viernes, 9 de febrero de 2007

El Berlín comido por las bombas de Cate y George



Berlín acoge con frialdad a Soderbergh y se deja mecer por la poética coreana

Gemma Casadevall 

Berlín, 9 feb (EFE).- La Berlinale arrancó en serio hoy, en su segundo día de competición, con "The Good German", una réplica de "Casablanca" trasladada al Berlín comido a dentelladas por las bombas, junto al cine sencillo y hermoso del brasileño Cao Hamburger y la poética coreana de Park Chan-Wook. 

Bildergebnis für cate blanchett berlinaleUna Cate Blanchett bellísima, acompañada por el director Steven Soderbergh, embutido en una camiseta berlinesa -con el hombrecillo verde de los semáforos del este de la ciudad-, acudió para defender con él "The Good German" ante un festival ansioso de ver estrellas. 
Los dos asistían como "amigos de la casa" -ambos pasaron por varias ediciones anteriores del festival- y, pese a no traer consigo a George Clooney, otro habitual de la Berlinale, eran la primera presencia de rango internacional en esta 57 edición. 
"The Good German" brinda, sobre todo, la oportunidad de asistir a un perfecto ensamblaje entre imágenes documentales del Berlín de 1945, con edificios en ruinas y sobre el trasfondo de la Conferencia de Potsdam, y la cámara legislativa actual, también en blanco y negro. 
Sin embargo, la película de Soderbergh cosechó más abucheos que aplausos en su estreno ante la crítica, con un filme que picotea entre episodios propios de cintas de cazanazis y triángulos amorosos. 
El "Casablanca" trasladado al aeropuerto berlinés de Tempelhof no cuajó, aunque Blanchett dé bien su personaje de alemana gélida y superviviente, por encima de todo, y Clooney se erija en abnegado enamorado, corresponsal de guerra, oficial y caballero. 
A la pareja Blanchett-Clooney le faltó química, por mucho que ella se esforzara en explicar ante la prensa que su compañero de rodaje es el hombre "más fantástico, divertido, rápido y energético" que uno pueda imaginar. 
Parece también que el tándem Soderbergh-Clooney, que han trabajado juntos en seis películas, no da los resultados esperados, vistas las malas críticas recibidas en Estados Unidos. "Tal vez en Europa se nos vea con más simpatía", explicó el director. 
Mientras Soderbergh dejó fría a la Berlinale con su recital de técnica fotográfica y atractivos protagonistas, el brasileño Hamburger encandiló justo con lo contrario: una historia sencilla, arrancada de los años de la dictadura y con la Copa do Mondo como bálsamo reparador de todas las heridas. 
Su protagonista es un niño de 12 años, de Belo Horizonte, cuyos padres deben irse de "vacaciones", como tantos otros izquierdistas, y que teóricamente queda al cuidado de un abuelo, en Sao Paolo. 
De discutir sobre Pelé con papá pasa a un vecindario de judíos que hablan en un yidish ininteligible para él. Del abuelo propio, de por sí desconocido, pasa a la tutela aún más remota de un vecino por fallecimiento del anterior. 
"O ano em que meus país saíram de férias" se convierte así en exponente de la capacidad de adaptación de ese niño y también del pueblo brasileño por hermanarse con la Copa do Mondo, sean estudiantes comunistas, sean judíos ortodoxos. 
Sin pretensiones, emocional, sin caer en lo lacrimógeno, y hermoso: así es el filme de Hamburger, cineasta que se sabe parte de la generación de directores latinoamericanos que miran hacia las aún recientes dictaduras. 
"Muchos en mi generación sentimos ahora la necesidad de recordar ese pasado", explicó Hamburger, nacido en 1962 y quien dice tener recuerdos "apenas vagos" de esos años de la dictadura. 
Completó la jornada "Sai bo gu ji man gwan chan a" -"I'm a cyborg, but that's ok", en su título en inglés-, una historia por momentos delirante, por momentos filosófica y con mucha carga poética dentro, con que Park Chan-Wook hizo las delicias de la Berlinale. 
Todo ocurre en un manicomio, poblado de locos como la protagonista, una muchacha que se niega a ingerir comida porque considera que es un ser cibernético que sólo se alimenta de electricidad. Su cómplice -y enamorado- es un delincuente común, que pasa de robar por las calles a "robarles" a los enfermos sus males. 
El director coreano es capaz, con estos componentes, de tejer decenas de historias paralelas, un cálido idilio y al mismo tiempo varias ensoñaciones de la muchacha cibernética, convertida en robot asesino del cuerpo médico -tan adorable como los pacientes- y el resto del personal. EFE gc/rz/fr



