el programa de la Berlinale con "César Chávez", de producción estadounidense y dirigida por el mexicano Diego Luna, que se centra en la figura de este activista defensor de los campesinos indocumentados.
Completan la representación mexicana en el festival "Bim, Bam Boom. Las Luchas Morenas", de Marie Losier e incluida en Forum Expansed, así como "Somos Mari Pepa", de Samuel Kishi Leopo, en Generation, destinada al público juvenil. EFE
gc-jvm/af
La película, una de las 20 aspirantes a los Osos, se centra en el personaje de un preso -Whitaker- que sale en libertad condicional tras media vida en la cárcel, entre otra cosas por el asesinato de un policía.
Whitaker, un gigante negro converso al Islam, se fijará en la guapa empleada del banco -Heredia- y se ganará el apoyo de la funcionaria encargada de tutelar su libertad vigilada -Brenda Blethyn- en su propósito de rehacer su vida.
Sus intentos por reconducir su existencia topan con el revanchismo del sherif local -Harvey Keitel- y el acoso de un traficante -Luis Guzmán-, empeñado en que vuelva a trabajar con él.
"Es un film con una narrativa distinta, con una cadencia muy peculiar, muchos silencios, pocos diálogos", explicó Heredia acerca del filme, una revisión de "Two Men in Town" de los años 70, trasladada a Nuevo México.
Sobre el filme planea la temática de la inmigración ilegal hacia EE.UU., cuestión compartida por otra película que incide en la realidad mexicana, "Los Ángeles" del director estadounidense Damian John Harper, que se estrenará mañana en la sección Forum..
Rodada en Santa Ana del Valle en Español y Zapoteca, "Los Angeles" se centra en los jóvenes que sueñan con viajar al país vecino, la de quienes vuelven, después de muchos años, para darse cuenta de que se han convertido en unos extraños en su propia casa.
México estará asimismo presente en el programa de la Berlinale con "César Chávez", de producción estadounidense y dirigida por el mexicano Diego Luna, que se centra en la figura de este activista defensor de los campesinos indocumentados.
Completan la representación mexicana en el festival "Bim, Bam Boom. Las Luchas Morenas", de Marie Losier e incluida en Forum Expansed, así como "Somos Mari Pepa", de Samuel Kishi Leopo, en Generation, destinada al público juvenil. EFE
gc-jvm/af
jueves, 6 de febrero de 2014
La Berlinale, el mejor antídoto contra el jet lag
La Berlinale abrió con una marea de estrellas en torno a Fiennes
Gemma Casadevall
Berlín, 6 feb (EFE).- La Berlinale abrió el desfile en su alfombra roja con la marea de estrellas de "The Grand Budapest Hotel", una comedia corrosiva capitaneada por Ralph Fiennes y con una veintena de secundarios de lujo, como Willem Defoe, Adrian Brody, Tilda Swinton, Edward Norton y Bill Murray.
El festival se aseguró con ese filme, dirigido por Wes Anderson, una apertura diseñada para multiplicar los "flashes" en todas direcciones, desde el impecable Fiennes y el debutante Tony Revolori al resto del elenco, casi al completo en Berlín.
"The Grand Budapest Hotel" va de lo esperpéntico a la trama policiaca, con pinceladas reflexivas acerca de la Europa de entreguerras y centrada en la figura del perfecto conserje, Monsieur Gustave, al que la herencia de una de sus octogenarias clientes y amantes convierte en preso, primero, y prófugo, después.
"Tuve el privilegio de que aceptaran viajar y trabajar bajo presupuesto por un par de minutos de gloria", ironizó Anderson, cuyo filme fue parcialmente rodado en un desvencijado almacén de Görlitz (frontera germano-polaca) y entre hermosos paisajes nevados.
Todo gira entorno a Fiennes, "porque hicimos su papel pensando en él", dijo el director, y desde la certeza de que "tal vez otros papeles (los secundarios) habrían sido intercambiables", pero no el del conserje o su botones, el debutante Revolori.
"No me siento tan protagonista. Toda película es un trabajo en equipo", respondió elegantemente Fiennes, perfectamente encajado en la absoluta corrección también ante los medios.
