La Berlinale se sumerge en la magia de la animación asiática
Gemma Casadevall
Berlín, 23 feb (EFE).- La Berlinale se abandonó a la magia asiática a través de "Suzume", una película de Makoto Shinkai en que conviven la mitología japonesa y el imperio de lo digital, representante del cine de animación en lucha por los Osos del festival junto con la china "Art College 1994".
Era la primera vez en dos décadas largas en que Japón estaba en la competición oficial del festival con una película de animación, tras el "Spirited Away" de Hayao Miyazaki que ganó el Oro en 2002 -un máximo premio ex aequo con "Bloody Sunday".
"El cine de animación permite trasladar a un amplio público, adulto o niños, filmes que a unos les remite a los más traumáticos terremotos sufridos por mi país y a otros a la aventura o el sueño romántico", explicó Shinkai (Nagano, 1973), considerado el heredero de los maestros japoneses de este género.
El título "Suzume" remite al nombre de una muchacha de 17 años, que un día camino a la escuela en su bicicleta se topa con el enigmático Souta, un joven rastreador de puertas misteriosas entre ruinas dejadas por seísmos devastadores, tras las cuales se esconde el monstruoso generador del siguiente terremoto.
El joven es el cerrajero depositario de una llave capaz de contener al enorme gusano. Pero un gatito aparentemente inofensivo lo deja convertido en la silla infantil de tres patas, recuerdo para Suzume de su madre, muerta siendo una niña.
Arranca ahí la mágica aventura de iniciación de la muchacha y su chico-silla, a través del Japón sacudido por sucesivos seísmos, más el traumático tsunami. El altamente tecnificado Japón actual, sus modernos sistemas de alarma, teléfonos inteligentes y GPS pueden paliar sus efectos, pero solo una adecuada interpretación de los mitos le preservará de la destrucción.
"La animación consigue que veamos películas como la nuestra desde la perspectiva del cine de entretenimiento", explicó Shinkai. El realizador japonés, catapultado al reconocimiento internacional y el éxito comercial en 2016 con "Your Name", combina en "Suzume" la fascinación por los mitos con el homenaje al espíritu de lucha de su país frente a las catástrofes generadas por la madre Tierra.
Cada uno de los filmes surgidos de la factoría japonesa es, a la vez, exponente de sus prodigios tecnológicos, entre personajes y comportamientos que reproducen lo humano hasta el detalle o inventan catástrofes difíciles de plasmar fuera del ámbito de la animación.
Habría sido el único entre los aspirantes al Oso de esa escuela asiática, de no haber sido que la Berlinale incluyó en el último momento entre los 19 seleccionados de la sección a concurso a la china "Art College 1994", de Liu Jan.
Son producciones muy distintas tanto en lo temático como en el ritmo. "Suzume" va de lo poético a la catástrofe de forma trepidante, mientras que Liu busca el retrato de la sociedad de su país a través de un grupo de estudiantes que conversan o reflexionan sobre tradición y modernidad, arte y filosofía.
Es cine de animación que toca de pies al suelo y con el que Liu regresa a la competición de la Berlinale, tras haber estrenado en 2017 "Have a Nice Day", una película que de la capital alemana viajó luego a festivales de todo el mundo, desde Londres a Sitges (España) o Tesalónica (Grecia).
Completó la penúltima jornada concurso de la 73 edición de la Berlinale "Limbo", una espléndida exposición de cine en blanco en negro dirigida por Ivan Sen, que convierte a Simon Baker en un policía australiano investigando el asesinato de mujer aborigen veinte años atrás.
Es una película de protagonismo compartido entre el agente blanco -y, por tanto, generador de desconfianzas en el entorno de la víctima- y el desierto australiano, además del destartalado vehículo en que se mueve el policía.
"Procedo de esas tierras. Conozco su valor para todos nosotros, aborígenes o no. Es más que un paisaje, es nuestro estado de ánimo", explicó el cineasta, hasta ahora más identificado como "autor" de otros festivales europeos, como Cannes, que de Berlín. EFE
gc/jam/psh
(foto)
La "Misión a Marte" de Vallmajor o cómo triunfar en paralelo en la Berlinale
Berlín, 23 feb (EFE).- La Berlinale consta en su 73 edición de unos 400 filmes, entre los 19 que luchan por los Osos en su sección oficial, los 16 de la sección Encounters para nuevos creadores, los de Panorama, Generation, Forum, Series, Retrospectiva y Homenajes, así como los del European Film Market.
Teóricamente hay espacio suficiente para todas las escuelas, formatos y tendencias, actuales o clásicos, para un festival que abrió el pasado 16 de febrero y que entregará sus premios oficiales el próximo sábado. A las proyecciones en esas secciones se suman además las sesiones o workshop del Talent Campus.
Más allá de esos espacios, discurre en paralelo la llamada Semana de la Crítica -"Woche der Kritik"-, con una treintena de títulos procedentes todo el mundo, entre ellos "Misión a Marte", de Amat Vallmajor del Pozo (Girona, 1996), cineasta formado en la Elias Querejeta Zine Eskola de San Sebastián.
"En un formato paralelo a la Berlinale, sin alfombras rojas, sin famosos. Con muchos debates y con un programa que incluye debates previos a la proyección de tu película con otras de los 80", explicó a Efe el director, tras el estreno de su filme en la capital alemana.