Latinoamérica entra con buen pie con un filme brasileño sobre fútbol y dictadura

Gemma Casadevall 

Berlín, 9 feb (EFE).- El cine latinoamericano entró hoy con buen pie en la sección a concurso de la Berlinale con la proyección de "O ano em que meus pais saíram de férias", del brasileño Cao Hamburger, exponente de cine sencillo, sin pretensiones, hermoso y con dos temas de fondo potentes: la dictadura y el fútbol. 
La historia de Mauro, un niño de 12 años cuyos padres deben marcharse "de vacaciones" por razones políticas, cautivó a un Berlín que echa de menos las emociones vividas como anfitrión del Mundial de Fútbol 2006 y que se dejó envolver por el recuerdo de la Copa do Mondo 1970. 
La crítica internacional brindó a la película la primera ovación de simpatía de esta 57 edición del Festival de Cine, en el pase previo para la prensa, acogida que se repitió luego en el estreno oficial de la película. 
En ese contexto, del fútbol como aglutinador de pasiones y bálsamo en tiempos difíciles, discurre el filme de Hamburger, nacido en 1962 y miembro de una generación de cineastas latinoamericanos jóvenes que vuelcan la mirada hacia los años de las dictaduras. 
"El fútbol es una pasión general, compartida, que ayuda a romper barreras y también a esconder aquello que no interesa que vea el pueblo", explicó el director, en su presentación ante la prensa internacional. 
De Belo Horizonte parte un día Mauro con sus padres, a bordo de un "escarabajo" Volkswagen azul hacia Sao Paulo. Teóricamente, allí vivirá una temporada corta con su abuelo, precisamente cuando está a punto de abrirse el Mundial de 1970 en México, del que Brasil ganó la Copa tras la final contra Italia. 
La fatalidad quiere, sin embargo, que el abuelo muera pocas horas antes de que papá y mamá le dejen ante el portal de su casa. Un vecino, total desconocido para el niño, deberá asumir la tutoría accidental de éste. 
De discutir sobre Pelé con papá, Mauro pasa a vivir entre vecinos judíos que hablan en un yidish ininteligible para él. Por suerte, existe el fútbol, factor que hermana a estudiantes comunistas y judíos ortodoxos. Y también la capacidad de adaptación de un niño. 
Sin pretensiones, emocional, sin caer en lo lacrimógeno, y hermoso: así es el filme de Hamburger. 
"Muchos en mi generación sentimos ahora la necesidad de recordar ese pasado", explicó Hamburger, quien dijo tener recuerdos "apenas vagos" de los años de la dictadura. 
Al director brasileño le correspondió el honor de abrir la representación de cine latinoamericano en la Berlinale. Le seguirá, el próximo martes, "El otro", de Ariel Rotter, con Julio Chávez en el papel protagonista. 
Ambos, director y actor, repiten en el Festival de Berlín. Rotter presentó en 2001 "Sólo por hoy" en la sección Panorama, mientras que Chávez estuvo en competición en 2006 con "El custodio", que ganó el Premio Alfred Bauer, instituido en memoria del fundador del certamen. 
Tal como "El custodio", la película de Rotter, una producción argentino-francesa-alemana, contó con ayuda financiera del World Cinema Fund, creado en 2004 por la Berlinale para apoyar producciones de Latinoamérica, África, Oriente Medio y Asia Central. 
Al margen de ambos títulos a concurso, en la sección Berlinale Special se proyectará la última película del director cubano Fernando Pérez, "Madrigal", de producción española-cubana. 
En la sección Panorama se exhibirá la brasileña "A casa de Alice", de Chico Texeira (Brasil), y la argentino-francesa "La León", de Santiago Otheguy. 
También en ese apartado, procedente de Argentina, se verá "Gaucho", de Juan Minujín, cortometraje previo a "La León"; y "Deserto Feliz", de Paulo Caldasm, una coproducción germano-brasileña. 
En el apartado de homenajes se recuperarán los documentales "Memorias cubanas: Fidel cuenta el Che" y "Un día con Fidel", ambos de 1987, en una gala especial en honor al cineasta italiano Gianni Minà (Italia). 
En la sección Forum se exhibirán "Extranjera", de Inés de Oliveira Cézar (Argentina, Grecia y Polonia), y "El telón de azúcar", de Camila Guzmán Urzúa (Cuba, España y Francia). 
"Antónia", de Tata Amaral (Brasil), se pasará en la sección Generation 14Plus, y "Lo que trae la lluvia", del chileno Alejandro Fernández Almendras, concursará en el festival de cortometrajes. EFE gc/fr

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