Anderson regresó así a la competición de la Berlinale con una película cien por cien fiel al estilo de las dos precedentes, con las que ya buscó, sin conseguirlo, el Oso: "The Royal Tenenbaum" (Los Tenenbaums. Una familia de genios), en 2002, y luego en 2005 "Life Acquatic".
Divertió a ratos y, cuando no lo hizo, por lo menos entretuvo con la serie de grandes actores a los que hay que ir descubriendo detrás de maquillajes excesivos, en el caso de Twinton, o convertidos en perversos legítimos desheredados, Defoe y Brody.
Es casi imposible citar a todos los actores que discurren por el filme, de clientes del establecimiento, colegas del conserje, presos, policías a soldados, cuyo eje es un hotel de lujo en el corazón de la Europa de 1932, donde en cualquier momento estallará la guerra.
Ninguno de ellos tuvo siquiera sus dos minutos de protagonismo en la conferencia de prensa, eclipsados unos por otros y resignados, también ahí, a ser secundarios.
En medio de este arsenal de estrellas, se pierde el espíritu del novelista que inspiró el guión, Stefan Zweig, cuestión que probablemente no importe tanto en el entorno del cine. Anderson tuvo que explicar quién fue ese autor austríaco "muy relevante en Europa, al que pocos conocen en Estados Unidos".
"El Grand Hotel" abrió la sección a concurso, integrada por 20 filmes y con abultada presencia de cineastas latinoamericanos, los argentinos Celina Murga y Benjamin Naishtat, así como el brasileño Karim Aïnouz y la peruana Claudia Llosa, Oro en 2009 con "La teta asustada", además de asiáticos.
Antes de la apertura, el productor y guionista estadounidense James Schamus, el presidente del jurado, mostró claramente sus preferencias por los nuevos talentos representativos de "lo menos conocido" del cine.
"Para esto estamos aquí: para hallar lo nuevo, lo dinámico, lo que no está tan presente en los circuitos más habituales del cine", afirmó Schamus y expresó luego su "satisfacción" por el peso de Latinoamérica y Asia en la lucha por los Osos.
Si Anderson desembarcó en la Berlinale con muchos de sus actores, Schamus compareció secundado por sus compañeros de jurado al completo, entre los que están el actor austríaco Christoph Waltz, la directora iraní Mitra Farahani y su colega francés Michel Gondry.
Tras el mediático arranque de hoy se espera el sábado a quien, según los planes del festival, está destinado a acaparar el máximo despliegue de "flashes": George Clooney, director y actor de "The monuments Men", junto a Matt Damon, John Goodman y, de nuevo, Murray. EFE
gc/nl/ram
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miércoles, 5 de febrero de 2014
Berlinale 2014: fiesta entre amigos de Kosslick
Fiennes y su Grand Hotel abren el desfile de aspirantes al Oso
Gemma Casadevall
Berlín, 5 feb (EFE).- La Berlinale abrirá mañana la ronda de cazadores del Oso con "The Grand Budapest Hotel", una comedia de tinte nostálgico que colocará a Ralph Fiennes sobre la alfombra roja, en un festival que alternará estrellato con cine comprometido.
El filme, dirigido por Wes Anderson y rodado en un antiguo edificio modernista de Görlitz (frontera germanopolaca), cumplirá con el precepto de las presencias estelares para la apertura, a la espera del desembarco el sábado del máximo imán mediático de esta 64 edición del festival, George Clooney.
"The Grand Budapest Hotel" acude respaldado por uno de esos repartos profusos en celebridades -Jude Law, Bill Murray, Tilda Swinton, Edward Norton y Owen Wilson, además de los protagonistas Fiennes y Tony Revolori- y está entre las 20 cintas a competición.
Clooney exhibirá, fuera de concurso, "The monuments Men", película que dirige e interpreta junto a Matt Damon y John Goodman, y que devuelve a la Berlinale la presencia de uno de los grandes amigos de su director, Dieter Kosslick.
Asimismo tienen prometida su asistencia otros asiduos, como Catherine Deneuve -algo así como un buque insignia del festival y rostro de su patrocinador L'Oreal-, junto a Pierce Brosman, Charlotte Gainsbourg, Bruno Ganz, Uma Thurman, Viggo Mortensen, Martin Scorsese y Ken Loach, quien recibirá el Oso de Oro de Honor.
