domingo, 23 de febrero de 2020

Petzold y Benigni se repiten

Alemania entra en competición con una nueva ninfa de Petzold

Gemma Casadevall

Berlín, 23 feb (EFE).- El cine del anfitrión alemán entró en concurso en la Berlinale con "Undine", una nueva inmersión en el mundo de musas y ninfas de Christian Petzold, director casi en nómina de este festival, que compartió la jornada con las fuertes mujeres del Brasil liberado de la esclavitud.
"Es un cuento mágico, la leyenda de la mujer acuática, de belleza cegadora, predestinada a matar al hombre que la traicione", explicó el realizador alemán sobre su filme, el quinto título con el que este cineasta entra en la lucha por los Osos del festival berlinés y protagonizada por Paula Beer, su actriz en "Transit", la cinta con la que compitió en 2018.

Berlin als Mythos. Christian Petzold zeigt „Undine“.


Beer es ahora la ninfa a la que rescata para el amor un buzo reparador de turbinas entre las aguas turbias de los embalses (Franz Rogowski, quien también trabajó con Petzold en "Transit"). Un hombre enamorado hasta el tuétano, menos exquisito que el berlinés que rompió el corazón a Undine, pero con el que gana la seguridad de que no va a traicionarla.
Undine es un ser perfecto y perfeccionista. Tan sexy en el trabajo como cuando sale del centro del Berlín y sus espléndidos museos para visitar a su novio al pantano de la cuenca del Ruhr donde repara turbinas. Trabaja explicando al visitante los prodigios urbanísticos del Berlín reunificado. Y habita en una de esas viviendas que pasan de un inquilino al siguiente sin siquiera borrárseles las manchas de vino en la pared del antecesor.
"Cada película mía es un poco la continuación de la anterior", admitió Petzold.
Sus estrenos tienen algo de ritual en la sección a concurso del festival, con el que guarda una relación de mutua lealtad. En este caso, la reiteración no actúa en detrimento suyo, sino que parece estar al servicio del anhelo de perfeccionismo.
"Undine" fue acogida en el primer domingo de la Berlinale como el reencuentro con un amigo. A ello contribuyó la presencia de unos actores casi tan asiduos al festival como el director. Una característica ésta común a Nina Hoss -la anterior musa de Petzold- y Lars Eidinger, actores del segundo filme alemán a concurso, "Schwerterlein", que se verá la próxima semana.
Con Hoss como protagonista ganó Petzold en 2012 el Oso de Plata a la mejor dirección, al frente de "Barbara". Con Undine, la mujer perfecta entre acuarios, pantanos, lagos o piscinas se dio su siguiente oportunidad.

BRASILEÑAS EN BUSCA DE DEFINICIÓN

"Todos os mortos", dirigido por Caetano Gotardo y Marco Dutra, era el siguiente filme a concurso de este domingo, representante de una cinematografía con mucho peso en esta Berlinale, la brasileña. A los dos cineastas se les identifica con el cine independiente de su país; el eje su película es el universo femenino, una temática "querida" en el festival.
Es un filme anunciado entre los platos fuertes de la sección a concurso, integrada por dieciocho películas, entre las que decidirá el jurado presidido por el actor británico Jeremy Irons.
En "Todos os mortos", el hombre prácticamente no existe. Los que aparecen lo hacen como mera comparsa del grupo femenino, integrado por varias mujeres representantes de una clase social alta venida a menos, que además tiene que apañárselas sin esclavas, o de las propias esclavas que dejaron de serlo.
Ambos grupos, el de las mujeres liberadas de la esclavitud y el de las que fueron sus señoras, tienen que aprender a reubicarse. Por un lado, la anacrónica dama mortificada por sus dolores de espalda, su hija monja con tendencias blasfemas y la hermana de ésta, poseída por espíritus; por el otro, las negras que fueron sus sirvientas.
Partiendo de este grupo surge el retrato del Brasil de 1899 recién abolida la esclavitud y donde se intuye el desarrollo vertiginoso de ciudades como Sao Paolo.
Dos componentes que derivarán en la realidad actual del país sudamericano y unas grietas sociales agrandadas entre anacronismos y poderes corrupto.



