Mucho minimalismo
Mexicano Eimbcke convenció como exponente cine latinoamericano con voz propia
Gemma Casadevall
Berlín, 9 feb (EFE).- El mexicano Fernando Eimbcke convenció a la Berlinale con "Lake Tahoe", exponente del cine latinoamericano con voz propia, en una jornada en que México estuvo presente además como escenario de "Julia", un recital de Tilda Swinton como alcohólica.
"Es una película nacida de un proceso doloroso, la muerte de mi padre, en que me di cuenta de cómo el tiempo corre de otra manera", explicó Eimbcke, director que en su segundo largometraje se consagra como estilista de su "gusto por trabajar con elementos mínimos".
Tales mínimos son esencialmente un muchacho, Juan, en busca de una pieza de recambio del automóvil que acaba de estrellar contra un poste, entre talleres cerrados o mecánicos absortos en la desgana.
Cruces de carretera estáticos, en cámara fija, combinados con fundidos en negro -"me di cuenta que a ellos corresponde lo más importante del film", dijo Eimbcke- forman parte de esos "mínimos".
Trabajar entre escaseces no significa, en Eimbcke, falta de miniciosidad. Nada en los 85 minutos del film es casual, todo responde al empeño de reflejar cómo cada uno transporta su dolor.La mano de la madre asomando tras la cortina de la bañera, fumando, llorando y rodeada de álbumes familiares, bastan a Eimbcke para reflejar el desgarro de esa mujer. Para la proyección en el cine del barrio de una película de Bruce Lee recurre a otro mínimo preferente: la pantalla en negro, con los ruidos de kung-fu fondo.
Eimbcke regresó así a la Berlinale que conoció unos años atrás, como invitado del Talent Campus, taller para jóvenes talentos, donde se forjó su "Temporada de patos", el primer largometraje.
Rodada en Puerto Progreso, Yucatán, "Lake Tahoe" acudió a la Berlinale defendida por el director y por sus actores Diego Cataño, el protagonista, junto a Juan Carlos Lara y Daniela Valentine.
"Aprendí mucho haciendo el personaje. Trabajar en la película me ayudó a crecer", dijo Cataño, intérprete ya en "Temporada de patos".
"Lake Tahoe" no sale del reducto por momentos precario y anclado en el tiempo lento de Puerto Progreso, mientras que el México que refleja "Julia", de Erick Zonca, es escenario de una persecución policial disparada de ritmo y dramatismo.
El tema de la película es de difícil manejo: una mujer que fue hermosa, al borde del derrumbe físico por el alcohol -papel que le viene como anillo al dedo a Swinton- y convertida en secuestradora y maltratadora de un niño de ocho años, de madre mexicana.
Kate del Castillo, fuera de sus orígenes telenovelesco, es la madre que le encarga el secuestro de su niño, del que le han quitado la custodia por lo mismo que se lo quitarían a Swinton, de tenerlos.
Se conocen de las sesiones de alcohólicos anónimos y en la tarea no las una empatía alguna, sino que cada una ve en la otra un vehículo: ganar dinero y recuperar al niño, respectivamente.
A Zonca se le escapan de las manos cuestiones como credibilidad -como reprochó en la conferencia de prensa algún medio mexicano- y Swinton va salvando escenas, decidida a ganarse el Oscar.
"No sé por qué se insiste en decir que es un 'remake' de la 'Gloria' de John Cassavetes. No es cierto, no lo pretendimos nunca", enfatizó Swinton, sin demasiado éxito en sus ansias de convencer.
México fue un común denominador en "Lake Tahoe" y "Julia", mientras que la película de Swinton y la tercera a competición, "Gardens of the night", de Damian Harris, compartían algo de temática: secuestros infantiles.
La película de Harris, en que John Malkovich desempeña un pequeño papel, arranca del secuestro de una preciosa niña rubia camino de la escuela y deriva en los bajos fondos de la prostitución y la droga.
A la parte de la infancia se le da un tratamiento "light", puesto que el tema de la pederastia es suficientemente duro como para no necesitar planos extremos.