Clooney Scorsese y Loach darán lustre al festival sin competir, mientras que Anderson y otros 19 directores lucharán por ganarse al jurado presidido por el productor independiente James Schamus y con el actor Christoph Walz -ganador de dos Oscar- entre sus miembros.
En lucha por el Oso hay cuatro realizadores latinoamericanos -la peruana Claudia Llosa, ganadora del Oro en 2009 con "La teta asustada", los argentinos Celina Murga y Benjamin Naishtat y el brasileño Karim Aïnouz-.
Entre sus rivales estarán el veterano Alain Resnais, el francoargelino Rachid Bouchareb, el estadounidense Richard Linklater y hasta cuatro representantes del cine asiático, el mismo número que de directores del cine anfitrión.
El veterano Resnais acude con "Aimer, boire et chanter", un filme sobre el reencuentro de varios amigos -Sabine Azéma y André Dussolier, entre otros- junto a una cama de enfermo.
"La voie de l'enemie", de Bouchareb, coloca a Forest Whitaker en la piel de un preso converso al Islam, con Harvey Keitel como compañero de reparto.
Patricia Arquette y Ethan Hawke son, en el filme de Linklater, una pareja a las puertas del divorcio, mientras que Llosa regresa al festival con "Aloft", una producción hispanocanadiense rodada en inglés e interpretada por Jennifer Connelly.
El director del festival cumple con el compromiso de mostrar cine alemán -con filmes de Edward Berger, Dietrich Brüggemann, Feo Aladag y Dominik Graf-, pero su apuesta personal se centra en América Latina y Asia.
De Aïnouz se presenta "Praia do Futuro", un filme muy recomendado por Kosslick, donde Wagner Moura -"Tropa de Elite"- interpreta a un socorrista de playa que parte de Brasil para llegar a Berlín en una historia de amor homosexual.
La argentina Murga compite con "La tercera orilla", centrada en la historia de un muchacho en conflicto con la autoridad paterna, uno de los ejes temáticos del festival.
Su compatriota Naishtat debuta en el largometraje con "Historia del miedo", una exploración en el pavor a lo externo desde el microcosmos de un barrio cerrado.
Asia, otra pasión tradicional de la Berlinale, compite a través del japonés Yoji Yamada y tres cintas chinas: "Bai Ri Yan Huo", de Yinan Diao; "Tui Na", de Ye Lou; y "Wu Ren Qu", de Hao Ning.
De Grecia acudirá "Stratos", de Yannis Economides, reflejo de los estragos causados por la crisis en la sociedad helena, otro filme incluido en la lista de cazadores de Oso como apuesta de Kosslick.
Al margen de la lucha por el Oso, la Berlinale exhibirá la versión completa del "Nymphomniac Volumen I" de Lars von Trier, con Charlotte Gainsbourg dando vida a una ninfómana. Y, en plena lucha a por el Oscar, se proyectará "American Hustle", para lo que se espera contar con Christian Bale sobre la alfombra roja. EFE
gc/nl/cat
Gemma Casadevall
Berlín, 5 feb (EFE).- La Berlinale abrirá mañana la ronda de cazadores del Oso con "The Grand Budapest Hotel", una comedia de tinte nostálgico que colocará a Ralph Fiennes sobre la alfombra roja, en un festival que alternará estrellato con cine comprometido.
El filme, dirigido por Wes Anderson y rodado en un antiguo edificio modernista de Görlitz (frontera germanopolaca), cumplirá con el precepto de las presencias estelares para la apertura, a la espera del desembarco el sábado del máximo imán mediático de esta 64 edición del festival, George Clooney.
"The Grand Budapest Hotel" acude respaldado por uno de esos repartos profusos en celebridades -Jude Law, Bill Murray, Tilda Swinton, Edward Norton y Owen Wilson, además de los protagonistas Fiennes y Tony Revolori- y está entre las 20 cintas a competición.