Benigni, imán mediático de una Berlinale que nunca fue para niños

Gemma Casadevall

Berlín, 23 feb (EFE).- El actor y director italiano Roberto Benigni acaparó este domingo la atención mediática en la Berlinale con "Pinocchio", el filme en el que interpreta al carpintero creador del muñeco de madera, basada en un cuento que, en realidad, no es para niños.
Bildergebnis für benigni berlinale"Soy el único actor del mundo que ha sido Pinocho y además Geppetto", afirmó entre gestos de alegría el actor, en su rueda de prensa ante los medios. Aludía a su anterior versión de la película, de 2002, que firmó como director y en la que interpretaba al "hijo" del carpintero.
Benigni convirtió su presentación de la Berlinale en uno de sus habituales despliegues de vitalidad, entre calificativos de "bellísima aventura", para su cinta, y de "regalo del destino", el hecho de haber sido invitado a protagonizarla.
Dedicó guiños a los fotógrafos, aplaudió con efusión a sus compañeros de equipo y brindó ayuda técnica en el manejo de auriculares y micrófonos a su joven colega Federico Lelapi, el Pinocho humanizado de la película.
La película se estrenaba en la sección Berlinale Special, fuera de concurso. La presencia del actor, Óscar por "La vita è bella" en 1997, eclipsó al resto del equipo, incluido su director, quien con "Pinocchio" da un salto claro de género respecto a sus aclamadas "Gomorrah" (2012) o "Dogman 2019".
"Es un cuento también para adultos, basado en una gran novela", dijo Benigni, respecto al clásico de Carlo Collodi, publicado en el siglo XIX.
A la interpretación de los actores se suma la labor del equipo de maquillaje y efectos digitales de Mark Coulier.
El resultado es una nueva inmersión en la figura de ese muñeco que crea Geppetto, un carpintero más pobre que una rata y que cambia su única chaqueta, más chaleco, por un libro de texto para que su niño de madera vaya a la escuela.
El aprendizaje de Pinocho discurre por el camino conocido: el hada azul que le ayuda, el zorro y gato que le estafan, el captador de niños que se saltan la escuela y acaban convertidos en asnos, el vientre de la ballena donde recupera el camino a casa.
Nada es tan infantil: el niño de madera verá cómo le crece la nariz, si miente; pero también que ante la justicia conviene mentir, puesto que no hacerlo implica cárcel. Se resignará a ir una escuela donde el castigo físico es el pan de cada día. Y acaba siendo él quien atiende y marca el camino al viejo Geppetto.
"Pinocho es un buen chico", resumió Lelapi, el actor de 10 años que de muñeco de manera pasa a humano de carne y hueso. El hijo del "Bappo" Gepetto, cuyos rasgos recuerdan al Benigni de "La vita è bella", empeñado en esconder a su hijo el horror del campo de concentración nazi en que se encuentran.


ANIMACIÓN MARCA PIXAR EN LA BERLINALE

El estreno mundial del "Pinocchio" de Matteo Garrone siguió a otra exhibición en el festival de Berlín de un filme destinado más claramente al mundo infantil. Fue la película de animación "Onward", dirigida por Dan Scanlon, una nueva producción de los estudios de animación Pixar.
Se proyectó, como la del italiano, en el apartado Berlinale Special, el viernes, el día siguiente de la apertura del festival.
El de Scanlon es un filme superpoblado de dragones, duendes y otras criaturas fantásticas, arrinconadas por la tecnología, los ordenadores y los teléfonos inteligentes. Instrumentos del diablo, que convierten el mundo mágico en que vivieron en un hábitat aburrido y gris. EFE
gc/acm
(foto)

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