viernes, 18 de febrero de 2005

Tres formas de echar el cierre

La Berlinale sorteó el eclipse total gracias a África

Gemma Casadevall 

Berlín, 18 feb (EFE).- La Berlinale cierra hoy su sección de competición con la sensación de haber sorteado el peligro de "eclipse total" de estrellas, demasiado atareadas en prepararse para los Oscar, y bajo el impacto de producciones de Africa, Oriente Medio y Asia, así como el espectáculo brindado fuera de concurso. 
La palestina "Paradise Now", con dos terroristas a punto de perpetrar su atentado suicida, las producciones africanas -capitaneada por la dramática "Sometimes in April", de Raoul Peck, sobre el genocidio ruandés- y la creatividad visual del cine asiático compensaron la sequía de estrellas del festival. 
Catherine Deneuve sí estuvo sobre la alfombra roja, para defender "Les temps qui changent" de André Techiné, pero no su compañero de rodaje, Gerard Depardieu. 
También cumplieron con su promesa de acudir al más frío de los festivales europeos Keanu Reeves, por "Thumbsucker", y Dennis Quaid, al frente de "In good company". En cambio, faltaron Bill Murray, Michel Bouquet, Ian Mckellen y Glenn Close, por citar a algunos. 
La culpa fue, como siempre, de Hollywood. La inmediatez de la ceremonia de los Oscar arrebató protagonismo al festival berlinés, como se temía desde que se anunció su programa, ya que los principales estudios -sean los del circuito comercial o los llamados independientes- tienen los ojos puestos en Los Angeles. 
La competencia es dura y Dieter Kosslick, director de la Berlinale, admitió poco antes de abrir su festival que preferiría desplazar sus próximas ediciones a épocas más propicias, siempre y cuando se encuentre un hueco en el apretado calendario de certámenes -Sundance, Cannes, San Sebastián, Venecia y un largo etcétera-. 
Kosslick apostó por lo político. El director había anunciado que Africa sería el plato fuerte e incluyó tres representantes con esa temática -el film de Peck, además de una arriesgada versión de "Carmen" en los suburbios de Ciudad del Cabo y la menos convincente "Man to Man", de Regis Wargnier-, sin olvidar "Hotel Rwanda", de Terry George, que de haber ido en competición lideraría las quinielas. 
El cine francés era, cuantitativamente hablando, el más poderoso, con cinco representantes. Sin embargo, su suerte fue desigual. La película de Techiné dividió opiniones y el Francois Mitterrand crepuscular de "Le promeneur du Champ de Mars" se llevó los elogios gracias al buen hacer de Michel Bouquet. Algo parecido ocurrió con "De battre mon coeur s'est arreté", de Jacques Audiart, interpretada por Romain Duris. 
El cine anfitrión, que en las dos ediciones anteriores destacó con "Good bye, Lenin", de Wolfgang Becker, y "Gegen die Wand", de Fatih Akin, se quedó esta vez a medio camino, con "Sophie Scholl", de Marc Rothemund, cuya joven protagonista, Julie Jentsch, suena como candidata a premio. 
La comedia futbolística "One Day in Europe" pasó como anécdota divertida y la deprimente "Gespenster" se llevó apasionadas críticas por parte alemana, pero poco eco internacional. 
"Fateless", un intenso film sobre el Holocausto basado en una novela de Imre Kertesz, llevó a la Berlinale el recuerdo de las víctimas de los campos de concentración nazi. 
A falta de las proyecciones, hoy, de las dos últimas entre las 22 aspirantes a los Osos -la china "Kong Que", de Gu Changwei, y la danesa "Anklaget", de Jacob Thuesen-, las apuestas son variadas, aunque se coincide en considerar "Paradise Now" y "Sometimes in April" como candidatas a premio. 
El veredicto está en manos del jurado que preside Roland Emmerich, director alemán con reputación de catastrofista, con títulos como "Godzilla" y "The Day after tomorrow". 
Le acompañan gente como el diseñador italiano Nino Cerruti y la actriz china Bai Ling, quien ha prometido "pujar" por la cultura asiática. A nadie extrañaría un Oso para la imaginativa película taiwanesa "Tian Bian Yi Duo Yun", con su desfile de sexo y sandías por un Taipei, o el romántico samurai japonés de Yodi Yamada. 
Y mientras en la sección oficial se sucedían las sorpresas, decepciones y cancelaciones de visitas prometidas, los otros apartados del Festival se crecieron. 
Panorama trajo las presencias gratificantes de Kevin Spacey, cantando y bailando en "Beyond the Sea", así como de Daniel Day-Lewis, recreando el espíritu del recién fallecido Arthur Miller en "The ballad of Jack and Rose" -de su esposa e hija del autor, Rebecca Miller-. 
Y por si faltaban estrellas, George Michael presentó un narcisista documental sobre sí mismo y sólo apto para sus incondicionales. EFE gc/ih/tc