Clooney exhibirá, fuera de concurso, "The monuments Men", película que dirige e interpreta junto a Matt Damon y John Goodman, y que devuelve a la Berlinale la presencia de uno de los grandes amigos de su director, Dieter Kosslick.
Asimismo tienen prometida su asistencia otros asiduos, como Catherine Deneuve -algo así como un buque insignia del festival y rostro de su patrocinador L'Oreal-, junto a Pierce Brosman, Charlotte Gainsbourg, Bruno Ganz, Uma Thurman, Viggo Mortensen, Martin Scorsese y Ken Loach, quien recibirá el Oso de Oro de Honor.
Clooney Scorsese y Loach darán lustre al festival sin competir, mientras que Anderson y otros 19 directores lucharán por ganarse al jurado presidido por el productor independiente James Schamus y con el actor Christoph Walz -ganador de dos Oscar- entre sus miembros.
En lucha por el Oso hay cuatro realizadores latinoamericanos -la peruana Claudia Llosa, ganadora del Oro en 2009 con "La teta asustada", los argentinos Celina Murga y Benjamin Naishtat y el brasileño Karim Aïnouz-.
Entre sus rivales estarán el veterano Alain Resnais, el francoargelino Rachid Bouchareb, el estadounidense Richard Linklater y hasta cuatro representantes del cine asiático, el mismo número que de directores del cine anfitrión.
El veterano Resnais acude con "Aimer, boire et chanter", un filme sobre el reencuentro de varios amigos -Sabine Azéma y André Dussolier, entre otros- junto a una cama de enfermo.
"La voie de l'enemie", de Bouchareb, coloca a Forest Whitaker en la piel de un preso converso al Islam, con Harvey Keitel como compañero de reparto.
Patricia Arquette y Ethan Hawke son, en el filme de Linklater, una pareja a las puertas del divorcio, mientras que Llosa regresa al festival con "Aloft", una producción hispanocanadiense rodada en inglés e interpretada por Jennifer Connelly.
El director del festival cumple con el compromiso de mostrar cine alemán -con filmes de Edward Berger, Dietrich Brüggemann, Feo Aladag y Dominik Graf-, pero su apuesta personal se centra en América Latina y Asia.
De Aïnouz se presenta "Praia do Futuro", un filme muy recomendado por Kosslick, donde Wagner Moura -"Tropa de Elite"- interpreta a un socorrista de playa que parte de Brasil para llegar a Berlín en una historia de amor homosexual.
La argentina Murga compite con "La tercera orilla", centrada en la historia de un muchacho en conflicto con la autoridad paterna, uno de los ejes temáticos del festival.
Su compatriota Naishtat debuta en el largometraje con "Historia del miedo", una exploración en el pavor a lo externo desde el microcosmos de un barrio cerrado.
Asia, otra pasión tradicional de la Berlinale, compite a través del japonés Yoji Yamada y tres cintas chinas: "Bai Ri Yan Huo", de Yinan Diao; "Tui Na", de Ye Lou; y "Wu Ren Qu", de Hao Ning.
De Grecia acudirá "Stratos", de Yannis Economides, reflejo de los estragos causados por la crisis en la sociedad helena, otro filme incluido en la lista de cazadores de Oso como apuesta de Kosslick.
Al margen de la lucha por el Oso, la Berlinale exhibirá la versión completa del "Nymphomniac Volumen I" de Lars von Trier, con Charlotte Gainsbourg dando vida a una ninfómana. Y, en plena lucha a por el Oscar, se proyectará "American Hustle", para lo que se espera contar con Christian Bale sobre la alfombra roja. EFE
gc/nl/cat
martes, 28 de enero de 2014
Kosslick actualizó su nómina
Maestros y emergentes competirán por el Oso en una Berlinale animada por Clooney
Gemma Casadevall
Berlín, 28 ene (EFE).- A los Osos de la 64 edición de la Berlinale se lanzarán consagrados como Alain Resnais y talentos emergentes de América Latina y Asia, dos cinematografías mimadas por un festival que reserva su apuesta mediática a un amigo de la casa, George Clooney.
El director de la Berlinale, Dieter Kosslick, parece confiar en el director y actor estadounidense para llenar por sí solo la alfombra roja, que se desplegará del 6 al 15 de febrero, diez días de intenso cine en que se proyectarán 409 filmes.
