viernes, 21 de febrero de 2020
Elio, el actor, y Johnny, el personaje
Duelo de actores argentino-italiano abre la caza del Oso
Gemma Casadevall
Berlín, 21 feb (EFE).- La competición de la Berlinale se abrió hoy con un duelo de actores entre Argentina e Italia, con el eje común del retrato de seres poseídos por demonios interiores, aunque repartidos entre el terror psicológico y el retrato de un artista.
Argentina, sin largometraje en la sección oficial desde hacía seis años, impuso su presencia desde el minuto cero de esta 70 edición a través de "El Prófugo". Un filme que -en palabras de su directora, Natalia Meta- "adopta y desarma" el género del terror.
Érica Rivas, Nahuel Pérez Biscayart, Daniel Hendler y Cecilia Roth, todos ellos exponentes de la sólida factoría de actores argentinos, forman el elenco de una cinta basada en la novela "El mal menor", de C.E. Feiling. "Tuve que perderle el miedo al cine de miedo para hacerla", explicó Meta.
El italiano Giorgio Diritti compartió con ella la primera jornada a concurso del festival con "Volevo Nascondermi", un retrato del artista Antonio Ligabue apuntalado en el trabajo de un actor, Elio Germano.
Inquietante, onírica y terrorífica son algunas de las definiciones aplicadas a su película, que escuchó Meta en la rueda de prensa tras el pase para los medios de su filme. "Busco borrar las fronteras entre buenos y malos, tan comunes en las películas del género", explicó.
"El prófugo", o el intruso, es el ser o los seres que se apoderan de Inés -Rivas-. Sea el ex-novio posesivo que en lugar de calmarla desata nuevas inquietudes -Hendler-; la madre entrometida e irreconocible -Roth- o un juguetón organista -Pérez Biscayart-.
"Vivimos en una época en que conviene borrar fronteras", apuntó Érica Rivas, quien aplica al papel un desgarro interpretativo sin apenas tregua. Su Inés es una sincronizadora para doblajes de cine que, además, canta en un coro. La voz es el puntal de su vida laboral y a la vez el espacio del que se apodera el prófugo.
Vivirá "la intromisión del amor en su cuerpo y su vida", explicó la directora sobre la protagonista de su segundo largometraje tras "Muerte en Buenos Aires".
Meta acudía como la novata del equipo a la Berlinale -tanto Roth como Rivas pasaron antes por ese festival, mientras que Hendler incluso se llevó de él un Oso de Plata al mejor actor, en 2004, con "El abrazo partido". "Qué puede fallar, con un conjunto de actores como éste", bromeó.
Su filme es una producción de Benjamín Domenech, otro conocido de la Berlinale, a una de cuyas películas -"Historia del miedo", de Benjamín Naishtat- fue la última representante argentina -hasta "El Prófugo"- que luchó por el Oso, en 2014.
GERMANO Y LA EMPATÍA POR EL CUERPO EXTRAÑO
Impactante fue asimismo la interpretación de Elio Germano en "Volevo Nascondermi", el filme de Diritti alrededor del rompedor y revolucionario del arte que fue Antonio Ligabue (1899-1965). Un discapacitado teóricamente predestinado a la marginalidad, pero que se reivindica como ser humano a tener en cuenta a través de la pintura.
Centran la película la infancia torturada de Toni, el huérfano de una inmigrante expulsado de Suiza por el estigma de su discapacidad física y mental, y el adulto al que descubre y rehabilita otro artista, Renato Marino Mazzacurti. Germano traslada al espectador tanto el rechazo social como la empatía que es capaz de despertar su protagonista.
El personaje era difícil y para interpretarlo se precisa la capacidad para traspasar la pantalla de Germano. A través de ambos, de la figura de Ligabue y del actor Germano, Diritti colocó a Italia en la competición por los Osos.
Al cine italiano y al argentino les correspondió romper el hielo del desfile de 18 filmes a concurso sobre los que decidirá el jurado presidido por Jeremy Irons. Un equipo que incluye dos representantes de sus respectivas cinematografías -la actriz franco-argentina Bérénice Bejo y su colega italiano Luca Marinelli-. EFE
gc/ma
(foto( (vídeo)
Argentina, una presencia sólida en una Berlinale con 70 años y renovada
Elena Garuz, y Gemma Casadevall
Berlín, 21 feb (EFE).- La 70 edición de la Berlinale se abrió para Argentina bajo el signo de la solidez, con una amplia presencia en sus principales secciones, además de corresponderle a uno de sus títulos, "El Prófugo", la apertura del desfile de aspirantes al Oso.
