sábado, 8 de febrero de 2003

Pobreza a la italiana, entre Nicolas Cage y Clooney


Italia convierte en poético un drama rural y Clooney se transforma en reflexivo astronauta

Gemma Casadevall

Berlín, 8 feb (EFE).- Gabriele Salvatores convirtió en poético el brutal episodio rural de "No tengo miedo", la primera producción con participación española a competición de esta Berlinale, que compartió honores con el imaginativo Spike Jonze de "Adaptation" y el filosófico "Solaris" de Steven Soderbergh. 


Salvatores transformó en poesía, sobre vastos campos de trigo quemados por el sol de Italia, la historia de un niño de diez años, sepultado bajo tierra a pan y agua, no por delincuentes desalmados, sino por padres y madres de familia, embrutecidos por la pobreza. 
Para un adulto, un crimen atroz, solo posible en mentes enfermas. Para los dos niños de la historia -la víctima y otro chico de su edad, su único aliado- una experiencia vivida desde perspectivas distintas: la del muerto en vida, la del ángel de la guarda o el libertador, atenazado por juramentos de lealtad. 
"Cada film lleva una idea poética en su interior", explicó Salvatores, quien realizó un casting entre 540 niños, hasta dar con esas miradas de Giuseppe Cristiano y Mattia di Pierre, que dan vida a una historia que circula entre dorados trigales y penumbras. 
"No tengo miedo" -"Io non ho paura", en su título original- es una producción italo-española-británica, con Aitana Sánchez Gijón en el papel de madre italiana, tanto más guapa por los surcos dejados en su rostro por el asfixiante sol y los estragos de la pobreza. 
Igualmente hermosa, pero en rubio y maduro, está en "Adaptation" Meryl Streep en su papel de fría reportera en busca de los secretos de la orquídea, primero, y apasionada rastreadora de pantanales plagados de cocodrilos, después. 
El artífice de su metamorfosis es un desdentado Chris Cooper, que borda su papel de descerebrado con moral de vencedor. Pero el principal hallazgo es Nicolas Cage, que da vida a los gemelos Charlie y Douglas Kaufman -un apocado guionista en crisis, el primero, y un vividor que arrebata el oficio a su hermano, el otro. 
Jonze y su alter-ego, el "auténtico" guionista Charlie Kaufman, retoman con "Adaptation" esa genialidad rayana en la locura que fue "Being John Malkovich". 
Ambos elementos del tándem, cada uno en su particular idea de la creatividad desbocada, siguen un lema: "no frenarnos mutuamente", como explica de Jonze. 
El resultado es un film donde se cruzan historias y duplicidades, ocurrente y poblado de personajes que destilan ternura, encabezados por esos gemelos que no son un sola persona desdoblada en dos personajes, sino dos seres humanos redondos. 
Jonze deja claro que su creatividad no se agotó con "Being John Malkovich". Pero cae en la trampa que el gemelo buenazo entre los Cage recomienda debe evitar todo guionista: cargar pilas al final. 
El director no llegó a explicar el por qué de esa concesión a una regla defendida tanto por el Kaufman real como por el del guión. "No lo sé", fue su respuesta, a la pregunta de si se trataba de una concesión a la maquinaria de Hollywood. 
El presunto desliz de última hora causó cierta decepción en la Berlinale, a pesar de que quizás ello refuerce las posibilidades de "Adaptation" en la carrera por los Oscar. 
"Solaris", de Soderbergh, ofreció una versión mucho más digerible para el público corriente que su antecesora de Andrei Tarkowski, igualmente basada en la novela de Stanislaw Lem. 
George Clooney es el melancólico astronauta prisionero del recuerdo de su esposa, Rheya -la glacial Natascha McElhone-, escindido entre la renuncia a un amor que es puro espejismo o dejarse mimar eternamente por él.

Bildergebnis für solaris berlinale

Soderbergh pasó hace dos años por la Berlinale con un "Traffic" al que se le vaticinó -y acabó no llevándose- el Oso de Oro. El "Solaris" de esta 53 edición del Festival dejó la sensación de filme insulso, a pesar incluso de las generosas exhibiciones físicas de Clooney. EFE gc/ih/ma !N:C!

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