El romanticismo futurista de García Bernal
Joana Serra
No hay garantía de presencia en la lucha por los Osos de la Berlinale para el cine español, ni siquiera tras dos exitosos años consecutivos -en 2022, con el Oro a “Alcarrás” de Carla Simón y un año después con el de Plata para la actriz Sofía Otero por “20.000 especies de abejas”. Pero, a falta de representantes del cine español, México intercaló al medio su idioma en la sección a concurso, a través de dos películas multilingües: “La Cocina”, dirigida por Alfonso Ruizpalacios, y “Another End”, del italiano Piero Messina y con Gael García Bernal en el papel protagonista.
La primera sumerge al espectador en el caos entre pucheros de un restaurante neoyorquino en hora punta. Se mezclan un español de múltiples acentos latinos con el árabe, el francés o el inglés; la segunda es una “fábula futurista de ciencia ficción muy romántica”, en palabras del actor mexicano, quien fue recibido como un amigo de la casa, ya que es la quinta vez que acude al festival alemán.
A Ruizpalacios le avalaba la buena acogida recibida en 2018 con “Museo” -interpretada precisamente por García Bernal-, a lo que siguió el premio al Mejor Documental recibido en 2022 con “Una película de policías”. Por “La Cocina” discurren todo tipo de excesos, casi tantos con las nacionalidades de los empleados sinpapeles del restaurante. Busca deliberadamente el desorden emocional y físico alrededor de dos personajes -el latino Pedro Ruiz, exponente de la masculinidad tóxica, y la rubia camarera que quedó embarazada. Recorre a partir de ellos el racismo, la indefensión, la lucha por el poder o las reglas de las jerarquías de su microcosmos. “El cine con inmigrantes mexicanos se ha convertido en un género. Yo lo abordo no desde la perspectiva del que lucha por alcanzar Estados Unidos, sino de la soledad de quien llegó hace años y se estableció ahí”, explicó Ruizpalacios.
Compareció el director mexicano con Raúl Briones, el actor que interpreta al broncas machista que es Pedro, aunque en la vida real se presenta como persona de identidad sexual no binaria. Junto a ellos, la actriz Rooney Mara, la camarera que hará estallar la olla a presión o precario equilibrio de una cocina que no puede dejar de funcionar.
“Another End”, la fábula en que García Bernal combina su idioma con el italiano dominante, es una enrevesada película que coloca al protagonista en un futuro donde es posible reencontrarse con el ser querido perdido a través de otro cuerpo. Tiene poco que ver con la cultura mexicana de la muerte, reconoció el actor, y deja una cierta sensación de despropósito. Messina, a quien se presentó como un “alumno ejemplar de Paolo Sorrentino”, se vio confrontado a reiteradas preguntas sobre la intencionalidad filosófica o hasta biológica de una película dotada de buenos actores -acompañan al mexicano Bérénice Bejo, Olivia Williams y Renate Reinsve-, pero muchas incongruencias.
Ambas películas, la de Ruizpalacios y la que protagoniza García Bernal, luchan por los Osos de esta 74 edición de la Berlinale, que abrió el jueves el drama irlandés “Small things like these”, interpretada por Cillian Murphy. La presencia de este actor, aspirante a los Oscar por “Oppenheimer”, alegró la alfombra roja inaugural de un festival que el próximo martes entregará su Oso de Oro de Honor al director estadounidense Martin Scorsese.
“La Cocina” compartió la jornada a competición con la iraní “My favourite cake”, una hermosa historia alrededor de una viuda de 70 de años -magistralmente interpretada por Lily Farhadpour-. Es una mujer que no desiste de su vida amorosa y que se topa en su búsuqeda con un taxista. El filme se presentó en ausencia de sus directores, Maryam Moghaddam y Behtash Sanaeeha, a los que las autoridades iraníes retiraron el pasaporte.
La situación no es nueva en la Berlinale, un festival que lleva años apostando por el sólido cine iraní y muy especialmente con los cineastas que desafían la censura impuesta por su régimen. En 2020, "There is no Evil" levantó el Oso de Oro en ausencia de su director, Mohammad Rasoulof, al que el régimen de Teherán impidió viajar. En 2015, fue la sobrina de Jafar Panahi quien recogió de nuevo el Oro, ahora por "Taxi", que había sido rodada burlando la inhabilitación profesional impuesta al director.
La historia de la viuda y el taxista cautivó a la Berlinale, mientras que otra aspirante a concurso, “A different Man”, causó división de opiniones, pero no dejó a nadie indiferente. Es la tercera película que el neoyorquino Aaron Schimberg presenta en el festival alemán y pone en escena a un hombre con el rostro totalmente deformado por múltiples tumores, pero seguro de sí mismo, frente a otro que, con una malformación algo menos acusada, consigue convertirse en “bello” gracias a un tratamiento experimental, aunque su vida seguirá siendo frustrante. El primero está interpretado por Adam Pearson y el segundo por Sebastian Stand. “Yo también me he tenido que preguntar a menudo hasta qué punto una malformación define a una persona, cómo afecta su vida o su personalidad”, explicó Schimberg, afectado por una malformación labial mucho menor que sus protagonistas. “En mi película, la malformación va más allá de lo físico”, resumió.
Alemania, finalmente, entró a competición con “In liebe, Eure Hilde”, dirigida por Andreas Dresen -otro cineasta habitual en la Berlinale- e interpretada por Liv Lisa Fries, protagonista de la exitosa serie “Babylon Berlin”. Describe la vida de una joven de la resistencia contra el nazismo y coloca al espectador en la labor de identificase tanto con quienes combatieron el Tercer Reich como con quienes se convirtieron en sus cómplices.
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