"Regresamos con fuerza a una competición de un festival del que nos ausentamos solo temporalmente", comentó a Efe Benjamín Domenech, productor de "El Prófugo" y también de "Historia del miedo", el filme de Benjamin Naishtat con el que Argentina estuvo en 2014 en la sección oficial, junto con "Escuela normal", de Celina Murga.
De esa representación por partida doble se pasó a una sequía por seis años en lo que a largometrajes en la sección oficial se refiere. "Fue un paréntesis, no un cierre de ciclo", en palabras del productor.
"El Prófugo", entre el drama psicológico y el miedo, devolvió a la Berlinale algunos actores consolidados en ediciones anteriores -como Érica Rivas, Cecilia Roth y Daniel Hendler-.
UN BIEN NUTRIDO PALMARÉS
Vuelve así al festival una cinematografía que en la primera década del milenio había quedado frecuentemente incluida en su palmarés: en 2001 ganó el Alfred Bauer "La Ciénaga", de Lucrecia Martel; cinco años después se llevó ese galardón "El Custodio", de Rodrigo Moreno.
En 2004 brilló "El abrazo partido" -Oso Especial del Jurado, además de la plata para la interpretación de Hendler. Le siguieron varios Osos más: en 2007, el del Gran Premio del Jurado con "El Otro", de Ariel Rotter, que además dio la plata al actor Julio Chávez.
En los últimos años no había habido largometraje argentino en la sección oficial. Pero el corto "Blue Boy", de Manuel Abramovich, representó a Argentina en el palmarés de 2019 con un Oso de Plata.
En esta edición 70, la primera bajo la dirección colegiada del italiano Carlo Chatrian y la holandesa Mariette Rissenbeek, la presencia del cine argentino se reparte por sus múltiples secciones.
ARGENTINA, SECCIÓN A SECCIÓN
El jueves abrió ya la sección Panorama "Las Mil y Una", el segundo largometraje de Clarisa Navas. Un "coming-of-age" que transcurre en la periferia de Corrientes, que recorre temas como el "cibermobbing", la vida en comunidad, la pobreza, el amor, la violencia.
Dentro de esta misma sección se proyectará "Un crimen común", de Francisco Márquez, que aborda las injusticias en la sociedad argentina y la creciente brecha entre ricos y pobres.
Su protagonista es Cecilia, una mujer atormentada después de que el hijo de su asistenta doméstica aparezca muerto, el día después de que, por miedo, ésta no le abriera la puerta.
De nuevo en la sección oficial, pero en el apartado de cortometrajes, estará "Playback. ensayo de una despedida", de Agustina Comedi. Se posa en la Argentina católica de los 80 y en una sobreviviente de un grupo de mujeres transgénero y dragqueens.
Argentina figura con la película "Isabella", de Matías Piñeiro, entre los quince filmes que inaugurarán la nueva sección a competición creada por Chatrian y Rissenbeek, "Encounters", que busca dar cabida a lenguajes diferentes en el cine.
"Isabella" es la más reciente de una serie de películas del realizador sobre los papeles femeninos en dramas shakespearianos, en la que experimenta con narrativas no lineales.
En la sección Forum, dedicada al cine experimental, está presente Argentina por partida doble y bajo el género documental.
En "Responsabilidad empresarial", Jonathan Perel aborda la responsabilidad de una serie de consorcios con la represión durante la dictadura militar argentina. La voz en off de Perel da lectura a los datos que ilustran la participación de 25 empresas en la represión recogidos en el informe "Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad", publicado en noviembre de 2015.
"Medium", de Edgardo Cozarinsky, es un retrato de la pianista y artista Margarita Fernández, a la que el director convierte en mediadora entre pasado y presente, entre generaciones, entre partituras y música, sonidos e imágenes y su arte y el del cine.
De coproducción argentina es asimismo la ópera prima del uruguayo Alex Piperno "Chico ventana también quisiera tener un submarino".