Cuando entran en la adolescencia, Harris apuesta por una pareja de preciosidades, Gillian Jacobs y Evan Ross. Un dúo de caras bonitas -blanca y rubia, ella, negro, él-, más creíble para un anuncio de moda juvenil que para representar a quienes, a esas alturas, deberían estar al menos ajados por la droga. EFE gc/sc
viernes, 8 de febrero de 2008
Chupa de cuero, una espléndida sonrisa
Shah Ruhk Khan, un lindo intruso de Bollywood en la Berlinale
Gemma Casadevall
Berlín, 8 feb (EFE).- El actor indio Shah Ruhk Khan, la máxima estrella de Bollywood, encandiló hoy a su paso por la Berlinale con un derroche de sonrisas para acompañar "Om Shanti Om", una película típica de su género y por tanto una intrusa en un festival de cine.
"Llevo 17 años en esto, pero por primera vez en mi vida me siento un actor de verdad", saludó el actor, enfundado en una chaqueta de cuero y metiéndose en el bolsillo frase a frase a la prensa del festival, generalmente hostil hacia lo que se consideran subgéneros.
"Las películas indias son así: ruidosas y de colorines, porque así somos también nosotros, ruidosos, tanto cuando nos reímos como cuando lloramos", añadió, respecto a la singular estética, acústica y coreografía de los musicales de Bollywood.
Estridente es "Om Shanti Om", una superproducción de cerca de tres horas, en la que Khan hace de todo: de ingenuo actorcillo sin fortuna, de estrella consagrada al amor de la fama, de papá, de supermán, de héroe enamorado y de vengador de la amada traicionada.
Para ello, nada como la reencarnación, algo tan asumido en la cultura india como, al decir de Khan, las películas de Bollywood.
"Es la evasión pura para la gente sencilla. La única manera de acceder a un mundo feliz, como en sueños", afirmó el actor.
Khan no se plantea siquiera, dijo, la posibilidad de pasar a la auténtica fábrica de sueños, Hollywood."Eso no es para mi. Mi inglés no es suficientemente bueno y además tampoco encajaría con algunos papeles de exótico, porque no sé bailar la salsa", dijo, desatando a cada uno de sus teóricos alardes de modestia sonrisas y aplausos.
Khan no aspira a Hollywood, sino a seguir en la India: "Si al final de mi carrera puedo llegar a decir que efectivamente he contribuido a acercar mi país al resto del mundo, me doy por satisfecho", afirmó.
"Om Shanti Om" se exhibía fuera de concurso, en la sección Panorama Special, y acudió a la Berlinale como una apuesta personal de su director, Dieter Kosslick.
Desde hacía unas semanas, el director del festival iba cacareando que Khan es la única estrella del mundo con mil millones de aficionados, decenas de miles de los cuales habían emprendido viaje a Berlín en autocar, desde Nueva Delhi.
Fue una de las bromas más repetidas por Kosslick antes de la Berlinale que ayer abrió sus puertas, pero de alguna manera parece que cuajó entre el público.
La crítica más severa ignoró el pase de "Om Shanti Om" y su proyección en la Berlinale tuvo un carácter anecdótico.
A escala popular, fue un éxito total, puesto que las entradas a disposición del público quedaron agotadas a los seis minutos de abrirse la taquilla.
Adolescentes berlinesas que habían madrugado para hacerse con su entrada quedaron defraudadas y lloraban ante las cámaras de los reporteros de televisión.
Muchas de ellas siguieron hoy en directo, desde la pantalla gigante ante el Berlinale Palast, la conferencia de prensa en que Khan revalidó el título del más lindo de Bollywood. EFE gc/rz/dm
"Es la evasión pura para la gente sencilla. La única manera de acceder a un mundo feliz, como en sueños", afirmó el actor.
Khan no se plantea siquiera, dijo, la posibilidad de pasar a la auténtica fábrica de sueños, Hollywood.
"Eso no es para mi. Mi inglés no es suficientemente bueno y además tampoco encajaría con algunos papeles de exótico, porque no sé bailar la salsa", dijo, desatando a cada uno de sus teóricos alardes de modestia sonrisas y aplausos.
