Bardem impacta en la Berlinale con su retrato de un hombre roto
Gemma Casadevall
Berlín, 26 feb (EFE).- El actor español Javier Bardem impactó hoy en la Berlinale con su retrato de un hombre roto, atravesado por culpas del pasado y la demencia actual, en una jornada a concurso marcada por el escándalo en torno a la rusa "Dau/Natasha".
Bardem, junto con sus compañeras de rodaje Ella Fanning y Salma Hayek, recibió la ovación del festival con "The Roads Not Taken". Una película de la británica Sally Potter, cuyo argumento discurre entre México, Grecia y el atronador Nueva York.
"Ha sido una película de digestión difícil", afirmó la cineasta. Trabajaba en este proyecto la última vez que acudió a la Berlinale con un filme a concurso, "The Party", en 2017. En el camino se incorporó en el papel protagonista a Bardem.
"Me vi sumergido en situaciones que por momentos pensaba que no podría dominar", explicó el actor. El Leo que interpreta es un escritor mexicano-estadounidense, en Nueva York desde hace 30 años, padre de Molly -Fanning- y divorciado de Rita -Laura Linney-, que a menudo se ve tratado aún como un inmigrante sin papeles.
Es un hombre de ojos inermes. Su hija le lleva de consulta en consulta, del dentista al oftalmólogo. En su cabeza discurren imágenes del desierto mexicano donde vivió con Dolores -Hayek- o la isla griega donde trató de escribir un libro, además de seguir a una joven de la edad de su hija.
El escritor que quería capturar el mundo con la palabra apenas puede balbucear ahora alguna frase. La desbordada Molly le rescata in extremis de cada confusión en la que cae. En medio surgirá el drama oculto, la culpa, de un hombre roto desde antes de caer en la demencia.
"Los actores tenemos la suerte de poder volver a nuestra vida. Yo regreso siempre a mi familia. Leo también tiene esa oportunidad", explicó Bardem. El actor volvió así a un festival que visitó varias veces como actor y en 2013 como productor de "Hijos de las nubes. La última colonia", un filme comprometido con la causa sahariana.
Ahora acudía con una película de corte muy distinto a la genial comedia pre-brexit que presentó Potter hace tres años. Su equipo, con Hayek exhibiendo temperamento mexicano, un Bardem de sonrisa contagiosa y una Fanning de frescura casi adolescente dio brillantez interpretativa en pantalla y estrellato sobre la alfombra roja.
EL REFUGIADO DE HOY EN EL "BERLIN ALEXANDERPLATZ" DE DÖBLIN
La programación de la Berlinale hizo que "The Roads Not Taken" quedase empaquetado entre las dos películas más densas del festival: un "Berlin Alexanderplatz" de 183 minutos y "DAU. Natasha", de 145. La primera traslada la novela de Alfred Döblin al Berlín actual. Franz -o Francis, interpretado por Welket Bungué- es un africano que ha visto ahogarse en aguas del Mediterráneo a su compañera.
Reinhold, el falso amigo tóxico que le recluta del albergue de asilados y le convierte en "dealer" -traficante-. Mieze, la prostituta de lujo a cuyo cuidado queda tras perder el brazo.
El director afgano-alemán Burhan Qurbani se suma así a la lista de nombres que llevaron al cine a Döblin. Entre ellos, Heinrich George y Bernhard Minetti, en 1931, dos años después de publicarse el libro. O Rainer Werner Fassbinder, con su serie de 1980.
"We are all migrants", era la frase que llevaba estampada en su chaqueta Bungué, actor germano-guineano popular en Alemania. Su filme -repartido en cinco capítulos, como la novela, más un epílogo- fue acogido con simpatía, aunque también escuchó algún abucheo.
Ni la extensión ni la hora en que se proyectó a los medios -08.15, hora berlinesa- eran propicios para los aplausos.
CON RUSIA LLEGÓ EL ESCÁNDALO
La tercera cinta a concurso de la jornada, "DAU. Natasha", dirigida por Ilya Khrzanovskiy y Jekaterina Oertel, llegó a la Berlinale envuelta en secretismos. Se trata de una parte en un proyecto de estos realizadores, que pretenden filmar 13 filmes.
Al de Natasha seguirá, en la sección Berlinale Special, el llamado "DAU. Degeneratsia", que amplía a 355 minutos su extensión.
El filme a competición se sitúa en una academia científica de la Unión Soviética, entre prácticas y torturadores de métodos estalinistas. Su protagonista es una camarera que de acostarse con un científico extranjero pasa a torturada por la policía secreta.
La inclusión de sexo explícito no sería piedra de escándalo en un festival donde, edición tras edición, se ha visto ya mucha exposición de genitales en acción. El problema es que, al parecer, las escenas más drásticas se rodaron sin guion previo.
