La Lucía de Urresola y el cielo rojo de Petzold a por su Oso
Gemma Casadevall
Berlín, 22 feb (EFE).- La 73 edición de la
Berlinale tuvo este miércoles una jornada redonda en su sección oficial, a través de las "20.000 especies de abejas" de la directora española Estíbaliz Urresola y de "Roter Himmel" -"Cielo rojo"- del alemán Christian Petzold, un habitual del festival alemán, ahora encaminado al Oso.
La aceptación de la diversidad sexual empieza con la de un niño es el mensaje de la directora vasca, seleccionada entre las 19 películas de la sección a competición del festival alemán. La suya es una película que penetra en la vida interna de una familia, como hizo Carla Simón en "Alcarrás" -Oso de Oro en 2022-.
"Mi deseo fue aportar algo, desde mi ámbito de trabajo, que es el cine, a la tarea de aproximar posiciones que aparentemente están muy distantes", explicó Urresola (Bilbao, 1984). El cine será la "herramienta" para acercarse al despertar de la transexualidad en Aitor, el niño de ocho años interpretado por Sofía Otero, que no se siente cómodo ni con ese nombre ni con el apodo neutral "Cocó".
Su entorno es una familia vasca bien estructurada y moderna, pero con goteras: el matrimonio se encamina a la ruptura, la madre busca retomar su carrera como escultora y asoman asimismo los problemas económicos.
Urresola describe en su filme "múltiples despertares". Uno de ellos es la transexualidad de Aitor que empieza a reconocerse a sí mismo bajo otro nombre -Lucía-. La madre (Patricia López Arnaiz) respetará el derecho de su hijo a vestirse como una niña, pese a reconocerse desbordada por la situación.
El padre (Martxelo Rubio) considerará que a los ocho años es pronto para darle paso a la "Lucía" que clama dentro de Aitor. Son dos de las posiciones "distantes" que plantea la película, junto con la de la abuela católica practicante (Itziar Lazcano) y una tía apicultora (Ane Gabaraín).
Conviven en su película muchas miradas sobre la transexualidad, de la restrictiva a la tolerante. Todo ocurre durante unas vacaciones en la casa de la abuela en el País Vasco. Los menores están más capacitados para encajar los cambios, mientras el mundo adulto no sabe cómo afrontarlos, sea por conservadurismo o por temor a los problemas que aguardan a Aitor.
El peso del filme recae en Sofía Otero, aunque es una película coral con una dinámica intimista similar a la de "Tótem", la película dirigida por la mexicana Lila Avilés, asimismo a competición. Ahí la protagonista es Sol, otra niña de edad parecida, hija de un hombre joven que agoniza y al que su familia prepara una fiesta de cumpleaños con sus seres queridos, hermanos, amigos, colegas y la pareja.
En el film de Urresola domina la constelación femenina formada por la madre, la abuela y la tía, aunque finalmente la respuesta adecuada procederá de Eneko, el hermano algo mayor.
"20.000 especies de abejas" compartió la jornada con el "Cielo rojo" de Petzold, la segunda pieza de su trilogía sobre el insomnio iniciada con "Undine (Ondina)".
Retoma a su musa de entonces, Paula Beer, aunque ahora quien no puede dormir es un joven novelista, Thomas Schubert, que va a pasar unos días con su amigo Felix a una casa enterrada en un bosque junto al litoral báltico alemán con intención de trabajar.
Leo, el escritor que interpreta Schubert, es un tipo permanentemente crispado, con sobrepeso y confrontado al trío de esbeltos, lúdicos y constructivos amigos que forman Felix, Nadja y un rescatista de la playa. No puede dormir porque le atacan los mosquitos, porque escucha las noches de sexo de la pareja o porque intuye que su novela es un bodrio.
Ninguno atenderá al incendio forestal que forzó ya a evacuar poblaciones vecinas y que da el título al quinto filme con que Petzold busca su Oso berlinés, entre ellos "Barbara" -Plata a la mejor dirección en 2012-.
Ambas producciones son firmes aspirantes a los premios, que entregará el jurado internacional dirigido por la actriz estadounidense Kristen Stewart y que cuenta entre sus miembros con Simón, el Oro de 2022. EFE
Iceta advierte en Berlín de los techos aúnpor romper por la mujer en el cineBerlín, 22 feb (EFE).- El ministro español de Cultura, Miquel Iceta, destacó hoy desde la
Berlinale la fuerza adoptada por directoras como Estíbaliz Urresola, aspirante a los Osos con "20.000 especies de abejas", pero advirtió de los "muchos techos" que quedan por romper para una cineasta.