La sección Generation cuenta a su vez con dos filmes argentinos: el largometraje "Mamá, mamá, mamá", ópera prima de Sol Berruezo Pichón-Rivière, y el corto "El nombre del hijo", de Martina Matzkin.
Un último apunte de "argentinidad" al programa: la inclusión de la actriz franco-argentina Bérénice Bejo en el jurado internacional que preside su colega británico Jeremy Irons. El equipo que, al sábado 29, entregará los Osos de la Berlinale, en esta edición de aniversario redondo y, a la vez, renovación. EFE
egw-gc/aam
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Johnny Depp coló en la Berlinale el activismo contra el veneno industrializado
Gemma Casadevall
Berlín, 21 feb (EFE).- El actor estadounidense Johnny Depp coló en la Berlinale el activismo contra el envenenamiento masivo e industrializado fruto de la codicia empresarial, con una "Minimata" exhibida fuera de concurso, pero aupada en su magnetismo mediático.
"El cine existe para que podamos transportar la denuncia de escándalos que atentan contra todos", afirmó Depp, tras el estreno de la película dirigida por Andrew Levitas.
"No podemos olvidar nuestra responsabilidad con el mundo, ante actuaciones monstruosas que dejan existencias al borde del colapso", añadió, acerca de un filme volcado la denuncia de los estragos causados por el uso industrial del mercurio en la comunidad de pescadores japonesa
Depp interpreta ahí al fotógrafo W. Eugene Smith. Un reportero gráfico en declive, físico y profesional, a años luz de sus mejores tiempos. Marcado por el alcohol y otros excesos, recluido en un apartamento en Nueva York que es, a la vez, cueva y refugio, reflejo de su propia decrepitud.
El personaje se asemeja bastante al Depp generador de noticias relacionadas con la droga, el alcohol o los conflictos con su pareja. Totalmente alejado de los protagonistas románticos -como el de "Chocolat" que presentó en la Berlinale en 2001- o aventureros -Piratas del Caribe-.
Un antihéroe avejentado por sus propios declives personales y, también, por la ayuda de la caracterización debida al maquillaje.
Ante los medios de la Berlinale acudió bastante más pletórico físicamente que bajo la cámara de Levitas. Y convencido de la necesidad de abrir la pantalla del cine a la denuncia de quienes practican "la codicia industrial".
La temática es potente. El filme se basa en el escándalo ocurrido en los años 50, con más de 20.000 personas afectadas, incluidos niños víctimas de malformaciones.
La figura central es ese fotógrafo, que de rechazar inicialmente el encargo de "Life", pasará a convertirlo en asunto propio.
Una japonesa identificada con el activismo le convence. Empieza así el viaje de Smith al Japón de la impactante recuperación económica de la posguerra, el país del que volvió traumatizado tras la II Guerra Mundial.
Los efectos de los estragos a los que asiste no son tan distintos de los vividos en el conflicto bélico. Tampoco su técnica fotográfica, en estricto blanco y negro.
Los intentos intimidatorios de la jefatura del consorcio químico no funcionarán en esa especie de deshecho humano necesitado de redención.
El retrato de Depp del reportero adopta por momentos formatos de caricatura de la situación actual del actor. El filme logra, sin embargo, trasladar el mensaje de la importante del trabajo del Smith real, que logró llevar ante la justicia a los responsables del envenenamiento.
Confronta asimismo al espectador ante los dilemas de una población pescadora que, por un lado, asiste a la destrucción física de sus familiares, pero duda en la denuncia ante el temor a perder su única fuente de ingresos.
LA GRAN PRESENCIA MEDIÁTICA EN LA PRIMERA JORNADA A CONCURSO
La película se proyectó en la sección Berlinale Special, fuera de concurso, en paralelo a la apertura del desfile de 18 aspirantes a los Osos del festival, cuyo veredicto recaerá en el jurado internacional presidido por el actor británico Jeremy Irons.
Las películas seleccionadas para esa primera jornada a competición fueron la argentina "El prófugo", dirigida por Natalia Meta, y la italiana "Volevo Nascodermi", del director Giorgio Diritti. La primera, un drama de terror psicológico interpretado por Érica Rivas y Cecilia Roth, madre e hija en el filme. La segunda, un retrato del pintor Antonio Ligabue, apuntalada en el trabajo interpretativo de Elio Germano. EFE
gc/ess
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