"A Clooney deberíamos tenerle en plantilla", ironizó Kosslick al presentar hoy el programa, en alusión a la asiduidad con que acude a Berlín, sea durante el festival o para rodar sus filmes.
Tal vez sea la presencia más esperada, pero no la única: también se anuncian las de Pierce Brosman, Matt Damon, Catherine Deneuve, Charlotte Gainsbourg, Bruno Ganz, Uma Thurman, Viggo Mortensen, Martin Scorsese y Ken Loach, quien recibirá el Oso de Oro de Honor.
Scorsese presentará un documental, mientras que Clooney exhibirá fuera de concurso "The Monument Men", basado en la historia de una unidad aliada consagrada a rescatar el arte expoliado por los nazis.
El desfile de veinte aspirantes al Oso -sobre quienes decidirá el jurado presidido por el productor James Schamus- se abrirá con "The Grand Budapest Hotel", dirigida por Wes Anderson y con Ralph Fiennes, centrado en la figura de un conserje de ese célebre hotel.
Se trata de una producción británico-alemana encuadrada en lo que Kosslick define como filmes que remiten al reciente europeo, en ese caso los años 20 y 30, previos a la sacudida del nazismo.
Junto a Anderson, competirán el argelino-francés Rachid Bouchareb con "La voie de l'enemie", interpretada por Forest Whitaker y Harvey Keitel, en torno a un preso converso al islam.
El veterano Resnais desplegará en "Aimer, boire et chanter" a un grupo de amigos, con Sabine Azéma y André Dussolier entre otros, reunidos ante la inminente muerte de uno de ellos.
Otro habitual en ese festival, Richard Linklater, traerá a Patricia Arquette y Ethan Hawke como pareja a las puertas del divorcio en "Boyhood".
La apuesta de Kosslick se centra en el cine latinoamericano y asiático, cada uno con cuatro representantes, el mismo número de películas que presenta el cine alemán, con filmes de Edward Berger, Dietrich Brüggemann, Feo Aladag y Dominik Graf.
La peruana Claudia Llosa, Oso de Oro en 2009 con "La teta asustada", regresa con la producción hispano-canadiense-francesa "Aloft", rodada en inglés y con Jennifer Connelly como protagonista. El brasileño Karim Aïnouz compite con "Praia do Futuro", un filme enfáticamente destacado por Kosslick y apuntalado con Wagner Moura ("Tropa de Elite"), en el papel de un socorrista de playa que irá de su Brasil a Berlín envuelto en una historia de amor homosexual.
La argentina Celina Murga vuelve a la Berlinale con "La tercera orilla", su tercer largometraje, después de que en 2012 proyectase su documental "Escuela normal". Presenta la historia de un muchacho en conflicto, uno de los ejes temáticos de este festival.
El cuarto concursante latinoamericano es su compatriota Benjamin Naishtat, quien debuta con "Historia del miedo", una exploración en el pavor a lo externo desde el microcosmos de un barrio cerrado.
Llosa, Aïnouz, Murga y Naishtat son la evidencia del mimo con que la Berlinale trata al cine latino, y los dos filmes argentinos contaron con financiación del World Cinema Fund del festival.
El buen cine joven latinoamericano acostumbra a salir de la Berlinale con premio, aunque este año afrontará una dura competencia de otra de las "pasiones" regionales del festival, Asia.
Ahí estarán el japonés Yoji Yamada, otro habitual del festival, y hasta tres cintas chinas: "Bai Ri Yan Huo", de Yinan Diao; "Tui Na", de Ye Lou; y "Wu Ren Qu", de Hao Ning.
Todas ellas representan a la generación emergente asiática que encandila a Berlín, donde por primera vez en años no habrá cine iraní a competición, otra cinematografía propensa a llevarse el Oso.
"Es casualidad. Seleccionamos entre lo que tenemos, lo que está a punto para el festival y lo que nos atrae", explicó Kosslick, en lo que es su explicación oficial sobre ésta y otras ausencias.
La Berlinale presume de tender su alfombra roja por igual tanto a las estrellas como al cine político o social, que estará representado por la griega "Stratos", de Yannis Economides, reflejo de una "nueva miseria" -según Kosslick- que afloró en la zona euro.
