Kosslick: "Si las películas alemanas no gustan, mala suerte"
Gemma Casadevall Berlín, 12 feb (EFE).- Dieter Kosslick se ha
estrenado como director de la Berlinale dispuesto a defender cada una de las 23
películas que luchan por los Osos de Oro, por encima de las malas críticas
recibidas, especialmente, por el cine alemán, a las que responde con un: "Si los
filmes alemanes no gustan, mala suerte".
"Pongo la mano en el fuego por cada
film a competición, no me arrepiento de ninguno y cada cual está ahí para
representar a un ámbito concreto del cine de hoy", manifestó Kosslick a EFE, a
la pregunta de por qué tanto representante alemán a concurso, hasta el momento
con balance más bien pobre.
La sección a concurso de la 52 Berlinale incluye la más numerosa
presencia germana desde 1992, lo que responde a una apuesta personal de Kosslick
en favor de la industria nacional.
Transcurrida ya la mitad del festival, la
acogida a tal empeño ha ido de la decepción a la indignación, pasando por las
acusaciones de proteccionismo mal entendido.
"Haeven", de Tom Tykwer, fue
recibida como un producto flojo para la inauguración de un festival, mientras
que con "Der Felsen", de Dominik Graf, se produjeron los primeros abucheos del
festival.
La tercera entrega "nacional" llega hoy, con "Halbe Treppe", de
Andreas Tresen, rodada en una desolada ciudad germano-oriental, a lo que seguirá
"Baader", de Christpoher Roth, sobre la figura del fundador de la Fracción del
Ejército Rojo (RAF), Andreas Baader.
"Nadie está obligado a verlas. No está
escrito en ninguna Carta de las Naciones Unidas. Si a este o aquel crítico no le
gustan o indignan, que se las salte", responde.
Su respuesta es contundente,
aunque dulcificada por el tono campechano y sin acritud de este hombre cordial y
decidido a romper -también ahí- los moldes de su envarado predecesor, Moritz de
Hadeln, director de la Berlinale
durante más de 20 años.
"Mire: uno selecciona entre lo que hay. No puedo
traer cosas que ya han sido estrenadas o no están terminadas", admite, a pesar
de insistir en que todas esas producciones -incluso las más vapuleadas- son
dignas "de pisar la alfombra roja del festival".
Kosslick, de 53 años, se
colocó al frente de la Berlinale
tras veinte años entre productoras alemanas. Se le califica de "manager" suelto,
decidido a apostar por la diversión en el más gris -desde el punto de vista
climatológico- de los grandes festivales europeos.
"El 11 de septiembre dio
un vuelco a ese propósito inicial. Ahí me di cuenta de que, por lo menos este
año, la Berlinale debía
contribuir al entendimiento entre los pueblos", explica.
Kosslick anunció
entonces una fuerte presencia de producciones que hicieran reflexionar acerca de
lo sucedido en Nueva York -"no hay películas directamente relacionadas con los
atentados, puesto que no están aún listas", explica- y también de otros
conflictos.
"Filmes como `Bloody Sunday` -sobre el dramático baño de sangre
de Irlanda del Norte, en 1972- nos demuestran hasta qué punto es difícil apagar
un conflicto que aflora de repente y que 30 años después sigue latente",
continúa.
El director se propuso que su "estreno" en el cargo ofreciera una
dosis equilibrada entre cine independiente y grandes productoras y en evitar el
eterno conflicto entre Europa y Estados Unidos.
"También ahí he seguido la
línea del `fair play`", dice, para lamentar no haber podido dar cabida en la
sección oficial a industrias desfavorecidas, como la latinoamericana.
"No
tenía dónde seleccionar...", insiste, en alusión a que no puede mostrar más que
producciones puntualmente terminadas.
A modo de compensación, incluyó en el
jurado a la argentina Lucrecia Martel -premio Alfred Bauer en 2001 por su
primera película, "La ciénaga"-.
"Le rogué que accediera a estar aquí, como
apoyo simbólico al ámbito latinoamericano", explica, para declararse a
continuación un entusiasta del cine de esa región.
Pese al traspiés del cine
alemán y de los inevitables problemas iniciales de coordinación -"cada cinco o
diez minutos tengo un asunto protocolario que atender"-, Kosslick se siente
satisfecho, también respecto al tema "glamour".
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