Un incesto danés, al cierre del desfile

Gemma Casadevall 

Berlín, 18 feb (EFE).- La Berlinale cerró hoy su sección a competición con "Anklaget", un drama familiar sobre un respetable danés acusado por su hija de incesto, y la poética cámara del chino Gu Changwei en "Kong Que". 
Lo imperdonable, el padre que abusa de su propia hija, fue el tema elegido por el danés Jacob Thuesen en su debut como director y, también, el programado por la dirección del 55 Festival de Cine de Berlín para concluir el desfile de los 22 aspirantes a los Osos. 
"Mi objetivo no es incidir en la culpabilidad o inocencia de un padre, sino investigar el tema del incesto a través de un personaje al que, desde el momento en que se le acusa, la sociedad en pleno trata como a un culpable de algo injustificable", explicó Thuesen. 
El acusado no es un ser marginal. Es un ciudadano corriente de Copenhague, profesor de natación de una piscina municipal, un supuesto buen padre de una muchacha de 14 años y con una vida sexual satisfactoria. 
"La película es el descenso a los infiernos, familiar, social y profesional, de alguien que ha cometido un crimen atroz e inconfesable", añadió Troels Lyby, el actor que se pone en la piel de Henrik, un danés de rostro impenetrable, hasta que estalla la tragedia y, finamente, se somete a la confrontación con su hija. 
El acusado y su esposa, convencida de la inocencia de aquél, cerrarán filas hasta lograr la declaración de inocencia. Pero el camino del perdón familiar es mucho más tortuoso que la absolución judicial. 
Thuesen, apuntalado en la interpretación de Lyby y la esposa de éste, Sofie Grabal, conduce al espectador de la presunta culpabilidad a la inocencia, luego le da la vuelta varias veces y finalmente consigue hacer creíbles ambas versiones de la realidad. 
"El final era un desafío. Hasta ahora no había visto películas sobre esta temática tan tabú con una conclusión tan clara. Sé que tenía la opción del final abierto, pero opté por dejarlo cerrado", explicó Thuesen. 
Entre dejar al espectador que dé o no su propia respuesta a la cuestión de la culpabilidad y el perdón, Thuessen opta por un final explícito, casi demasiado explícito por insistente, como si no quisiera dejar el menor margen de duda a quien asiste a la tragedia. 
La película danesa puso el broche final a la sección a concurso, compartiendo jornada con una nueva exposición de buen cine chino, de la mano de otro debutante en la dirección, el celebrado cámara Gu Changwei. 
"Debo esta película a lo aprendido con (el cineasta) Zhang Yimou", afirmó llanamente el realizador ante una Berlinale que no precisaba de tal aclaración. 
"Kong Que", historia de una familia trabajadora entre 1977 y 1984, es pura poética asiática plasmada en gran pantalla, fiel a una escuela cinematográfica tradicionalmente mimada por la Berlinale
Una adolescente paseando en bicicleta y soñando con volar en paracaídas como el chico pequinés del que está enamorada; su dura vida laboral en una planta embotelladora; su renuncia a los ideales románticos, forzada por las rígidas tradiciones y un régimen autoritario que no deja espacio a individualismos. 
Nada en "Kong Que" es novedoso. La vida de la muchacha y sus hermanos -uno de ellos, un obeso disminuido psíquico para el que también se "arregla" un matrimonio- no se aparta un ápice de los cánones marcados por la Revolución cultural. 
Las casi tres horas de película -la más larga de las concursantes, con 144 minutos- rondan alrededor de la mesa en el balcón en que los hermanos y la madre comen de su cuenco de arroz. Pero la Berlinale se dejó mecer de buen grado en su jornada final por la cámara de Gu Changwei. EFE gc/gsm/eg



