Winterbottom documenta el drama afgano y Zhang da lección de maestría
Berlín, 7 feb (EFE).- Michael Winterbottom
abrió la ronda de competición de la Berlinale con "In This World", un ejercicio de
autenticidad sobre refugiados afganos en fuga, que contrastó con un "thriller"
de Alan Parker sobre la pena de muerte y una virtuosa filigrana sobre el
nacimiento de la gran China, obra de Zhang Yimou.
La odisea dos muchachos
que huyen de la miseria del campamento de refugiados paquistaní de Peshawar en
dirección a Londres, rodada en formato documental, recordó al Festival de Cine
de Berlín que no todo lo que se ve en una pantalla es ficción, aunque detrás
tenga un guión.
"In This World" es una historia "cosida" a partir del
testimonio de cientos de personas, personajes anónimos del millón de refugiados
concentrados en Peshawar desde octubre de 2001, cuando empezaron los bombardeos
estadounidenses contra el Afganistán talibán.
Jamal y Enayat -dos refugiados
convertidos por Winterbottom en intérpretes de sí mismos- dejan atrás esa
realidad, rumbo a Europa, sin papeles y con la única ayuda del más o menos
fluido inglés del primero de ellos, el más joven, despierto y preparado.
Empieza un largo viaje, primero entre los pedregales llamados pistas que
parten de Peshawar, luego a través de Irán, Turquía y Europa, sorteando
fronteras y alguna devolución al punto de partida.
Cuanto más se alejan de
Pakistán, mejores son las carreteras y más inhumano el trato. De viajar
camuflados entre cajas de fruta pasan a la travesía en contenedores cerrados a
cal y canto.
Unos mueren de asfixia, otros se acercan a su destino, la
confortable Europa, convertidos en inmigrantes sin papeles que ofrecen baratijas
a los turistas, a los que de vez en cuando se les "vuela" el bolso.
"Mi
película nació como reacción a esa Europa que se cierra al drama de millones de
refugiados. Y no creo en las distinciones entre refugiados políticos y los
otros", explicó Winterbottom.
El director británico, quien ya se acercó al
tema en "Welcome to Sarajevo" (1997), rodó su película con un equipo reducido
-unas diez personas- y con un obstáculo no incluido en la mayoría de filmes del
mercado: dotar de la documentación precisa a sus dos "sin papeles", uno de los
cuales es hoy, en la vida real, un asilado en Londres.
El largo viaje de
Winterbottom desde los pedregales paquistaníes a las autopistas europeas pasa
algo de puntillas sobre aspectos como el tráfico de personas.
Pero, así y
todo, el filme responde al título de "In This World" y evidencia que "la línea
divisoria entre realidad y ficción puede ser muy fina, quizás inexistente", como
explicó Winterbottom.
En otra órbita, muy distinta al documental ajeno a
toda floritura técnica de Winterbottom, se sitúa "Ying Xiong" -traducido como
"Hero" en inglés-, la última lección de maestría de Zhang Yimou.
Se trata de
narrar una leyenda remota, de los tiempos de la China dividida en estados
antagónicos en permanente y sangrienta batalla. El rey está obsesionado por
acabar con tres asesinos, virtuosos de las artes marciales, a su vez
determinados a liquidarlo.
Sobre este cuento, Zhang monta un espectáculo
bellísimo de luchadores voladores e impresionantes juegos cromáticos, con la
técnica digital como principal aliado de sus legiones de soldados.
El
discurrir es lento y la trama reiterativa hasta la exasperación. El resultado,
una película donde Zhang revalida su título de mago de la exquisitez estética.
El tercer filme en liza en esta primera jornada a competición era el
esperado "The Life of David Gale", de Alan Parker, con Kevin Spacey, Kate
Winslet y Lara Linney como reclamos para el espectador.
Parker, desde su
condición de decidido enemigo de la pena de muerte, traza un alegato contra
ésta, apuntalado en los errores judiciales y las condenas a inocentes.
"Sé
que es un film provocativo, que encenderá polémica. Pero estamos preparados",
aseguró el veterano director, quien se presentó custodiado por Spacey, que
respondió con evasivas a sí está a favor o en contra de la pena capital, y
Linney, quien dijo estar ahí a título de actriz, no para pronunciarse al
respecto.
"No, un director no tiene por qué guardar las distancias respecto
a su film", afirmó Parker en defensa de sus convicciones y de su apuesta por el
activista-mártir que interpreta Spacey, quien de atractivo y comprometido
catedrático pasa a condenado a muerte, tras un descenso a los infiernos a
velocidad récord.
"The Life of David Gale" no está basado en personajes
reales, dijo Parker. En realidad, la aclaración era innecesaria, puesto que su
filme, más que un alegato contra las ejecuciones, deriva en "thriller" de género
sobre el trasfondo de la pena capital. EFE gc/rz/egn
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