A los amantes de Lars von Trier les espera, fuera de concurso, la versión completa de "Nymphomniac Volumen I", un exhaustivo en el que Gainsbourg da vida de una mujer etiquetada de ninfómana. EFE
gc/nl/ram
(vídeo)
La Berlinale presume de tender su alfombra roja por igual tanto a las estrellas como al cine político o social, que estará representado por la griega "Stratos", de Yannis Economides, reflejo de una "nueva miseria" -según Kosslick- que afloró en la zona euro.
A los amantes de Lars von Trier les espera, fuera de concurso, la versión completa de "Nymphomniac Volumen I", un exhaustivo en el que Gainsbourg da vida de una mujer etiquetada de ninfómana. EFE
gc/nl/ram
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La Berlinale recorrerá Latinoamérica en una veintena de filmes
Gemma Casadevall
Berlín, 28 ene (EFE).- La Berlinale recorrerá América Latina a través de más de 20 filmes, incidirá en sus nuevos talentos y dejará que alguno de ellos imparta incluso clases magistrales, en una edición del festival especialmente atenta a las cinematografías latinas.
El director de la Berlinale, Dieter Kosslick, había avanzado días atrás que en la 64 edición del festival habría fuerte presencia de cine latinoamericano en todas sus secciones y la presentación hoy del programa al completo confirmó que iba en serio.
Un total de 16 largometrajes, más seis cortometrajes, forman la lista de títulos y directores procedentes de la región incluidos en la Berlinale que inaugurará el próximo día 6 "The Grand Budapest Hotel", de Wes Anderson.
A ellos se sumaran dos sesiones del seminario "World Cinema Fund", en que se presentarán proyectos relacionados con este programa de ayudas de la Berlinale a jóvenes cineastas y que se centrarán en Argentina y México.
La peruana Claudia Llosa -Oso de Oro de 2009 con "La teta asustada"- estará de nuevo en Berlín no solo defendiendo su última película, "Aloft", incluida a competición, sino que además impartirá una de las clases magistrales en el Berlinale Talent.
Otra de las lecciones de ese campus para estudiantes de cine irá a cargo de su colega mexicano Diego Luna, de quien se exhibe en Berlinale Special "César Chávez", alrededor de ese activista defensor de los campesinos indocumentados.
La nómina de cineastas de América Latina arrancará, en la sección oficial, con la "reincidente" Llosa, en cuyo filme esta vez no se habla en quechua -como en "La teta"- sino en inglés y que incorpora un reparto internacional, encabezado por Jennifer Connelly.
También en lucha por los Osos acude el brasileño Karim Aïnouz, con "Praia do Futuro", una historia de amor homosexual que discurre entre Fortaleza y Berlín y que cuenta con las simpatías expresas de Kosslick.
Los argentinos Celina Murga y Benjamin Naishtat compiten con "La tercera orilla" e "Historia del miedo", respectivamente, ambas impulsadas desde la cantera del World Cinema Fund.
Murga estuvo ya en la Berlinale en 2012, con la proyección en Forum de su documental "Escuela normal" y regresa ahora con este largometraje, rodado en su provincia natal de Entre Ríos.
Naishtat acude como debutante, con una película que indaga en el temor a lo exterior, desde la perspectiva de un barrio privado.
De México se proyectará la citada "César Chávez", mientras que su compatriota Alonso Ruíz Palacios exhibirá "Güeros" en Panorama.
Cuba estará asimismo en competición con dos cortometrajes -"Casona", de Juliette Touin, y "Un paraíso", de Jayisha Patel-, apartado en que también concursa Perú, con "Solo te puedo mostrar el color", de Fernando Vílchez Rodríguez.
Brasil aporta, además de la película de Aïnouz, dos títulos en la sección Panorama -"Hoje Eu Quero Voltar Sozinho", de Daniel Ribeiro, y "O Homem das Multidöes", de Marcelo Gomez-, así como "Castanha", de Davi Pretto, en Forum.
Completan el recorrido hasta siete películas en la sección Generation, entre largometrajes y cortos, procedentes de Argentina, México, Pero, Puerto Rico y, de nuevo Brasil.