"No me gustaría que encasillásemos a las directoras solo en un cine muy intimista. Están demostrando que son capaces de hacer buen cine en todos los terrenos", afirmó Iceta en un aparte con los medios, tras visitar el pabellón español European Film Market, evento paralelo a la
Berlinale.
Según Iceta, tanto en el cine español como en el europeo "no se estaba dando la importancia suficiente a la mirada de la mujer", mientras que -"aunque a los hombres nos cueste entenderlo", admitió- las mujeres son capaces de ver "un mismo problema desde otro ángulo" y ese ángulo puede ser "fundamental".
El ministro de Cultura consideró que las políticas públicas deben contribuir a "seguir rompiendo" los límites que se encuentran aún las mujeres para la dirección y recordó que la pasada edición de los premios Goya fue muy buena "porque mostró la gran capacidad de nuestras mujeres" cineastas.
Iceta aludió ahí a la gran cantidad de mujeres cineastas candidatas a los premios nacionales -"aunque también hubo quejas de que no fueron tantas las premiadas", admitió-. "Ésa es la garantía de futuro que debemos celebrar", añadió, en relación a las nominaciones.
El ministro español acudió a la
Berlinale para el estreno de "20.000 especies de abejas", una película que aborda la diversidad sexual a través del personaje de Aitor, un niño de ocho años que no se siente cómodo con ese hombre y en el que progresivamente va revelándose su personalidad como Lucía.
Al hablar de diversidad sexual "estamos hablando de sentimientos, estamos hablando de libertad, estamos hablando de derechos", apuntó Iceta sobre esa la película, una de las 19 aspirantes de la sección oficial de la
Berlinale, donde el año pasado se alzó con el Oro "Alcarrás", de Carla Simón.
"Los avances a veces cuestan, pero cuando se producen son irreversibles. Así va a pasar con la ley trans, como pasó con la ley de divorcio, con la ley del aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo", pronosticó.
Iceta, quien visitó el European Film Market unas horas antes del estreno de "20.000 especies de abejas", destacó asimismo la importancia de ese espacio, aunque obviamente la atención mediática se centre en el festival.
"El Market es donde se compran y se venden producciones, ideas. No es la alfombra roja, pero es lo que permite que exista la alfombra roja", afirmó, para destacar el buen momento del cine español, reflejado asimismo en la atención acaparada en el recinto del Gropius Bau, donde se desarrolla el mercado.
La visita al recinto tuvo lugar tras la presentación ante los medios de la
Berlinale de la película de Urresola (Bilbao, 1984), cuyo filme describe la vida interior y entorno familiar, escolar y social de Aitor, el niño que interpreta Sofía Otero, que no se siente cómodo ni con ese nombre ni con el neutral de "Cocó".
El filme se centra en un núcleo familiar, donde la madre -Patricia López Arnaiz- representa la aceptación del derecho a la diversidad, mientras que el padre -Martxelo Rubio- considera que con ocho años es pronto para darle paso a la "Lucía" que Aitor dice llevar dentro.
Son dos de las posiciones "distantes" que aparecen en la película, junto con las de la abuela católica practicante -Itziar Lazcano-- y una tía apicultora -Ane Gabaraín-, reveladora de múltiples diversidades. EFE
gc/jam/cg
(video)
Brandon Cronenberg exhibe en Berlín su último horror
Berlín, 22 feb (EFE).- El director canadiense Brandon Cronenberg exhibió hoy en la
Berlinale "Infinity Pool", el último film de horror que lleva la firma de un apellido identificado con el cine inquietante y que aportó al festival berlinés una alfombra roja rica en estrellato.
De "subjetiva" y "algo salvaje" calificó Cronenberg su nueva película, proyectada en la sección
Berlinale Special con rango de estreno europeo, tras su paso por el festival estadounidense de Sundance.
El escenario elegido es un resort turístico exquisito, instalado en una corrupta dictadura de un país extremadamente pobre. Al visitante le conviene no tratar de salir del recinto, puesto que tras las vallas de protección le puede pasar lo de al matrimonio formado por James y Em -Alexander Skarsgard y Cleopatra Coleman-.
Un accidente de automóvil puede implicar pena de muerte, que solo evita un extranjero rico si accede a pagar una fuerte cantidad y dejar que se genere un clon suyo perfecto, al que se ejecutará ante sus ojos.
En la misma sala donde se le comunica la sentencia hay un cajero automático para facilitar la operación, tras lo cual se ingresa también casi automáticamente a una comunidad de ricos decadentes. Practican el procedimiento reiteradamente y coleccionan las urnas de los ejecutados.