Will Smith, el gran besador


Gemma Casadevall 

Bildergebnis für willy smith berlinaleBerlín, 18 feb (EFE).- Will Smith acudió a la Berlinale para promocionar su última película, "Hitch: Especialista en ligues", y repartió un recital de estridentes carcajas y besos, tanto a su compañera de rodaje, la estupenda Eva Mendes, como a la prensa internacional. 


Ni corto ni perezoso, Smith abandonó el estrado, se fue hacia la periodista, la tomó por la cintura y casi la tumba al suelo, al precipitarse sobre ella para un simulacro de "beso a tornillo" que, por supuesto, precipitó un diluvio de flashes entre los reporteros. 
Smith no sólo fue galante con la prensa, sino también con Eva Mendes, quien recordó sus "raíces cubanas" para postularse como "tanto o más apasionada" que Smith. 
A la afirmación de ésta de que las mujeres "son menos superficiales" que los hombres, puesto que no les interesa tanto lo físico como el fondo de su pareja, respondió Smith con una artillería de galanterías para demostrarle que él era su hombre. 
"Hasta que no se me conoce a fondo, no les gusto", sostuvo, en tono de falsa modestia. 
Luego adoptó un tono supuestamente serio para sostener que, en realidad, la única mujer que le importa es su esposa, Jada Pinkett, a la que piensa "cubrir de flores" en cuanto la vea. 
Pinkett no acompañó a la Berlinale a su esposo, lo que ha sido comentado por la prensa alemana como síntoma de disonancias. 
Las carcajadas a mandíbula batiente del actor y su bombardeo de bromas aparentemente espontáneas a diestro y siniestro no convencieron a los presentes. 
"Hago chistes para ocultar mi dolor", respondió, fingiendo un tono lloriqueante, a la pregunta de si tanta alegría desbordada es real. 
Sincero o no, Smith protagonizó la más concurrida entre las conferencias de prensa de la Berlinale, a pesar de que "Hitch: Especialista en ligues" se exhibía en la sección oficial, aunque fuera de concurso. 
A su compañero de reparto, Kevin James, apenas se le reservaron un par de preguntas -"Uf, estoy despierto...", dijo, al ser finalmente requerido por uno de los presentes. 
El objeto de curiosidad hacia James no se debía, sin embargo, a "Hitch: Especialista en ligues", sino a su popularidad como protagonista de la serie de televisión "The King of Queens", que se emite a diario por una cadena privada alemana. 
"El 80 por ciento del correo de mis fans procede de Alemania", dijo el corpulento actor respecto a su papel de repartidor de paquetes del distrito de Queens. 
Al margen del interés por Smith, la proyección de "Hitch: Especialista en ligues" fue acogida como un "cuerpo extraño" en la Berlinale
La comedia del casamentero Smith, dirigida por Andy Tennant, ha recaudado en el primer fin de semana en las salas de EEUU 43 millones de dólares. 
En la Berlinale provocó deserciones masivas durante la proyección avanzada a la prensa, desconcertada ante la inclusión en el festival de un producto claramente destinado a llenar multicines, no a satisfacer a la crítica internacional. EFE gc-dm/eg

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