La voz poderosa de África se alzó con el Oso
Berlín, 19 feb (EFE).- La voz poderosa de
Pauline Malefane, protagonista de la "Carmen" africana ganadora hoy del Oso de
Oro de la Berlinale, se alzó
poderosa en la ceremonia de clausura del 55 Festival de Cine de Berlín, primero
que da su máximo premio al continente negro.
Malefana, cantante de ópera por
encima de actriz, entonó un canto en "xhosa", una de las once lenguas de
Sudáfrica, al recibir el premio a la mejor película en una gala marcada por la
juventud de los premiados, la sencillez y la total ausencia de glamour.
"Simplemente seguí las instrucciones de un colega: siéntate detrás del
monitor, calla y deja trabajar", dijo Mark Dormford-May, director de la premiada
"U-Carmen e-Khayelitsa", quien debutó como realizador con esa versión de la
popular ópera de Bizet en "xhosa".
Dormford-May y su protagonista,
probablemente la más oronda Carmen que se ha visto en cine, recibieron como un
tributo al cine africano su Oro, el máximo galardón de una Berlinale que se ha volcado en Asia,
Oriente Medio y los rostros más jóvenes del cine.
Junto a la película de
Dormford-May, recogió el Gran Premio del Jurado el asimismo debutante chino Gu
Changwei, por "Kong Que". El joven realizador alemán Marc Rothemund recibió un
Oso de Plata por "Sophie Scholl" y el actor de 19 años Lou Taylor Pucci lo hizo
por su papel de adolescente cohibido en "Thumbsucker".
Faltó a la gala la
ganadora como mejor actriz, Julia Jentsch, otro rostro joven, quien esa noche
actuaba en un teatro de Múnich.
La actriz interpreta el papel de la mártir
de la resistencia contra Hitler en la película de Rothemund, quien brindó su
premio a "Sometimes in april", el film sobre el genocidio de Ruanda no incluido
en el palmarés de la Berlinale.
Otro joven realizador, el palestino Hany Abu-Assad, recibió un Angel Azul en
reconocimiento a los méritos de "Paradise now", la historia de dos terroristas
de Nablus que se preparan para un atentado palestino, film que recibió además el
premio de Amnistía Internacional y del público de la Berlinale.
Asimismo como representante de la última
generación acudió a recoger dos galardones el taiwanés Tsai Ming Liang -Oso de
Plata al mejor guión y también premio Alfred Bauer, en memoria del fundador de
la Berlinale-, cuyas metáforas
sexuales alrededor de la sandía, en el film "Tian Bian Yi Duo Yun", triunfaron
en la Berlinale.
"En
adelante, veré las sandías desde otra perspectiva", confesó el presidente del
jurado, el director alemán Roland Emmerich, uno de los maestros de ceremonia de
la gala.
Bai Ling, la actriz china integrante del jurado, hizo su último
pase exhibicionista, tras diez días de acaparar flashes con sus escotes "veo,
veo" hasta el ombligo, y se presentó con unas inmensas pestañas postizas tan
aparentes como su holgado minivestido brillante con visión panorámica sobre su
pecho.
Fue el único "glamour" en una ceremonia que respondió a la tónica de
la Berlinale, un festival más
orientado al público de a pie que a las estrellas, por mucho que a su director,
Dieter Kosslick, se le reclame año a año más espectáculo sobre su alfombra roja.
"Las estrellas están en un universo paralelo", admitió Kosslick durante la
ceremonia, sobria y, por fortuna, sin los socorridos discursos mil veces
ensayados que suelen salpicar este tipo de galas. EFE gc-jp
Un palmarés sorprendente para una Berlinale floja
Berlín, 19 feb (EFE).- El jurado de la Berlinale, presidido por el director
alemán Roland Emmerich, se decantó por un palmarés sorprendente, encabezado por
el Oso de Oro a la película sudafricana "U-Carmen eKhayelitscha", como colofón
al flojo desfile de las 22 aspirantes a premio.
El Oso de Oro a la "Carmen"
de los arrabales de Ciudad del Cabo fue una apuesta "valiente", justificó a EFE
Emmerich, tras dar a conocer su veredicto. El resto del palmarés obedeció al
"objetivo común" de premiar propuestas frescas y rostros jóvenes, añadió.
La
opción a favor de la versión sudafricana de la popular ópera de Bizet fue
recibida con sorpresa y algún que otro abucheo aislado, pero sin escándalo.
Africa había sido anunciada como plato fuerte de este festival y la película del
británico Mark Dornford-May gustó, aunque el Oro final sonase a exagerado.
Mucho más explícitas fueron las quejas por el Oso de Plata al mejor actor
-Lou Taylor Pucci, el adolescente protagonista de "Thumsucker"- o el premio de
dirección al alemán Marc Rothemund, por "Sophie Scholl", como valor añadido al
premio de interpretación -ese sí, merecido- a su actriz, Julia Jentsch.
"Cuando no hay acuerdo, a veces hay que tomar el camino del medio", comentó,
bajo compromiso de anonimato, otro miembro del jurado, mientras Emmerich eludía
dar mayores explicaciones alegando el deber de confidencialidad en las
decisiones del jurado.
La palestina "Paradise now", gran favorita, se quedó
así con un Angel Azul con sabor a premio de consolación; "Sometimes in april",
sobre el genocidio ruandés, se fue de vacío porque, según parece, alguien en el
jurado se cuadró contra ese film.
También con gran decepción se fue de la Berlinale el cine francés -a
excepción de la Plata a la mejor música para "De batre mon coeur s'est arreté",
de Jacques Audiard.
Al parecer, la actriz china Bai Ling, miembro del
jurado, impuso su criterio. Además de protagonizar lluvia de flashes diaria
sobre la alfombra roja con su colorido vestuario y alguna fugaz exhibición de
pecho al aire, cumplió con su misión de imprimir sabor asiático al palmarés.
El debutante chino Gu Changwei se llevó el Gran Premio del Jurado por "Kong
Que" y el taiwandés Tsai Ming Liang tuvo un Oso de Plata al guión de su metáfora
porno "Tian Bian Yi Duo Yun", además del premio Alfred Bauer.
El factor
sorpresa mitigó los abucheos en la presentación ante la prensa del palmarés. Al
fin y al cabo, tampoco había una clara favorita, ya que ninguna de las cintas
aspirantes a los Osos había despertado grandes pasiones.
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