miércoles, 6 de febrero de 2002

Apuesta prematura



Tykwer abrió el desfile con un tributo a Kieslowski

Por Gemma Casadevall Berlín, 6 feb (EFE).- El alemán Tom Tykwer abrió hoy la Berlinale con "Heaven", un cuento romántico con esencias de Krzystof Kieslowski, fotografía mística y ritmo exasperantemente lento, que supo a poco para la inauguración de un Festival Internacional en el que algunos pronostican una victoria del cine local.
El amor como fuerza superior a cualquier cosa -incluida la culpabilidad de una guapa terrorista que mata a cuatro inocentes- es el tema del film con que se inició la carrera de las 23 candidatas a llevarse los premios de esta LII Berlinale.
La elección de Tykwer se inscribe en la apuesta a favor del cine alemán actual del nuevo director del festival, Dieter Kosslick, que ha incluido la mayor representación germana a concurso -nada menos que cuatro filmes- de los últimos doce años.
"Deseaba estar a toda costa en la Berlinale", admitió Tykwer, al término del pase para la prensa, donde presentó "Heaven" como una amalgama "multinacional".
Su protagonista es australiana -Cate Blanchet-, los guionistas polacos -el fallecido Kieslowski y su continuador, Kryzsztf Pieseiewicz-, ha sido rodada en Italia, los diálogos alternan en inglés y en italiano y ha sido producida entre Berlín -la modesta X-Filme de Tykwer- y EEUU -nada menos que por Anthony Minghella, el director de "El paciente inglés." La suma de todos estos ingredientes y la reputación de Tykwer como joven talento -su anterior "Corre, Lola, corre" se recibió como un revulsivo frente al anquilosado panorama alemán-, hacía prever un buen comienzo para el desfile de realizadores germanos.
"Heaven" arranca bien, con una convincente Blanchet convertida en terrorista accidental y un bien filmado atentado a la desesperada, contra el jefe de una mafia que vende drogas a escolares, pero en el que mueren un padre, dos niños y una mujer de la limpieza.
Lo siguiente es una historia de amor entre un inexperto "carabiniere" y la chica en cuestión, que deriva en fuga poética de ribetes místicos por la cuadriculada topografía urbana de Turín, primero, y las suaves colinas de la Toscana, después.
"Por encima de la culpa, de la responsabilidad sobre un acto terrible o la expiación de ese pecado, me interesaba plasmar la fuerza del amor como algo capaz de trastocar hacia lo positivo lo más negativo de uno mismo", explicó Tykwer, quien se definió como un "ateo espiritualista".
El realizador descartó cualquier influencia de los atentados del 11 de septiembre contra Estados Unidos para el arranque de su historia: la chica, a la que se ha visto tomando clases para pilotar helicópteros por ordenador, hace estallar su bomba en un rascacielos.
"Para cuando ocurrieron esos horribles atentados la película estaba en su fase final", aseguró, a la pregunta de un periodista norteamericano acerca de si semejante motivo no iba a provocar reacciones de rechazo ante el público estadounidense.
Pero, más allá de los paralelismos concretos con los atentados contra las Torres Gemelas o la insistencia de Tykwer en mantener que "no es una película sobre terroristas", "Heaven" dejó en la Berlinale cierta sensación de cuento bien filmado, pero flojo.
Tykwer cae en el tópico cuando recorre la "Bella Italia" -de la boda de pueblo en la Toscana a los mafiosos vínculos de los "carabinieri", pasando por el "revolcón" de un lechero y su novia, a pleno sol y en medio de Turín-.
La poética fuga de la chica y su enamorado carcelero, con parada en una peluquería de pueblo donde se someten a un simbiótico rapado capilar, se resuelve con una lentitud extrema, que trata de rendir tributo a Kieslowski, pero resulta exasperante.
Tykwer se ha arriesgado y ha pasado del ritmo trepidante de "Corre, Lola, corre", su película revelación, a este viaje místico por los paisajes italianos.
La prensa internacional acogió "Heaven" con simpatía, como valorando la valentía de Tykwer en su elección del fallecido director polaco para su primera película con un guión ajeno.
Pero, pese a "jugar en casa" y presentarse apuntalado por Blanchet, su simpático protagonista masculino -Giovanni Ribisi- y el propio Minghella, el pase de "Heaven" dejó la sensación de que los esfuerzos de Kosslick por favorecer a la industria nacional no cuadran para una apertura internacional. EFE gc/dm/fpa


No hay comentarios:

Publicar un comentario