Khan no aspira a Hollywood, sino a seguir en la India: "Si al final de mi carrera puedo llegar a decir que efectivamente he contribuido a acercar mi país al resto del mundo, me doy por satisfecho", afirmó.
"Om Shanti Om" se exhibía fuera de concurso, en la sección Panorama Special, y acudió a la Berlinale como una apuesta personal de su director, Dieter Kosslick.
Desde hacía unas semanas, el director del festival iba cacareando que Khan es la única estrella del mundo con mil millones de aficionados, decenas de miles de los cuales habían emprendido viaje a Berlín en autocar, desde Nueva Delhi.
Fue una de las bromas más repetidas por Kosslick antes de la Berlinale que ayer abrió sus puertas, pero de alguna manera parece que cuajó entre el público.
La crítica más severa ignoró el pase de "Om Shanti Om" y su proyección en la Berlinale tuvo un carácter anecdótico.
A escala popular, fue un éxito total, puesto que las entradas a disposición del público quedaron agotadas a los seis minutos de abrirse la taquilla.
Adolescentes berlinesas que habían madrugado para hacerse con su entrada quedaron defraudadas y lloraban ante las cámaras de los reporteros de televisión.
Muchas de ellas siguieron hoy en directo, desde la pantalla gigante ante el Berlinale Palast, la conferencia de prensa en que Khan revalidó el título del más lindo de Bollywood. EFE gc/rz/dm
Para ello, nada como la reencarnación, algo tan asumido en la cultura india como, al decir de Khan, las películas de Bollywood.
"Es la evasión pura para la gente sencilla. La única manera de acceder a un mundo feliz, como en sueños", afirmó el actor.
Khan no se plantea siquiera, dijo, la posibilidad de pasar a la auténtica fábrica de sueños, Hollywood.
"Eso no es para mi. Mi inglés no es suficientemente bueno y además tampoco encajaría con algunos papeles de exótico, porque no sé bailar la salsa", dijo, desatando a cada uno de sus teóricos alardes de modestia sonrisas y aplausos.
Khan no aspira a Hollywood, sino a seguir en la India: "Si al final de mi carrera puedo llegar a decir que efectivamente he contribuido a acercar mi país al resto del mundo, me doy por satisfecho", afirmó.
"Om Shanti Om" se exhibía fuera de concurso, en la sección Panorama Special, y acudió a la Berlinale como una apuesta personal de su director, Dieter Kosslick.
Desde hacía unas semanas, el director del festival iba cacareando que Khan es la única estrella del mundo con mil millones de aficionados, decenas de miles de los cuales habían emprendido viaje a Berlín en autocar, desde Nueva Delhi.
Fue una de las bromas más repetidas por Kosslick antes de la Berlinale que ayer abrió sus puertas, pero de alguna manera parece que cuajó entre el público.
La crítica más severa ignoró el pase de "Om Shanti Om" y su proyección en la Berlinale tuvo un carácter anecdótico.
A escala popular, fue un éxito total, puesto que las entradas a disposición del público quedaron agotadas a los seis minutos de abrirse la taquilla.
Adolescentes berlinesas que habían madrugado para hacerse con su entrada quedaron defraudadas y lloraban ante las cámaras de los reporteros de televisión.
Muchas de ellas siguieron hoy en directo, desde la pantalla gigante ante el Berlinale Palast, la conferencia de prensa en que Khan revalidó el título del más lindo de Bollywood. EFE gc/rz/dm
Demoníaco petrolero
Berlín, 8 feb (EFE).- La película "There Will Be Blood", de Paul Thomas Anderson, acaparó la primera jornada a competición de la Berlinale, apuntalada en un grandioso Daniel Day-Lewis encarnando la maldad del capitalismo petrolero y otros diablos de este mundo.