El filme de Cronenberg, continuador de la escuela de su padre, David Cronenberg, no se inscribe realmente en el género del terror, sino más bien del cine violento.
Su programación en la
Berlinale dio al festival los rostros más mediáticos de la jornada. Junto al propio Cronenberg acudió Skarsgard -hijo a su vez de un habitual en otras ediciones, Stellan Skarsgard-, así como Mia Goth.
"Mi personaje es un novelista sin talento que lleva años sin publicar y que vive a expensas de su adinerada esposa. Es un perrito que reacciona al primer halago", explicó Skarsgard, respecto a un personaje que le lleva a aparecer más y más ensangrentado a cada ejecución de algún clon.
Gabi, el personaje de Goth, es una actriz asimismo sin talento que, como James, lleva una vida de lujo gracias al marido millonario.
La diferencia entre ambos es que uno seguirá siendo, tras sucesivas operaciones de clonado, un personaje sometido, mientras que ella desarrolla un sadismo aparentemente ilimitado.
"Infinity Pool" sigue la regla del "nada es verdad, pero todo es posible", en palabras de su director, una de las características de la filmografía Cronenberg, padre o hijo. Que el ejecutado sea el clon o el original es una de las preguntas que queda para el espectador.
La película deriva en una exhibición de violencia extrema, más algunas escenas de sexo bajo alucinógenos, que causó cierta decepción a quienes esperaban algo en la línea de "Antiviral", que fue exhibido en Cannes en 2012.
El festival berlinés suele alternar estas producciones fuera de competición, que aportan las presencias mediáticas que generalmente no genera el llamado cine de autor de la sección oficial a concurso EFE
El portugués Canijo, a por un doble triunfo en Berlín con un fado y un hotel
Berlín, 22 feb (EFE).- El director portugués Joao Canijo compitió hoy en la
Berlinale con "Mal viver", una película concebida como un doble proyecto cinematográfico con el que buscará el triunfo tanto en la sección oficial como en Encounters, el segundo gran apartado del festival alemán.
"Mi protagonista es un viejo hotel, algo destartalado, donde iba de niño con mis padres. Pensé que lo habrían demolido ya, pero descubrí que sigue en pie", explicó el director, en su presentación ante los medios, acerca del establecimiento en que discurren lo que en realidad son dos filmes paralelos, "Mal viver" y "Viver mal".
"Mal viver" es el que quedó seleccionado entre los 19 aspirantes a los Osos de la 73 edición del festival, mientras que "Viver mal" forma parte de los 16 que compiten por el premio en Encounters.
En ambos casos, toda la acción discurre en un hotel semiabandonado a 40 kilómetros de Oporto. Ahí se mueven cinco mujeres entre las que se cruzan complejas relaciones madre-hija, en un ambiente que va de la melancolía característica de un fado al desgarro, la desesperanza y la amargura.
"Son mujeres pérfidas aparentemente. Pero en realidad en nudo de relaciones entre ellas va mucho más allá de ese calificativo", explicó Beatriz Batarda, una de las actrices del equipo, estrictamente femenino en lo que respecta al filme a concurso.
En el viejo hotel, que conserva su majestuosa piscina con una vista panorámica excepcional, subsisten esas mujeres con apenas algún que otro cliente esporádico, a los que Piedade -Anabela Moreira- brinda el mismo trato exquisito y algo trasnochado de sus tiempos como establecimiento de lujo.
La contraparte de Piedade, la dueña, es su hija Salome, cuyo regreso reabre heridas del pasado, especialmente en lo que se refiere a la figura del padre.
La película recuerda por momentos los dramas entre personajes fuertes femeninos del alemán Rainer Werner Fassbinder o el francés Jacques Rivette, a medio camino entre el teatro y el cine, entre escenas plagadas de dobles interpretaciones, malentendidos y cuentas pendientes.
"Mal viver" se estrenó en la jornada de la sección oficial este miércoles tras "Roter Himmel", del alemán Christian Petzold, y "20.000 especies de abejas", de la española Estíbaliz Urresola, dos películas consideradas firmes aspirantes del Oso del festival.
"Viver mal" se presentará mañana, jueves, en Encounters, la sección dedicada a nuevos lenguajes cinematográficos.
El director artístico del festival, Carlo Chatrian, destacó al anunciar la programación completa de la
Berlinale el hecho de que es la primera vez que un mismo director compite de forma paralela en las dos grandes secciones.
Chatrian situó a Canijo en la estela del gran maestro del cine portugués, Manoel de Oliveira, de quien fue asistente de dirección, antes de trazar su propia carrera, con alrededor de diez largometrajes presentados en festivales de cine internacionales, como Cannes, Venecia, San Sebastián y Toront