Es decir, sin conocimiento explícito de su actriz, Natalia Berezhnaya, según avanzaban medios alemanes estos días, a la espera del desembarco del filme y sus directores en Berlín. EFE
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DAU, un filme de sexo explícito y tortura, sin guión, en la Berlinale
Gemma Casadevall
Berlín, 26 feb (EFE).- Rusia llegó a la lucha por los Osos de la Berlinale con "DAU/Natasha", un filme radical y hasta excesivo, por extensión y por sus escenas de tortura y sexo explícito, sin guion previo, de acuerdo al dogma de su director, Ilya Khrzhanovsky.
"No hay un texto previo escrito. Todo ocurre sobre la escena. Quien está en ella procede según le dicta su intuición o propósito", afirmó el cineasta en su presentación ante el festival sobre una película que entró en competición envuelta en el secretismo.
"Los que entramos a escena somos dueños de nosotros mismos y de nuestros actos. Sabemos lo que nos hacemos", añadió su protagonista, Natalia Berezhnaya. Una actriz no profesional -era vendedora en un mercado ucraniano-, llegada al cine tras un multitudinario castin.
No había guion para la larga escena de sexo entre Natasha -la camarera de la cantina de un centro secreto soviético- y un científico francés invitado a exponer sus experimentos -Luc Bigé-.
Al sexo con el científico, al que Natasha califica de "dulce", en comparación con su rudo novio, seguirá la tortura en una celda de aislamiento con paredes acolchadas de la KGB.
Un oficial someterá a Natasha a la tortura psicológica; luego la obligará a desnudarse; luego le introducirá una botella en la vagina, simulando un coito. Es su castigo por haberse acostado con un extranjero.
Quien interpreta al hombre de la KGB es Vladimir Azhippo, otro actor no profesional que fue empleado de una cárcel ucraniana.
"DAU/Natasha", de 145 minutos, fue prohibida en Rusia bajo la acusación de difundir pornografía y propaganda. La Berlinale la incluyó en su sección oficial.
Hay una segunda entrega, llamada "DAU/Degeneratsia", de unas seis horas de duración, que se exhibirá también en el festival, aunque fuera de concurso y en la sección Berlinale Special.
"Todos nosotros formamos parte de un proyecto, un colectivo. Quien entra en él lo hace voluntariamente y voluntariamente se incorpora a nuestro viaje", explicó Khrzhanovsky. En "Natasha" ha formado tándem en la dirección con Jekaterina Oertel, miembro de DAU desde hace diez años.
El proyecto en sí mismo es controvertido. Teóricamente desde que empezaron con el experimento han acumulado material para 13 cintas, de extensión diversa. Todas recrean ese centro secreto soviético.
La escenografía juega con elementos arcaicos -especialmente para reproducir los experimentos científicos. La cantina de Natasha es el lugar en que ella y su compañera más joven -Olga Shkabarnya- terminan la jornada profusamente borrachas de vino, cerveza y vodka, a veces salpicadas por peleas a bofetadas y tirones de pelo -"las escenas de agresiones físicas también surgían sin guion", subrayó el cineasta.
La inclusión de sexo explícito no causa ya escándalo en un festival donde desde hace unas cuantas ediciones se han visto ya muchos genitales en acción. Pero rodar escenas drásticas sin guion es otro nivel.
Las cifras que mueve el proyecto son desbordantes. El equipo del cineasta reprodujo para llevarlo a cabo un complejo soviético que existió entre 1938 y 1968. Construyó un monumental estudio de 12 000 metros cuadrados en la ciudad ucraniana de Charkiw.
Los 400 voluntarios integrados en el proyecto debían reproducir ahí esquemas de vida y comportamientos de personas sometidas a regímenes totalitarios. "Natasha" es una parte de esas grabaciones.
El resultado de esos rodajes, completados entre 2009 y 2011, es un cine radical, que su impulsor defiende como análisis de los totalitarismos. En medios rusos -y alemanes- se le atribuye dinámicas sectarias; también aparecieron acusaciones de malos tratos, a las que el cineasta ha quitado legitimidad porque afirma eran "anónimas"
LA FRUSTRADA RECONSTRUCCIÓN DEL MURO
La inclusión de "DAU/Natasha" entre las 18 aspirantes a los Osos de esta 70 edición del festival sigue a la réplica de una parte del muro de Berlín por el centro de la capital alemana que Khrzhanovsky trato de llevar adelante en 2018.
Iba a ser una reproducción parcial y por cuatro semanas de la llamada Franja de la Muerte, el muro que entre 1961 y 1989 partió la ciudad.
Entre unas 900 piezas de hormigón iban a proyectarse las 700 horas de material fílmico acumulado por el proyecto DAU. Finalmente, no obtuvo el permiso de las autoridades berlinesas. EFE
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