Anderson, Oso de Oro por "Magnolia" en el 2000, dejó claro que lo suyo no es la falsa modestia: "Por supuesto esperamos todos los Oscar, incluso aquellos para los que no somos candidatos", dijo el director, bromeando con sus ocho designaciones a estatuilla. "The Will Be Blood", principal rival del "No Country For Old Men" de los hermanos Cohen en la carrera por los Oscar, tampoco entra en el concepto de lo modesto. Day-Lewis no escatima en interpretación, sino que personifica hasta lo demoníaco su papel de hombre que casi se deja la vida perforando pozos de petróleo y a quien por tanto no interesa la integridad de la ajena. "A veces cuesta lo suyo, pero con Anderson uno acaba encontrando el camino para explicar lo que quiere", dijo el actor, quien en Berlín demostró que no sólo arriesga en la interpretación, sino también en el atuendo: una llamativa camisa blanca y negra, con grandes flores rojas estampadas. "Hacer un film es como perforar un pozo petrolífero. Uno no sabe si saldrá algo, pero sigue perforando, como si le fuera la vida en ello", dijo el director. "There Will Be Blood" refleja un capitalismo petrolero que el único principio al que atiende es al de embaucar al hombre del campo y comprarle la tierra a precio de prado de perdices para extraer oro negro. Lo importante es sentir un océano de petróleo bajo sus pies, el resto es material de desecho. Un negocio que sólo puede funciona desde la absoluta falta de escrúpulos y que florece si se pacta con el diablo. Es decir, el fanatismo religioso, encarnado en la película por la Iglesia de la Tercera Revelación aunque podría ser también cualquier otro fundamentalismo engatusador. La película de Anderson reposa sobre la espalda poderosa de Day-Lewis, a su vez viejo conocido de la Berlinale, que en 1993 tuvo también su Oso de Oro por "En nombre del padre" de Jim Sheridam. "Por favor, borren de su cerebro todo lo que han leído o escuchado de mi", dijo, ante el alud de preguntas sobre cómo preparaba sus impactantes interpretaciones. A su lado, Paul Dano, asimismo magnífico en su papel de diabólico predicador, trataba de explicar qué se siente como co-protagonista con Day-Lewis: "Siempre trata uno de prepararse al máximo. Más aquí, donde era imposible no sentir que se quedó uno corto". "There Will Be Blood" y Day-Lewis eran el plato fuerte de la primera jornada a competición en una Berlinale que ayer tuvo un poderoso arranque con los Rolling Stones de "Shine a Ligh", fuera de concurso. Sus compañeras de jornada -entre las 21 que compiten por los Osos- apenas han podido darle réplica. Por un lado, "Zou You" -"In love we trust", en inglés-, del chino Wang Xiaoshuai, que parte del dilema de una pareja que dejó de serlo hace años pero que ahora se ve en la tarea de tener que procrear de nuevo para dar con el donante idóneo para su hija enferma. Por el otro, la finlandesa "Musta Jaa" -"Black Ice"-, de Petri Kotwica, que acudía al festival anunciado como un film alejado del estilo de los hermanos Kaurismäki, Aki y Mikka. La primera sorprendió, por su estilo occidentalizado y por abordar un tema complejo, con seriedad y sin lloriqueos, que parte de una situación difícil, al borde de lo imposible, y va resolviéndose de buena manera. La segunda dejó la sensación de que, al margen de la elección de dos buenas actrices -Outi Maenpaa y Ria Kataja- el film no reunía los mínimos para ir a un festival, menos a competición. El hilo argumental arranca de un triángulo amoroso sin más misterios, que cae en lo grotesco escena a escena, como si el guionista realmente fuera improvisando qué hacer al siguiente plano antes de decidirse por el punto final. EFE gc/rz/agf |
jueves, 7 de febrero de 2008
Bailando con Mick
Berlín, 7 feb (EFE).- La Berlinale arranca mañana más movida y bailable que nunca con los Rolling Stones, a los que seguirá el bullicio de Bollywood, el rock de Patti Smith y la música Neil Young, salpicando un desfile de veintiún aspirantes a los Osos que traerá la presencia de Penélope Cruz.
