Berlín, 17 feb (EFE).- El iraní Jafar Panahi
puso hoy broche de oro a la
Berlinale con "Offside", un prodigio sobre represión y
fútbol en el Irán milagrosamente clasificado para el Mundial de Alemania, al que
acompañó en la última jornada a concurso "Requiem", un exponente del nuevo cine
alemán.
Irán, derechos de la mujer y fútbol: qué más podía pedir una
Berlinale deliberadamente política
para el cierre de aspirantes a Osos y a cinco meses de la apertura del Mundial.
Por si fuera poco, "Offside" lleva el sello de Panahi, uno de los nombres
más sólidos del cine de Irán, que durante años no ha podido estrenar allí.
La
Berlinale no está reñida
con los milagros, como se demostró hoy. Rodar una película prácticamente en un
día, sin saber cuál será su desenlace -fiesta en la calle o desolación- e
infiltrar a cinco muchachas en un estadio, en un país donde está prohibido su
acceso a los partidos, forma parte del prodigio de "Offside".
Todos esos
elementos confluyen en la película de Panahi, una historia sencilla de unas
chicas que se disfrazan de muchacho para lograr entrar en el estadio donde se
disputa el partido Irán-Bahrein, decisivo para la clasificación para el Mundial.
En lugar de infiltrarse, acaban acorraladas entre las vallas de seguridad y
custodiadas por soldados iraníes. En lugar de fútbol en directo desde el
graderío y con 100.000 aficionados, deben conformarse con la locución
improvisada de un soldado, desde cuyo ángulo apenas se ve un saque de esquina.
Limitaciones, insultos, miedo a las consecuencias de la travesura de cinco
muchachas que aman tanto el fútbol como a su país, exponente de la represión
impuesta por el régimen de Teherán a su población, de la que la censura al cine
es sólo una parte.
"Hasta cinco días antes del rodaje, las autoridades no
sabían que estaba yo detrás del guión, porque lo registré con otro nombre.
Cuando se enteraron, ya no pudieron frenarlo", explicó Panahi, quien a estas
alturas no sabe aún si su película llegará a estrenarse en su país.
"Hacer
la película era como un sueño, como lo era que Irán esté en el Mundial de
Alemania, y espero que mis compatriotas puedan ver la película. Pero no dejaré
que le corten ni una escena", dijo.
Sus actores son "muchachos y muchachas
que no saben nada de cine", explicó, rodaron mayoritariamente en directo, en
paralelo a lo que ocurría en el estadio y sin saber qué harían con su film si
Irán no se clasificaba, y llegaron a Berlín con el compromiso de seguir
trabajando por la supervivencia del cine iraní.
"Volveré a mi país y seguiré
trabajando ahí", afirmó Panahi, quien pese al contenido de su film y la denuncia
de la opresión de la mujer, no hace un retrato agrio de Irán, sino que trata el
tema en clave de comedia, sin tiranos "visibles".
"Los iraníes somos una
gran familia. El servicio militar es obligatorio y los soldados no pueden
saltarse las reglas, pero son parte de esa familia", dijo respecto a la
complicidad que se establece entre éstos y las muchachas que tienen
"acorraladas".
"Offside" era el segundo film iraní a concurso tras el
durísimo "Zemestan", de Rafi Pitts, y supuso el regreso de esa cinematografía a
la sección oficial de la
Berlinale tras treinta años de sequía.
"Requiem", de
Hans-Christian Schmid, era la cuarta película alemana a concurso y demostró que,
salvando las inmensas distancias, el fanatismo religioso no es exclusivo de
países como Irán.
La inquietante película del joven director alemán -quien
en 2003 compitió con "Lichter"- recrea un caso real de exorcismo en la Selva
Negra alemana, no varios siglos atrás, sino en los años 70.
Sandra Hüller,
una actriz de mirada limpia que recuerda a la Julia Jentsch de "Sophie Scholl"
-que aspira este año a un Oscar para Alemania-, interpreta a una estudiante
epiléptica, hija de una familia de rigurosísimas creencias cristianas, que en
lugar de recurrir al neurólogo busca la ayuda de un exorcista.
"Considero la
religión algo amenazante. La fe convierte a Michaela (personaje de Hüller) en
una mártir", explicó Schmid.
Con la proyección de "Requiem" se cerró la
ronda de concursantes y, a la espera de que este sábado el jurado presidido por
Charlotte Rampling dé los Osos, las quinielas apuntaban hasta hoy como favoritas
a "The Road to Guantanamo", de Michael Winterbottom, y "A Prairie Home
Companion", de Robert Altman.
La proyección de "Offside" podría dar la
vuelta al marcador, de la misma manera que el gol de Mohamed Nosrati, en el
minuto 47, dio a Irán la clasificación para el Mundial. EFE gc/ih/egn
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