El chileno Sebastián Lelio -cuya "Gloria" ganó el Oso de Plata en 2013 a la mejor interpretación femenina- está presente en la nómina, no como "visitante", sino incorporado al programa de intercambio "Residency" y mientras trabaja en su nuevo proyecto, "Iguazú".
En ese mismo programa se encuentra el salvadoreño-mexicano José Luis Valle, mientras trabaja en "Operation Baby". EFE
gc/cr
lunes, 27 de enero de 2014
Menú precocinado
La Berlinale convierte a América Latina en plato fuerte de un festival crítico
Gemma Casadevall
Berlín, 27 ene (EFE).- La Berlinale ha convertido a América Latina en uno de los puntos fuertes de su 64 edición, que se abrirá el 6 de febrero y en que incidirá en su vocación de festival donde confluye el cine crítico con grandes presencias mediáticas, como el actor y director George Clooney.
"Habrá una fuerte presencia del cine latinoamericano en todas sus secciones", indicó hoy el director del festival, Dieter Kosslick, en un encuentro con medios extranjeros previo a la presentación del programa al completo, mañana martes.
Cuatro representantes de esas cinematografías -los argentinos Celina Murga y Benjamin Naishtat, el brasileño Karim Aïnouz y la peruana Claudia Llosa, ganadora del Oso de Oro en 2009 con "La teta asustada"- competirán junto con Wes Anderson, Rachid Bouchareb o Alain Resnais en la sección oficial.
Con carácter de exhibición se estrenará "César Chávez", del mexicano Diego Luna, centrada en la historia de ese activista por los derechos de los campesinos en EE.UU., mientras que su compatriota Alonso Ruíz Palacios mostrará "Güeros" en Panorama.
"Hay una gran comunicación entre la Berlinale y el cine latinoamericano", afirmó Kosslick, quien puestos a resaltar filmes entre los 20 aspirantes a los Osos habló de "Praia do Futuro", de Aimouz, que definió como "hermosa historia de amor homosexual".
Arranca en una playa brasileña y desemboca en Berlín y encaja en uno de los ejes temáticos -la homosexualidad- al que se quiere dedicar "especial atención" esta edición de un festival que Kosslick califica de "sensible hacia los temas sociales, políticos críticos".
Aïnouz apuntala su historia en la interpretación de Wagner Moura, asimismo protagonista de "Tropa de Elite" -Oso de Oro en 2008-.
La argentina Murga, por su parte, regresa con "La tercera orilla" a la Berlinale, después de que en 2012 estrenara, en la sección "Forum", el documental "Escuela normal", un retrato del mundo escolar rodado en el centro de secundaria del que fue alumna.
De producción argentino-alemana-holandesa, "La tercera orilla" es el cuarto largometraje de Murga, rodado en la provincia de Entre Ríos, entre Argentina y Uruguay, y centrado en un chico de 16 años.
El filme contó con el apoyo previo del World Cinema Fund, los fondos creados por la Berlinale para respaldar a jóvenes cineastas, y ha estado apadrinado por Martin Scorsese.
Su compatriota Naishtat competirá con "Historia del miedo", su primer largometraje, que asimismo fue financiado con ese programa de ayudas de la Berlinale. Su argumento indaga en el sentimiento del temor a lo exterior, desde la perspectiva de un barrio privado.
Llosa completa el desfile de aspirantes latinoamericanos a los Osos con "Aloft", una producción hispano-canadiense-francesa rodada en inglés e interpretada por Jennifer Connelly y Cillian Murphy,
Los cuatro realizadores latinoamericanos están incluidos en la lista de veinte aspirantes al Oso, junto a nombres como el francés Resnais -con "Aimer, boire et chanter", interpretada por Sabine Azéma- o el franco-argelino Bouchareb -con "La voie de l'ennemi", con Forest Whitaker y Harvey Keitel.
Asimismo concursa Richard Linklater, al frente de "Boyhood", con Patricia Arquette y Ethan Hawke; o el japonés Yoji Yamada, nombre habitual en un festival que acostumbra a "mimar" al cine asiático y que esta vez incluyó tres cintas chinas a competición: "Bai Ri Yan Huo" Yinan Diao; "Tui Na", de Ye Lou; y "Wu Ren Qu", de Hao Ning.
