Berlín, 9 feb (EFE).- Los españoles José Luis
López-Linares y Javier Rioyo trajeron a la
Berlinale el rostro más humano y veraz de la guerra, con
"Extranjeros de si mismos", un documental sobre los voluntarios extranjeros que
combatieron en la Guerra Civil y los españoles que lo hicieron en Stalingrado.
Los recuerdos de los italianos que llegaron para "morir por el fascismo", de
los británicos o mexicanos que querían defender la República y de los españoles
que, aún en plena posguerra, se colocaron el uniforme alemán para luchar con los
nazis, forman el reportaje de 84 minutos de este tándem de documentalistas.
Los muchachos de entonces, hoy abuelos, reconstruyen ante la cámara los
momentos más duros de la guerra, el frío ruso o el hambre en las trincheras, y
también anécdotas, así como sus tanteos con las chicas que los recibían como
héroes. "Es una historia de perdedores, ya que esos voluntarios regresaron a sus
casas derrotados, bien porque en Italia ser fascista ya no era un honor, fuera
por los aviones de la Legión Cóndor o por las tropas soviéticas", explicó
López-Linares tras el primer pase en la
Berlinale, el jueves por la noche.
"Extranjeros de
sí mismos" se proyectó en Panorama, la primera sección de la
Berlinale fuera de concurso, ante un
público joven que acogió con aplausos la película y mostró su interés por entrar
en los "secretos" del filme en el coloquio posterior.
Rioyo se presentó como
"el encargado de la parte técnica" del tándem -fotografía, cámara, etc.- y
adjudicó a su compañero las "funciones periodísticas", reparto que el aludido
matizó al decir que "tras 20 años juntos uno ya no sabe quién hace qué". De su
trabajo en común han surgido documentales como "Asaltar los cielos", que tuvo
también su estreno en la
Berlinale hace cuatro años, y el más reciente "A
propósito de Buñuel".
Tras los 84 minutos de "Extranjeros de sí mismo" se
esconden más de 60 horas de rodaje "por medio planeta", explicó López-Linares,
desde México y Estados Unidos a Rusia, París y Londres.
A lo largo de dos
años, los reporteros han "visitado" en sus casas a brigadistas internacionales
británicos, franceses y mexicanos y han seguido a los antiguos fascistas
italianos en sus "peregrinaciones nostálgicas" al Valle de los Caídos y
Guadalajara.
Para el público berlinés, lo más destacable es la naturalidad
con que los personajes dan rienda suelta a expresiones "políticamente
incorrectas", como el ex-fascista que proclama su fascinación por la guerra
-"ahí aprendí a fumar, a beber y a joder..."-.
"No todo es tan espontáneo.
Hay quien te quiere matar cuando le hablas del proyecto y luego, con horas de
charla, mintiendo y engañándole un poco, acaba soltando lo peor o lo mejor que
llevan dentro...", aclaró López-Linares, quien confesó que esperaba que algunos
de esos entrevistados no vaya a ver nunca el film.
Otro asistente preguntó
por qué, en lugar de presentar tres grupos de personas -fascistas italianos,
brigadistas internacionales y División Azul-, no se había pensado hacerlos
dialogar.
"La verdad es que tuvimos esa intención, pero vimos que hubiera
sido como una película de Walt Disney, todos abrazándose y llorando...",
admitió, Rioyo entre las risas de los asistentes.
Alguno sorprendió por su
desconocimiento del pasado alemán al preguntar por qué la película se cierra con
una canción "fascista" y no del bando rojo, en alusión al "Lili Marlene" de
Marlene Dietrich.
López-Linares corrigió a su interlocutor y dijo que esa
pieza, aunque fue usada por la propaganda nazi, no pertenecía a ese bando y que
Dietrich -a quien ciertos alemanes no perdonaron nunca que abandonara la
Alemania nazi- la cantaba para los aliados.
Tras el coloquio, el realizador
español expresó a EFE su extrañeza por esas "lagunas de conocimiento", pero en
conjunto se mostró satisfecho por el interés generado por su película.
"En
general, y más en un festival como éste tan cargado de películas, la gente se va
en cuanto acaba la proyección para meterse en la siguiente. Aquí se han quedado
más de la mitad hasta el final del coloquio y cuando éste se cerró, por cuestión
de tiempo, aún había preguntas en el tintero", dijo.
"Extranjeros de sí
mismo" sólo se había proyectado hasta ahora en el Festival de Cine de
Valladolid, en octubre, y según López-Linares se espera su próximo estreno en
las salas comerciales.
"Para nosotros, un documental es como un film de
ficción: algo que se produce para pasar por todos los circuitos comerciales,
sean cines o televisión. No es un reducto para cinéfilos", añadió. EFE gc/ih-op
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