A Vallmajor le correspondió compartir la sesión con la estadounidense "Cafe Flesh" (1982), de Stephen Sayadian, y la surcoreana "The fifth thoracic vertebra" (2022), de Syeyoung Park.
"Misión a Marte" es una especie de "road movie" que parte de un País Vasco post-apocalíptico, atravesado por nubes tóxicas, para ir a parar a Vergès, la población catalana donde creció Vallmajor y donde vive su madre, Mila del Pozo, parte del trío protagonista del filme.
"Es una película en clave de apocalipsis doméstica, para echar unas risas y pensar un poco, pero no mucho", explica el director. El peso de su película recae sobre dos hermanos -Txomin y Gerardo del Pozo-, los tíos del director.
Uno es arqueólogo, contratado para ir a hacer un peritaje a Marte, una misión para la que se busca de acompañante a su hermano, quien accede pese a su mal estado de salud.
Juntos parten de Eíbar, en el País Vasco, hasta Verges, lo que implica una larga conversación en que se alternan conocimientos de meteoritos con cuestiones domésticas, comentarios sobre la lucha contra la banda terrorista ETA o curiosas teorías sobre el nazismo.
"No hay que tomarlo en serio. Hay cosas que suenan a conspiranoico, porque así son a veces las cosas que dicen mis tíos", explica Vallmajor. Para el director, la película es un recorrido sobre las conversaciones que él mismo escuchaba, de niño y en ese mismo trayecto, viajando con esos dos parientes.
"Misión a Marte" es la opera prima de Vallmajor, que ejerce de panadero en el País Vasco, y que se tomó unos días para asistir en Berlín a la Semana de la Crítica. La película había tenido previamente su estreno en la última edición del Festival Internacional de Cine de Gijón y se proyectó a continuación en el Festival de Pontevedra (Novos Cinemas).
Su próxima estación será el D'A Film Festival de Barcelona, que tendrá lugar el próximo mes de marzo. EFE
gc/ad
Gemma Casadevall
Berlín, 23 feb (EFE).- La Berlinale consta en su 73 edición de unos 400 filmes, entre los 19 que luchan por los Osos en su sección oficial, los 16 de la sección Encounters para nuevos creadores, los de Panorama, Generation, Forum, Series, Retrospectiva y Homenajes, así como los del European Film Market.
Teóricamente hay espacio suficiente para todas las escuelas, formatos y tendencias, actuales o clásicos, para un festival que abrió el pasado 16 de febrero y que entregará sus premios oficiales el próximo sábado. A las proyecciones en esas secciones se suman además las sesiones o workshop del Talent Campus.
Más allá de esos espacios, discurre en paralelo la llamada Semana de la Crítica -"Woche der Kritik"-, con una treintena de títulos procedentes todo el mundo, entre ellos "Misión a Marte", de Amat Vallmajor del Pozo (Girona, 1996), cineasta formado en la Elias Querejeta Zine Eskola de San Sebastián.
"En un formato paralelo a la Berlinale, sin alfombras rojas, sin famosos. Con muchos debates y con un programa que incluye debates previos a la proyección de tu película con otras de los 80", explicó a Efe el director, tras el estreno de su filme en la capital alemana.
A Vallmajor le correspondió compartir la sesión con la estadounidense "Cafe Flesh" (1982), de Stephen Sayadian, y la surcoreana "The fifth thoracic vertebra" (2022), de Syeyoung Park.
"Misión a Marte" es una especie de "road movie" que parte de un País Vasco post-apocalíptico, atravesado por nubes tóxicas, para ir a parar a Vergès, la población catalana donde creció Vallmajor y donde vive su madre, Mila del Pozo, parte del trío protagonista del filme.
"Es una película en clave de apocalipsis doméstica, para echar unas risas y pensar un poco, pero no mucho", explica el director. El peso de su película recae sobre dos hermanos -Txomin y Gerardo del Pozo-, los tíos del director.
Uno es arqueólogo, contratado para ir a hacer un peritaje a Marte, una misión para la que se busca de acompañante a su hermano, quien accede pese a su mal estado de salud.
Juntos parten de Eíbar, en el País Vasco, hasta Verges, lo que implica una larga conversación en que se alternan conocimientos de meteoritos con cuestiones domésticas, comentarios sobre la lucha contra la banda terrorista ETA o curiosas teorías sobre el nazismo.
"No hay que tomarlo en serio. Hay cosas que suenan a conspiranoico, porque así son a veces las cosas que dicen mis tíos", explica Vallmajor. Para el director, la película es un recorrido sobre las conversaciones que él mismo escuchaba, de niño y en ese mismo trayecto, viajando con esos dos parientes.
"Misión a Marte" es la opera prima de Vallmajor, que ejerce de panadero en el País Vasco, y que se tomó unos días para asistir en Berlín a la Semana de la Crítica. La película había tenido previamente su estreno en la última edición del Festival Internacional de Cine de Gijón y se proyectó a continuación en el Festival de Pontevedra (Novos Cinemas).
Su próxima estación será el D'A Film Festival de Barcelona, que tendrá lugar el próximo mes de marzo. EFE
gc/ad
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