El máximo impacto mediático vendrá, previsiblemente, de la presencia fuera de concurso de "The Monuments Men", dirigida e interpretada por Clooney, con actores como Matt Damon, Bill Murray y John Goodmann.
También se exhibirá "Nymphomniac Volumen I", la versión completa del filme de Lars von Trier que recorre la vida de una mujer -Charlotte Gainsburg- etiquetada de ninfómana.
La Berlinale abrirá el día 6 con "The Grand Budapest Hotel", de Anderson e interpretado por Ralph Fiennes. A lo largo de sus diez días de existencia se proyectarán unos 400 filmes, en sus distintas secciones, hasta llegar el día 15 a la entrega de los Osos. EFE
gc/cr
"Hay una gran comunicación entre la Berlinale y el cine latinoamericano", afirmó Kosslick, quien puestos a resaltar filmes entre los 20 aspirantes a los Osos habló de "Praia do Futuro", de Aimouz, que definió como "hermosa historia de amor homosexual".
Arranca en una playa brasileña y desemboca en Berlín y encaja en uno de los ejes temáticos -la homosexualidad- al que se quiere dedicar "especial atención" esta edición de un festival que Kosslick califica de "sensible hacia los temas sociales, políticos críticos".
Aïnouz apuntala su historia en la interpretación de Wagner Moura, asimismo protagonista de "Tropa de Elite" -Oso de Oro en 2008-.
La argentina Murga, por su parte, regresa con "La tercera orilla" a la Berlinale, después de que en 2012 estrenara, en la sección "Forum", el documental "Escuela normal", un retrato del mundo escolar rodado en el centro de secundaria del que fue alumna.
De producción argentino-alemana-holandesa, "La tercera orilla" es el cuarto largometraje de Murga, rodado en la provincia de Entre Ríos, entre Argentina y Uruguay, y centrado en un chico de 16 años.
El filme contó con el apoyo previo del World Cinema Fund, los fondos creados por la Berlinale para respaldar a jóvenes cineastas, y ha estado apadrinado por Martin Scorsese.
Su compatriota Naishtat competirá con "Historia del miedo", su primer largometraje, que asimismo fue financiado con ese programa de ayudas de la Berlinale. Su argumento indaga en el sentimiento del temor a lo exterior, desde la perspectiva de un barrio privado.
Llosa completa el desfile de aspirantes latinoamericanos a los Osos con "Aloft", una producción hispano-canadiense-francesa rodada en inglés e interpretada por Jennifer Connelly y Cillian Murphy,
Los cuatro realizadores latinoamericanos están incluidos en la lista de veinte aspirantes al Oso, junto a nombres como el francés Resnais -con "Aimer, boire et chanter", interpretada por Sabine Azéma- o el franco-argelino Bouchareb -con "La voie de l'ennemi", con Forest Whitaker y Harvey Keitel.
Asimismo concursa Richard Linklater, al frente de "Boyhood", con Patricia Arquette y Ethan Hawke; o el japonés Yoji Yamada, nombre habitual en un festival que acostumbra a "mimar" al cine asiático y que esta vez incluyó tres cintas chinas a competición: "Bai Ri Yan Huo" Yinan Diao; "Tui Na", de Ye Lou; y "Wu Ren Qu", de Hao Ning.
El máximo impacto mediático vendrá, previsiblemente, de la presencia fuera de concurso de "The Monuments Men", dirigida e interpretada por Clooney, con actores como Matt Damon, Bill Murray y John Goodmann.
También se exhibirá "Nymphomniac Volumen I", la versión completa del filme de Lars von Trier que recorre la vida de una mujer -Charlotte Gainsburg- etiquetada de ninfómana.
La Berlinale abrirá el día 6 con "The Grand Budapest Hotel", de Anderson e interpretado por Ralph Fiennes. A lo largo de sus diez días de existencia se proyectarán unos 400 filmes, en sus distintas secciones, hasta llegar el día 15 a la entrega de los Osos. EFE
gc/cr
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