Revive la Piaf más desgarrada en la apertura de la Berlinale
Berlín, 8 feb (EFE).- La Edith Piaf de vida tortuosa, desgarrada por la fatalidad y la adicción revive interpretada por Marion Cotillard en "La Môme. La vie en rose", la película que abrió hoy la Berlinale y cuyo tesoro es la mítica voz del "Non, je ne regrette rien".
La película de Olivier Dahan no es como para ver la vida de color de rosa y la capital alemana amaneció, además, bajo una fina capa de nieve y un cielo plomizo, poco propicio para desplegar glamour en la inauguración del 57 Festival de Cine de Berlín.
Cotillard, la actriz francesa que encara a Piaf desde los 19 años hasta su muerte en 1963, con la metamorfosis física y mental que ello comporta, dejó al público conmocionado, con un film que no quiere ser biográfico, según Dahan, pese a las apariencias.
"No hice una biografía, sino un retrato", explicó Dahan tras el pase de prensa, custodiado por Cotillard y varios de sus actores, aunque no por su secundario de lujo, Gérard Depardieu, quien interpreta al empresario que descubrió a Piaf cantando en la calle.
Se trata de un retrato algo forzado, en definitiva, en que obvia aquello que no le interesa y se concentra en lo que sí, y para el que Dahan reconoce "no haber hablado con quienes la conocieron", pero sí haber leído "todo o mucho de lo que se ha escrito sobre ella".
La película de Dahan crece en los momentos en que se escucha la poderosa voz de Piaf y tropieza en los tópicos.
Desde una infancia con connotaciones de Charles Dickens, con una Edith niña deambulando entre prostíbulos y circos ambulantes, a la adolescencia ya alcoholizada, a modo de "herencia" paterna, y al único gran amor que retrata, el vivido con el boxeador Marcel Cerdan.
Piaf no fue mujer de un único episodio amoroso, sino que estuvo casada tres veces y vivió múltiples pasiones y amistades tormentosas, incluido un capítulo con Marlene Dietrich, "pero me centré en Cerdan porque ése era el capítulo que me interesó", dijo Dahan.
Dietrich aparece fugazmente y de Montand o Cocteau se sabe que existieron únicamente "por alusiones", que es lo único que se les dedica.
Un film autobiográfico que no quiere serlo y una aproximación al personaje que en ocasiones roza la caricatura, por mucho que Cotillard se esfuerce justamente en lo contrario.
"Evité en todo momento la sobreinterpretación porque sé que es el principal peligro a que me exponía con este personaje", declaró la actriz, hermosa y maravillosa ante la prensa, hasta el punto que costaba reconocer en ella a la decrépita Piaf de "La Môme".
Cotillard se mete en la piel de la diva torturada, a quien ni siquiera en la infancia se retrata con un rostro fresco y a la que la vida sólo se le plantea "en rose" bajo el impacto del amor con Cerdan.
La muerte de éste y un paralelismo entre esa pérdida y otra mucho más remota, la de la hija que tuvo casi en la adolescencia, dejan un rastro de fatalismo en la mujer del "Non, je ne regrette rien".
Si a algo no invita "La Môme" es a cantar a coro las canciones con la Piaf, como él había anunciado, al presentar el programa oficial.
Marianne Faithfull, icono del pop y actriz, pondrá en escena en "Irina Palm" a otra mujer castigada por la vida que trabaja en un club nocturno.
Romola Garai lo hará con una escritora de la Inglaterra de principios del XX, en choque con sus pasiones y sociedad, en "Angel", de Francois Ozon, mientras que Sharon Stone ofrecerá un personaje tortuoso en "When a man falls in the forest". EFE gc/umj/acm
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