"Elegy", la película dirigida por Isabel Coixet con Cruz y Ben Kingsley como protagonista masculino, es un exponente de cine en que se mezclan "sexo y poder, erótica y muerte", según el programa del festival, y también una de las que más público arrastrará al cine. Así lo avanza el director de la Berlinale, Dieter Kosslick, en entrevista hoy al popular diario "Bild", donde afirma que "por supuesto" hay máxima demanda para ver a Stones, seguido del de Young y "Elegy", sin olvidar al popular Bollywood. Kosslick quería un arranque con garra y se lo aseguró al prometer la presencia de los Stones defendiendo "Shine a Light", la película dirigida por Martin Scorsese que inaugura el 58 Festival de Cine. El documental se exhibe fuera de concurso, como también "CSNY Dejâ vu", sobre Young, y "Dream of Life", donde la cámara sigue a Patti Smith a lo largo de once años. También a exhibición irá "Filth and Wisdom", debut de Madonna como directora, que según Kosslick se "auto-invitó" mediante una postal para presentarse en Berlín. Otro gran revuelo mediático espera Kosslick para la proyección de "Om Shanti Om", con la presencia de la superestrella de Bollywood Shah Rukh Khan, único actor del mundo que, al decir de Kosslick, tiene mil millones de seguidores. Los berlineses entendieron el chiste y agotaron en seis minutos cronometrados las entradas para ver la producción india, revalidando así la fama del festival como el más popular del mundo, ya que pone a disposición del público de a pie 220.000 localidades. Otra cosa es cómo se tome la crítica severa tanta incursión al espectáculo. Hasta ahora, en sus entrevistas, Kosslick, que se confiesa "viejo rockero", ha hablado más de los Stones que de las veintiún películas que lucharán por los Osos, la esencia del festival. Preside el jurado el realizador griego Constantin "Costa" Gavras, custodiado por la actriz francesa Sandrine Bonnaire. La selección de concursantes va de "Elegy" al documental "Standard Operating Procedure", sobre las torturas a iraquíes en Abu Ghraib. Es la primera vez que se incluye en Berlín un documental a concurso, lo que no significa que sea el único film político. El gran tema del festival será, según Kosslick, el destino de los niños soldado y la delincuencia juvenil. La brasileño-argentina "Tropa de elite", de José Padilha, incide en la lucha de las favelas, mientras que "Lake Tahoe", del mexicano Fernando Eimbcke, sigue a un muchacho de dieciséis años confrontado con la realidad de la vida tras la muerte de su padre. Estados Unidos compite con "Ballast", de Lance Hammer, un retrato de familia sobre un trasfondo de droga y violencia, así como "There Will Be Blood", de Paul Thomas Anderson, con Daniel Day-Lewis, otro plato fuerte en la sección a competición. "Gardens of the Night", con John Malkovich y dirigida por Damian Harris, completa la ronda de cine estadounidense a concurso. Europa acude comandada por tres películas francesas: "Il y a longtems que je t'aime", de Philippe Claudel, con Kristin Scott Thomas; "Julia", de Erick Zonca, y "Lady Jane", de Robert Guédiguian, así como la británica "Happy Go Lucky", de Mike Leigh. Del anfitrión alemán compiten "Feuerherz", de Luigi Faloni -un drama sobre niños soldados-, y "Kirschblüten-Hanami", de Doris Dorrie, mientras que Italia estará con "Caos calmo", de Antonello Grimaldi. Irán concurre con "Avaze Gonjeshk-ha" -"The song of Sparronws", en inglés-, de Majid Majidi, y Finlandia lo hace con "Mustra Jaa", de Petri Kotwica. Completan la lista la israelí "Restless", de Amos Kollek; la china "Sparrow", de Johnnie To; la japonesa "Kabei", de Yoji Yamada; "Zuo You" (In Love We Trust) del chino Wang Xiaoshuai, y la coreana "Bam gua Nat" -"Nigt and Day"-, de Hong Sangsoo. Kosslick complementa esas cintas con varias películas fuera de competición e incluidas en la sección oficial, que le garantizan otro desfile de estrellas sobre la alfombra roja. Scarlett Johansson y Natalie Portman presentarán "The Other Boleyn Girl", de Justin Chadwic, mientras que cerrará el festival "Be Kind Rewind", de Michel Gondry, con Jack Black y Mia Farrow. Por confirmar está la visita de Julia Roberts, al frente de "Fireflies in the Garden", de Dennis Lee. EFE gc/jcb/msc/ac |
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